¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Julio 11 2019
Llamado urgente de Jesús Sacramentado a la humanidad.
Mensaje a Enoch.
Ningun Tatuajes, Perforaciones, Implantes, o Cirugías, por capricho o vanidad
“Hijos míos, os traigo mi Paz.
Mis Amados Hijos, siento dolor y tristeza al ver a millones de hombres, mujeres, niños y jóvenes, que por vanidad están perforando, (piercing) marcando, (tatuajes) o modificando con cirugías su cuerpo. Os digo hijos rebeldes, si no os arrepentís, confesáis y reparáis por este pecado contra mi Santo Espíritu, seréis Anatema. Acordaos de lo que dice mi Palabra: ¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es Templo del Espíritu Santo que habita en vosotros y habéis recibido de Dios y que por tanto, no os pertenece? Habéis sido comprados a precio. Glorificad pues, a Dios en vuestro cuerpo (1 Corintios 6.19,20).
Hijos míos, el precio que pagué por vosotros, fue la muerte en la cruz. Vosotros mis pequeños, no podéis profanar vuestro cuerpo, haciendo lo que queráis con él; porque vuestro cuerpo os lo repito: es Templo del Espíritu Santo. Vuestra responsabilidad es cuidar de él, vigilando que nada lo dañe o lo profane; vuestros cuerpos mis pequeños me pertenecen, vosotros no podéis disponer de ellos, no son vuestra propiedad.
¡Guardaos de profanar el Templo del Espíritu Santo, que es vuestro cuerpo; no mancilléis mi obra, haciéndoos Tatuajes, Perforaciones, Implantes, o Cirugías, por capricho o vanidad; porque en verdad os digo, que esto es abominable a los ojos de vuestro Dios! Aceptaos como os creé, porque fuisteis creados a imagen y semejanza Mía, y todas mis obras son perfectas. ¿Quién sois vosotros, hijos del barro para profanar mi Templo? ¡Insensatos!, ¿no sabéis que al profanar vuestro cuerpo, pecáis contra mi Santo Espíritu que habita en vosotros? ¿Qué me responderéis mañana, cuando vuestra alma se presente ante Mí, manchada con este pecado? Cuando profanáis vuestro cuerpo, cometéis pecado mortal y os convertís en Reos de Culpa.
Os he dado un cuerpo, alma y espíritu, que forman una sola unidad y que debéis de proteger y cuidar, para Gloria de Dios. Sólo es permitido por el Cielo, las cirugías, los implantes y demás modificaciones hechas en vuestro cuerpo, cuando se trate de problemas de salud, mutilaciones por accidente, deformaciones o enfermedades congénitas, y en general todo lo que tenga que ver con el tema de vuestra salud. Ninguna cirugía, implante o modificación corporal, hecha por capricho o vanidad, será justificada por el Cielo.
Recapacitad pues hijos míos, no sigáis profanando el Templo del Espíritu que es vuestro cuerpo. Vosotros sois producto de mi Amor y Misericordia y sois mi obra más amada. Vinisteis a este mundo no para a hacer vuestra voluntad, sino la Mía. Os recuerdo mi Palabra: la carne y el espíritu se oponen el uno al otro, de manera que no hagáis lo que quisiereis. (Gálatas 5. 17) Vivid en el Espíritu y evitad todo lo que tenga que ver con los deseos de la carne, para que estos no se apoderen de vuestra vida y os lleven a hacer vuestra voluntad en contra de la Mía.
Mi Paz os dejo, mi Paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Maestro, Jesús Sacramentado, el Amado que no es Amado.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, Hijos míos.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."