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¿Qué ocurrirá entonces?

La antigua Roma se desintegró porque no quiso reconocer al verdadero Dios; se hundió en la ruina y la invasión. Lo mismo le sucederá al Occidente cristiano. También se hundirá en la ruina y la invasión

(Haz la señal de la cruz antes de leer y lee hasta el final...) - 3 de diciembre de 2020

Orad para Europa

(DeepL Translator) “Cuando decido, soy obedecido porque los ángeles son Mis intermediarios; cuando quiero, Mis deseos son órdenes y los ángeles velan por ellos; y cuando dejo hacer, poniendo límites a los acontecimientos, enseguida veo a los hombres dejarse influir por los demonios y por sus propias exageraciones.

Los hombres son tan incoherentes cuando se creen muy seguros y muy competentes. Actúan con su carácter, que fluctúa según la presión o la tentación. Algunos parecen fuertes, pero sólo lo son realmente con la ayuda de Dios.

Los grandes líderes que dejaron huella en sus países eran devotos de sus ideales cristianos, pero no muchos de ellos llevaron a cabo sus políticas de acuerdo con estos principios cristianos. Hubo algunos, sin embargo, y la prosperidad siguió como corolario.

Es normal que la riqueza de un país fluya de su liderazgo cristiano, ya que Dios es Riqueza Infinita y bendice a los países que le honran y le sirven.

La moral cristiana es también un elemento muy importante en cualquier país. Aquellos que mantengan una buena moral serán bendecidos, mientras que aquellos cuya moral sea depravada no serán equilibrados.

  • Que Dios sea bendecido, alabado y obedecido, es la riqueza de una nación.
  • Si, por el contrario, Él es olvidado y despreciado, ese país será, tarde o temprano, objeto de grandes disturbios.

La antigua Roma se desintegró porque no quiso reconocer al verdadero Dios; se hundió en la ruina y la invasión. Lo mismo le sucederá al Occidente cristiano. También se hundirá en la ruina y la invasión.

Ruina y invasión

¿Qué ocurrirá entonces?

La religión católica, que es la única verdadera, resurgirá de sus cenizas gracias a Dios, que es siempre el motor y la causa de todo renacimiento. Dios siempre saca el mejor bien del mal, pero el hombre no debe causar el mal para que el bien salga de él. Sólo Dios puede sacar bien del mal; el hombre no puede, y la moral católica se lo prohíbe. Debe buscar siempre el bien mayor en cualquier circunstancia.

Por eso, queridos hijos Míos, no seáis nunca ansiosos, no seáis nunca cobardes ante el martirio, sino rogad a Dios que os ayude, que os dé el valor de Jesucristo, que os calme y os mueva.

San Lorenzo, en su parrilla, tenía incluso cierto humor cuando decía a sus verdugos: ‘dadme la vuelta, estoy acabado por este lado’ (1). Es en esta manera de pensar donde vemos su total disponibilidad a la Voluntad de Dios.

San Lorenzo de Roma
San Lorenzo de Roma. Cuando Lorenzo fue martirizado al ser quemado en un asador que giraba lentamente, bromeó con sus verdugos diciendo: "Dadme la vuelta. Estoy acabado por este lado”

Ni retirada, ni oposición, ni miedo. No, la gracia que Dios da a sus mártires es precisamente el coraje, la fuerza y la tenacidad. Un mártir siempre se ofrece voluntario para el suplicio que se le ofrece, no lo rechaza y, de hecho, lo recibe con devoción.

Así de bueno es Dios, que no obliga a ningún alma a sufrir por su fe. Les da la gracia de la fortaleza, del valor y de la grandeza.

Los mártires no escapan a sus tormentos, y si están amordazados o atados, no se quejan.

Jesucristo, en la cruz, nunca quiso desprenderse de ella; la bendijo e hizo de ella su adorno para el resto de los tiempos. El instrumento del mártir es su gloria; es su adorno y su trofeo para el resto de los tiempos.”

Fuente: srbeghe.blog