(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa...) - 31 de julio de 2020

(Corta reflexión sobre la Creación...)

(DeepL Translator) “Cuando Dios creó el mundo y la tierra, las estrellas y todo el universo, lo hizo porque quería hacer cosas bellas, logros hermosos. La vida es un logro aún más hermoso, y había que darle un entorno. Este entorno tenía que tener las características necesarias para albergar y luego sustentar la vida, y por eso creó los planetas, que también tenían que tener su entorno.

La luna es necesaria para que haya flujo y reflujo, el sol es necesario para dar luz y, cuando se pone, son las estrellas las que presiden la noche. Luego crea una atmósfera, un curso bien calculado alrededor del sol, también muy regular, y después toda la galaxia en la que se encuentran el sol, sus numerosos planetas, lunas y satélites. Esta galaxia, a su vez, tiene su entorno, y hay muchas otras galaxias. Todas tienen su razón de ser, todas tienen vida en su interior, pues Dios es VIDA y la da en profusión.

Las galaxias están a su vez en un entorno que constituye todo el universo, que también está en un entorno que sólo Dios conoce. Lo infinitamente grande es obra de Dios, al igual que lo infinitamente pequeño, que los microscopios aún no han terminado de desvelar. Tanto lo infinitamente pequeño como lo infinitamente grande son perfectamente conocidos por Dios; Él domina cada elemento, ya sea muy pequeño o muy grande.

(Dios crea por amor...)

Cuando Dios crea, lo hace como un artista que ya tiene una visión de lo que quiere realizar y, al darle forma, la adapta y la desarrolla. Es más o menos fruto de su talento, porque hay que añadir los elementos necesarios para su estructura, igual que un pintor utiliza un soporte de madera o lienzo y pintura de color, igual que un escultor utiliza arcilla o piedra, igual que cualquier otro artista utiliza una materia prima si fabrica un objeto, o si declama tendrá que aprender su texto, o el escritor que utilizará papel y algo con lo que escribir.

Sólo Dios es creador, artista y presentador, sin necesidad de ningún apoyo. Él lo crea todo de la nada, sea este todo grande o pequeño, Él lo ve todo, Él lo organiza todo, Él lo supervisa todo y Él ama.

Este Amor divino es la persona del Espíritu Santo, está en todo y para todo. Dios Padre es UNO con el Hijo, Jesucristo y el Espíritu Santo, y el Dios UNO y TRINO da Su marca y Su bendición a Su obra.

Toda vida viene de Él, todo viene de Él, cada constituyente, cada elemento viene de Él, Él lo hizo todo, lo pensó todo, lo quiso todo: cada hierba, cada estrella, cada atmósfera terrestre o cualquier otro elemento. Él es el gran artista, el excelentísimo artista de una obra maestra en la que el hombre puede incluirse en la categoría de lo infinitamente pequeño comparado con la inmensidad del universo.

(El Dios Inmenso se hace hombre...)

El hombre es pequeño y se cree importante, es pequeño y se cree inteligente, es pequeño y se cree decididamente grande. Es pequeño comparado con la inmensidad en la que se desenvuelve y, sin embargo, Jesucristo vino a la tierra para hacerse uno de esos hombres, Él el grande, el infinitamente grande Dios, Dueño y Creador de la inmensidad universal.

Se hizo pequeño para salvarnos de nuestro orgullo, de nuestra prepotencia, de nuestra vanidad, de nuestra estupidez y de nuestra incorrección. Sí, Jesucristo no tuvo miedo de asumir un cuerpo humano, pero qué grande era su apariencia modesta y discreta.

Nadie, salvo unos pocos, sospechaba de Su grandeza, nadie, salvo aquellos a quienes se daba a conocer, imaginaba que el grande, el Muy Grande, el Dios Inmenso estaba entre ellos, y que simplemente les enseñaba, les predicaba y les contaba bellas historias en forma de parábolas para que estos pobres espíritus pudieran comprenderle.

(Los orgullosos…)

Y entonces los orgullosos le odiaron porque era mejor que ellos, porque las multitudes estaban galvanizadas por Él y porque estaban perdiendo su autoridad sobre ellos. Las multitudes le seguían y esto causaba revuelo en la ciudad y en el campo. Los orgullosos vieron que su influencia sobre sus seguidores disminuía y se sintieron muy descontentos. No importaba lo que dijera este taumaturgo, les estorbaba y tenían que poner fin a esta locura.

Los orgullosos decidieron darle muerte, y así lo hicieron, pero la influencia benéfica de Dios sobre las almas es obra de Dios, y los hombres buenos no son una excepción.

(Los orgullosos y la Religión Católica...)

La Religión Católica se extendió a pesar de la muerte en la Cruz del Gran Dios que se había encarnado humildemente en carne humana, y se extendería por todo el mundo si los orgullosos -siempre la misma culpa- no inyectaran periódicamente su veneno en el mensaje divino (2).

Así es como hoy en día, la Religión Católica está siendo combatida por otras religiones, por otras ideologías, por otras filosofías, por los demonios también que siguen trabajando en su destrucción del Plan de Dios, y por uno de sus grandes enemigos, el demonio Mamón (3).

(Mamón, sus cómplices, sus siervos...)

Con sus cómplices Satanás, Lucifer, Belcebú y tantos otros cuyos nombres sólo Dios conoce, utiliza el dinero para colonizar a los orgullosos que creen actuar por sí mismos y por su propia ambición.

Pero no, son colonizados mientras se declaran libres y creen que trabajan por esa libertad. La libertad por la que trabajan es la esclavitud de sus almas y la de las poblaciones a las que esclavizan monopolizando toda la economía monetaria para sus propios fines.

(La cuenta atrás ha comenzado...)

El dinero es bueno si es necesario y mientras siga siendo un servidor, un medio de intercambio, pero sólo eso. Si el dinero se convierte en un objetivo, se eleva a la categoría de amo y se vuelve perjudicial. Hoy en día, el dinero está en manos de financieros (5) que lo han convertido en su amo y su rey. Mamón es servido por estos financieros que trabajan para él en lugar de huir de él, porque Jesucristo dijo:

Nadie puede servir a dos amos (...). No se puede servir a Dios y al Dinero (Mt 6,24).

Por eso el dinero perderá su valor, porque Mamón es un demonio y ningún demonio quiere el bien de sus siervos. Al contrario, busca la dominación y luego la caída de los que se han entregado a él.

(Mamón odia a sus siervos…)

Mamón odia a sus siervos, los utiliza para dañar a la tierra y a sus habitantes, y cuando este objetivo se logra, se vuelve contra aquellos a los que ha dado poder, porque los odia y quiere también su caída.

Por eso, cuando se produzca el próximo colapso financiero en todo el mundo, sabed que se acerca la hora de Dios y que los soberbios serán despojados de su poder.

Bendito sea Dios, porque Él gobierna, Él reina y Él decide.”

1. Las autoridades religiosas y políticas de la época de Jesús (leer los Evangelios).
2. Los descendientes de esas autoridades y de los cambistas del templo (las grandes familias de banqueros modernos).
3. Mammon es el demonio que gobierna el dinero y el sistema financiero mundial. “Este ángel siguió a Lucifer en su lucha contra Dios y, como resultado, él también se volvió avaro, muy avaro. Lo quiere todo para él, el dinero y la persona que lo posee.”
4. Los siervos de Mamón y la purificación de la humanidad: (Leer…)
5. ¿Quiénes son estos amos humanos que a su vez dependen directamente del príncipe de los demonios? (Leer...)

Fuente: srbeghe.blog