Lee sin prisa si puedes...

Esfuérzate en leer todo sin prisa... la curiosidad no te salvará de los acontecimientos que devastarán a nuestro planeta... no habrá internet... prepàrate: oración y Santo Rosario cada día, Confesión, Comunión, obediencia a los 10 Mandamientos... ¡Fe, no miedo! ¡Salva tu alma!

Que el momento de la muerte de Mi Iglesia no os encuentre desamparados. Conservad la fe, la esperanza y la caridad

Y vosotros, hijitos, permaneced erguidos, de pie al pie de la Cruz como Mi Madre, tan amada y tan valiente. No caigáis, no tropecéis, no perdáis vuestra certeza en Mi Victoria, la victoria de Mi Iglesia, y la de vuestra propia resurrección como hijos de Mi Santa Iglesia

¡¡¡Oportunidad de Salvación!!!

(Primer) Viernes 3 / (Primer) Sábado 4 de mayo del 2024
Últimas llamadas.No te duermas espiritualmente. Salva tu alma. Prepárate para los acontecimientos venideros. Se requiere: Confesión Sacramental y Comunión (asistir a la Misa, no llegar tarde)
Los 9 Primeros Viernes de mes al Sagrado Corazón de Jesús (leer las 12 Promesas). Los 5 Primeros Sábados del mes al Corazón Inmaculado de María (leer las Promesas). (Double) Novena a Los Sagrados Corazones de Jesús y de María, de sor Natalia Magdolna (leer las 33 Promesas, descargar y difundir…)

(Haz la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa...)  - 3 de abril de 2024

Parte 1: La Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesús

(Lo que sufrió el Señor, lo sufrirá también su Iglesia...)

(DeepL Translator) "Queridísimos Hijos Míos, vuelvo a vosotros después de las grandes conmociones de la Semana Santa, durante la cual di todo de Mí por vuestra salvación.

Me entregué en manos de Mis enemigos, pero mejor para vencerlos. Me dejé dominar por los que Me odiaban, pero no perdí nada; al contrario, lo gané todo.

La Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesús

Redimí sus faltas, vuestras faltas, las faltas de todos los hombres, y esta redención, tan dolorosa, fue también vuestra victoria: la de todos los que Me han seguido y Me seguirán por el camino de la entrega para la Gloria del Cielo y su profunda Alegría.

Sí, porque entregarse por los demás es un gran bien, un bien para ellos pero también para uno mismo. La alegría del Cielo, la felicidad del Cielo, es inconcebible para los pobres humanos, que no pueden alcanzar la alegría pura, la alegría divina, sin abandonarlo todo ellos mismos.

Amar es dar, y Dios da el céntuplo. En el Cielo, la caridad es toda divina: es para Dios, por Él y en Él; viene de Él para volver a Él; es inconcebiblemente vivificante, inconcebiblemente desbordante; es la Vida que se alimenta de ella y desarrolla todo en ella.

La caridad, virtud tan hermosa, es poco conocida porque la gente busca el amor, que confunde con el placer, con la sensualidad. Pero el amor puro es tan reconfortante, tan enriquecedor, tan edificante, que quien lo disfruta ya no se preocupa por lo que le pueda faltar; la presencia de su Dios le llena sin medida. Dios es su vitalidad, su razón de ser, su motivación.

Tratad, amados Hijos Míos, de imaginar que estáis en el Cielo y que sólo queréis lo que Dios quiere, porque Le amáis tanto que sólo eso os motiva y os deleita.

El amor puro es un sentimiento excepcional; los padres de niños pequeños pueden imaginarlo porque su amado hijo es el centro de toda su atención.

Parte 2: La resurrección del Señor

Mi Resurrección fue un gran momento de amor entre las Personas de la Santísima Trinidad. Se aman tanto y sin la menor sombra de imperfección, que la gran Victoria del Hijo de Dios y del hombre fue suya, plena y completa.

La Resurrección de Nuestro Señor

La Resurrección fue la victoria de Dios Padre, de Dios Hijo, de Jesucristo y del Espíritu Santo, de la Santísima Trinidad, un solo Dios y Tres Personas tan unidas que todo lo que toca a la Una toca a la Otra, tan unidas que todo lo que alegra a la Una alegra a la Otra, y así para cada una de las Tres Personas Divinas.

Parte 3: La Victoria de la resurrección, la respuesta del mal

Mi Resurrección y Mi lucha incomprensible contra todos los poderes del Mal, fue la Victoria divina de Dios Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sobre Lucifer que tan atrozmente los había humillado y maltratado en su creación.

Esta victoria abrió el Cielo a la humanidad, pero Lucifer había querido que cayera y fuera puesto bajo su tutela eterna.

Lucifer había querido plagiar a Dios y la creación debería, en su opinión, haber estado a su entera disposición, ser su juguete, su esclava, para disfrutarla a su manera y según todos sus delirios malsanos.

eterno fracasado

La humanidad debería haber buscado parecerse a él en lugar de querer ser a imagen del Hijo de Dios hecho hombre y de Su Bendita Madre María.

La humanidad debería haber permanecido encadenada; era su presa, pero Jesucristo se la arrebató. Esto multiplicó por diez su odio y desde entonces no ha cesado de intentar sobornar a la Santa Iglesia, de provocar herejías, de crear tensiones internas y finalmente, sí, finalmente, como provocó la crucifixión y muerte de la humanidad del Verbo, así provocará la muerte de la Iglesia, Madre de la humanidad.

Parte 4: Muerte y descomposición de la Iglesia

(No os caigáis, no tropecéis, manteneos erguidos…)

Muerte y descomposición de la Iglesia

Mis queridísimos hijos, conservad la FE, conservad la ESPERANZA y conservad la CARIDAD.

A través de estas hermosas virtudes, estaréis protegidos de esta muerte programada de nuestra Madre la Santa Iglesia, la viviréis como Mi Santísima Madre al pie de Mi Cruz, sin vacilar, sin titubear y con un dolor que no conoce dudas.

Vosotros también asistiréis a la descomposición de esta hermosa estructura que ha sido la fuerza, el baluarte y la perennidad de la fe. Seréis como Mi Madre, las Santas Mujeres y Mi discípulo Juan, estoicos, llenos de esperanza y de apoyo a vuestros seres queridos. No os angustiaréis, no criticaréis a Mi santa Esposa la Iglesia porque, como la Santísima Virgen María, no dudaréis de su Resurrección. Permaneceréis firmes, seguros de vuestra fe y en la esperanza, y animaréis a vuestros seres queridos con gran caridad.

Que este momento de la muerte de Mi Iglesia no os encuentre desamparados, sino conservad la fe, la esperanza y la caridad, estas tres grandes virtudes que vuestra Madre María poseía magníficamente.

Ella se entristeció tanto por Mis sufrimientos, pero su confianza en Mí no se debilitó. Me amó tanto que Su Corazón se sintió como roto, pero Sus virtudes, por el contrario, se reavivaron en el gran fuego del Amor.

Parte 5: Como Nuestra Madre al pie de la Cruz. La Iglesia resucitará

Yo os bendigo, queridísimos hijos Míos, tened confianza, tened paz

Y vosotros, hijitos, permaneced erguidos, de pie al pie de la Cruz como Mi Madre, tan amada y tan valiente. No caigáis, no tropecéis, no perdáis vuestra certeza en Mi Victoria, la victoria de Mi Iglesia, y la de vuestra propia resurrección como hijos de Mi Santa Iglesia.

He aquí que os lo he dicho, habéis sido advertidos.

Yo os amo, Mis muy queridos hijos, amadme con la misma firmeza porque somos de la misma familia, la de Dios.

(Haz la señal de la cruz para recibir la bendición del Señor)

Os bendigo, en el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y signaos porque Yo os bendigo de verdad.

Vuestro Redentor."

Fuente: srbeghe.blog