¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Jesús dice: (Jesús Nuestro Maestro, Vol. 1) “Mis hijos, estoy aquí con ustedes y les doy mi paz, mi gracia y mi amor.
Ustedes han renunciado al sueño y descanso, y emprendido a ser antorchas vivas para el mundo encubierto en tiniebla.
¡Ojalá sean ustedes la luz verdadera que los ilumina y calienta!
Este es mi deseo y el de ustedes.
No teman nada, que están conmigo.
No dejen que el error los espante porque no siempre trae un mal verdadero.
Al luchar con el error la verdad se aumenta y es por esta razón que muchas veces permito que el error se extienda.
Aman la verdad porque soy la Verdad, lo que es como decir que soy la Luz.
Estudien la verdad porque en ella encontraran libertad y con ella alegría.
La libertad, mi hijos, el maligno no se la puede dar, ya que él también es un esclavo que quiere atraer a todo el mundo a su estado de esclavitud.
Quien sea que peque se convierte, bajo el dominio de Satanás, en un pequeño esclavo.
Sepan, sin embargo, que el demonio es como una cadena de un perro que ladra pero no puede morder porque no está libre.
Sólo ustedes les pueden otorgar la libertad y abrirle la puerta a la casa. No les den al demonio la libertad de actuar en ustedes, definiéndoos de las agresiones del enemigo, con las armas que Dios les da.
Que la oración y la penitencia regresen para triunfar en el mundo, el cual cree poder hacerlo todo por si solo y, confiando sólo en sí mismo, piensa que podría ser exitoso en todo lo que emprende.
Si con oraciones no evocan la ayuda de su Creador, ¿cómo podrían descubrir y dominar la naturaleza que de Él obtuvo su vida y comienzo?
Por lo tanto, mis hijos, Él que los ha creado y conoce todos los secretos de sus corazones —de sus mentes y las leyes que regulan sus cuerpos—, sólo les pide que Lo obedezcan y que, con este sometimiento, Le envíen una señal de amor.
Es por eso que la oración es necesaria para cada persona y para la sociedad, para la humanidad y para el mundo.
Al instituir las leyes, que preserva y dirige, Él sostiene todas las cosas.
O, mis hijos, si en un acto de amor infinito el Padre se empeñó en dar vida a las criaturas, en quienes derramó la inmensidad de su amor, y si, después de crear el mundo y al hombre que lo habita, Él quiso enviarme a Mí, su Hijo Divino, a redimirlo, sepan que su infinito e inmenso amor se derrama continuamente en todos y cada uno de ustedes.
Crean, mis hijos, que el Padre los ama con una ternura que sólo podrán medir cuando estén ante Dios y disfruten su amor.
Dios los ama y les da vida por medio del Espíritu Divino que procede del Padre y de Mi, y que anima la Iglesia con el poder de su amor, haciéndola fructífera y sagrada, también ama las almas de ustedes; Él que los ha invitado a orar en esta primera noche de mayo, al llamarles a una vida de bien y santidad.
Hijos, estoy aquí con ustedes y los ayudo. No salgan de aquí sin hacer algunas serias y buenas intenciones.
Vaciaré en ustedes el deseo de cambiar sus vidas, si todavía no están conmigo, si todavía no poseen la vida divina de gracia, la única que hace la existencia eficaz.
Otros saldrán de aquí con la intención de mejorar, erradicando todo lo que pueda desagradar a Dios y al vecino.
Hijos, los bendigo y encomiendo como una preciosa herencia de mi Madre y de ustedes.
Estoy seguro que Ella sabrá como extraer de ustedes y de esta noche de oración aquellos beneficios espirituales que marcarán un punto de partida para cada uno de ustedes.
Hijos, quiero que sean sagrados y apóstoles.
Ella que es Reina de uno y otro, se encargará de eso para realizar la voluntad de Dios en cada uno.
Sigo con ustedes para confirmar la oración de ustedes y el mundo.
Ojala surja como el perfume del incienso para alegrar el Paraíso.”
Jesús Nuestro Maestro (Ingles)
Mensajes inspirados por Jesus a Carmela Negri Carabelli. Permiso del CENACOLO DELLA DIVINA MISERICORDIA, Centro di spiritualità, Viale Lunigiana 30, 20125 Milano, Italia, que tiene todos los derechos.







“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."