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El juicio de las almas... Los pecadores necesitan vuestras oraciones

Los hombres en peligro se olvidan demasiado a menudo de Mí, y los peligros son muchos. Son muchos a causa del pecado original, que permitió a la naturaleza física humana morir, lesionarse, enfermar, portarse mal o pecar y el único remedio real para estos males es la práctica religiosa

¡¡¡Oportunidad de Salvación!!!

(Primer) Viernes 3 / (Primer) Sábado 4 de mayo del 2024
Últimas llamadas.No te duermas espiritualmente. Salva tu alma. Prepárate para los acontecimientos venideros. Se requiere: Confesión Sacramental y Comunión (asistir a la Misa, no llegar tarde)
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(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa...) - 30 de agosto de 2020

El juicio de las almas y la oración

(DeepL Translator) “Cuando un ser humano está en peligro, busca ayuda inmediata. Se pone en contacto con un amigo, un familiar, un vecino o alguna otra fuente de apoyo. Si no encuentra a nadie ni nada a lo que recurrir, se dirige a Dios. Si no es creyente ni devoto, se sentirá desconcertado y buscará sin ayuda la forma de salvarse.

Sí, este es el caso en tantas situaciones difíciles.

  • Los hombres en peligro se olvidan demasiado a menudo de Mí, y los peligros son muchos. Son muchos a causa del pecado original, que permitió a la naturaleza física humana morir, lesionarse, enfermar, portarse mal o pecar -todo lo cual es lo mismo- y el único remedio real para estos males es la práctica religiosa.

(La oración…)

  • El hombre que reza y regula sus días de acuerdo con su deber estatal como ciudadano católico, ciudadano de la patria celestial, se comportará de forma diferente al ciudadano mundano o ateo.

El ciudadano que se dice católico, pero que se interesa inmoderadamente por las cosas de la tierra, se olvidará de remitirse a Dios en los momentos difíciles, en la enfermedad, en las dificultades de la vida cotidiana. Será como el ateo, que tampoco se referirá a Dios en esos momentos, aunque sean frecuentes a lo largo de la vida terrena.

  • El ciudadano de la patria celestial, en cambio, estará menos disipado y se aferrará a la oración y a la virtud teologal de la esperanza, esa virtud alta y poderosa que hará que no se arrepienta de nada, sino que lo acepte todo, confiado en que Dios, en su divina Providencia, gestiona su camino terrenal. Será recibido con gran alegría en la patria celestial cuando entre en ella, mientras que los otros dos tendrán que hacer penitencia antes de poder entrar, si es que se les concede el acceso.

(El juicio de las almas…)

Estos dos serán juzgados ante Dios y toda la corte celestial, y este momento particular del juicio, el juicio individual de cada ser humano después de su muerte terrenal, es impresionante para todos.

Este momento sella su eternidad y los que rechazan el amor de Dios en este instante único son desterrados del Pensamiento divino sin vuelta atrás posible. La negativa de un alma a adherirse a la Voluntad divina es inadmisible, y la obstinación en este rechazo del amor, la humildad y la admisión de sus errores voluntarios o incluso involuntarios, esta actitud la aparta de la vista de Dios, que ya no la conoce ni piensa en ella.

Estar alejada del Pensamiento divino es la prueba más intolerable para cualquier alma, porque el odio quiere un objeto al que odiar, y Dios no existe para ella. Le ha conocido, se ha burlado de Él o le ha despreciado, pero desde este rechazo de su Pensamiento, todos sus insultos, todas sus blasfemias, todos sus eructos no le tocan ni le molestan. Se ha vuelto inexistente para Él, aunque muy real, en un lugar espantoso que no es nada para Él y donde nunca intervendrá.

Esta categoría de almas rechazadas es una situación tan grave para ellas que se necesita mucha oración por los pecadores, ya que los pecados habituales son a menudo la causa de pecados mayores y finalmente de caídas graves y fatales.

(La oración por los pecadores...)

Los pecadores necesitan vuestras oraciones, hijos Míos; la gracia puede ayudarles a retroceder por la pendiente del mal y del libertinaje. Yo vine a la tierra para atraer hacia Mí a los pecadores, para salvarlos, he orado por ellos, les he tendido Mi mano, muchos se han convertido a Mi voz, y seguirán convirtiéndose por la Gracia santificante que atraeréis sobre ellos con vuestras oraciones.

Ofrecí Mi Vida en la Cruz para que todos los hombres tuvieran acceso al Cielo, pero desgraciadamente hay muchos que no Me encuentran o no Me buscan. La gracia unida a vuestra oración suplirá esta carencia y vosotros mismos seréis grandemente recompensados en el Cielo.

El juicio de las almas y la oración

Que vuestra buena voluntad sea bendecida, hijos Míos, orad por todos los pecadores y no os canséis nunca de orar por ellos, lo necesitan tanto.

Son vuestros hermanos en la tierra, que esperan el día extraordinario en que ellos también estarán en la bienaventuranza celestial.”

Fuente: srbeghe.blog