Pensamientos, reflecciones y meditaciones fueron inspirados por la Santísima Virgen María a mamà Carmela, Italia
“Mis hijos, gracias por sus oraciones, por sus lagrimas, por sus corazones que me ofrecen con tanto amor.
Los abrazo y, al estrecharlos en Mi corazón, les doy paz.
¿Por qué se afligen al contemplar lo que podría sucederles mañana?
¿Es que acaso Dios, quien es providencia infinita, no se ocupa del futuro de ustedes?
Muchas veces les he dado esta preciosa enseñanza.
Si el pasado los disturba porque ustedes, cediendo a las tentaciones, vencidos por las ocasiones malignas, por peligros, han caído en algún error, sin embargo han detestado sus pecados y los han tirado en el horno del Corazón de Jesús y Él, en su infinita merced, los ha destruido hasta olvidarlos.
Si el futuro los preocupa porque las personas malignas los amenazan, porque el futuro les parece algo desolado, ¿quién les garantiza que tal cosa ocurrirá?
¡Cuantos males previstos no han ocurrido!
¿Es que no está ahí su Madre Celestial para defenderos y llevarlos en sus brazos como criaturas favoritas?
“Aquel que no hace mal, no teme al mal”, dice uno de los proverbios de ustedes.
De esta manera deben continuar su jornada confiados, día tras día, mirando hacia arriba y pidiendo ayuda del Cielo.
Si es sólo del presente momento que ustedes deben rendir cuenta a Dios y si en el momento que ustedes viven una y otra vez sólo buscan su gloria, tendrán tranquilidad y paz.
No se pongan ansiosos por nada.
¿Como actúan sus hijos con ustedes?
¿Quizás ustedes piensan que ellos se preocupan por el futuro?
No, ellos se lanzan a los brazos de ustedes, confiados, y se alegran al pedir y recibir en el momento indicado.
Y si alguna vez ustedes se ven obligados a negarles algo, y ustedes lo hacen con espiritu y dulsura, en el momento apropirado ellos se persuaden y están de acuerdo con ustedes.
Es por esto que mi hijo Jesús les dijo a ustedes que sean como ellos. Escúchenlo a Él y sus preocupaciones se reducirán por mitad.
Mantengan los ojos en esto: este no es su última vivienda, aunque temporalmente y por muchos años ustedes vivirán en el mundo; hay sólo un hogar que espera a todo el mundo, para que esa familia del pueblo de Dios se reedifique, la cual, en el infinito y supremo amor de Dios, encontrará consuelo y alegría sin más lagrimas y tribulaciones.
Dejen que el ejercicio de la paciencia sea constante en ustedes.
Sean pacientes, miren con serenidad a cada momento y todo lo que les suceda, dado que, si hacen de la vida una tragedia, ¿como podrían superar las dificultades?
Mi hijos, los quiero y los bendigo.
Déjenme entrar a sus familias porque seré yo misma quien reestableceré el orden y la paz.”
Maria Madre y Maestra (Ingles)
Fuente:
(Italiano) : Cenacolo Divina Misericordia
(Ingles): Divine Mercy Australia