¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 1 de octubre de 2022
(DeepL Translator) “Mis muy queridos hijos, Yo soy el Altísimo, el Todopoderoso, el Dueño de toda la creación y cuando veo el mal, toca muy profundamente a Mi Santa Humanidad.
El mal es la ausencia del bien, mientras que el bien es siempre un acto positivo. Hacer el mal se debe a la acción del demonio en el alma de las criaturas, y a quien prefiere atacar es al ser humano.
¿Por qué lo hace?
Porque el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, y porque fue creado para conocer, amar y servir a Dios durante su vida terrena, para verlo y poseerlo eternamente en el Cielo.
Pero el diablo quiere el mal; no quiere el resultado del bien. Por eso hace todo lo posible para impedir que el hombre alcance la meta de su vida, que es el Cielo.
Sin embargo, es en la tierra donde el hombre se prepara para el Cielo. Por eso es en la tierra donde el demonio se desata y encadena a muchos hombres.
Pero Yo, Dios, soy el Altísimo y ninguna criatura Me supera. El diablo es una criatura, el hombre es una criatura, la tierra y el mundo son creados y cuando dejo que el mal borre el bien, lo hago por la única razón de Mi Victoria.
El bien nunca se borra del todo y así como Mi Resurrección venció a la muerte, el bien reaparecerá porque Yo soy el que siempre sale victorioso.
Esa hora está cerca, pero el demonio está tan seguro de su victoria hoy, como lo estuvo en el momento de Mi Pasión, que gritará victoria, pero le será robada por lo repentino de Mi intervención.
- Todo se precipitará porque todo convergerá hacia la destrucción de la humanidad: el demonio, después de haber atacado una a una cada parte de la religión y de la moral católica, se encontrará perdedor como se había creído vencedor cuando expiré. Creyó que había llegado su hora, pero Dios salió victorioso.
Así será para el género humano: el demonio creerá haber obtenido la victoria sobre él depravándolo y poniéndolo bajo su yugo, pero el Dios-Hombre, el Victorioso, se manifestará y la humanidad saldrá victoriosa de la trampa mortal en la que había quedado atrapada.
- Hijos Míos, rezad y sed constantes en vuestra fe, moral y piedad. Sólo esto os salvará a vosotros y a los vuestros, y no dejéis de orar para mantener vuestras almas a salvo de engaños y caídas.
La mayoría de los que Me leéis estáis bautizados, sois católicos y, en consecuencia, sois Mis fieles. Manteneos firmes en la fe, no os dejéis llevar por los caminos de la perdición, hay tantos, pero no hay que tomar ninguno.
Sed rectos, sed piadosos, seguid la recta moral, la que siempre se ha enseñado a lo largo de los siglos y que no puede cambiar. Os llamarán reaccionarios, conservadores, anticuados, incluso traidores, pero no dejéis que eso os preocupe.
‘Dichosos vosotros si sois insultados, perseguidos y calumniados de todas las maneras por mi causa’ (Mt 5,11).
Este mandato de vuestro Señor es válido hoy, porque si no seguís las normas pecaminosas del mundo, seréis rechazados y despreciados.
Mis queridos hijos, Yo estoy con vosotros, os amo, sois Mis discípulos y Mis fieles, os he dado ejemplo de valentía ante la multitud, de firmeza en la fe y de mansedumbre con Mis perseguidores. Seguid Mi ejemplo y ‘sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto’ (Mt 5,48). Entonces os acogeré felizmente en Mi bendita Eternidad y tendréis entonces la verdadera felicidad, la que nunca termina.
- Venid a Mí, hijitos Míos, venid a Mí, no tengáis miedo de ser incomprendidos, el juicio de los malvados no vale nada.
Yo os bendigo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y no os abandonaré.
Vuestro divino Maestro.”
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."