¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Jesús dice: (Jesús Nuestro Maestro, Vol. 1) Mis hijos, aquí estoy entre ustedes con la luz divina que emana de mi Corazón para inundarlos y para hacerlos instrumentos del bien en el mundo. Hoy quiero traerlos otra vez a la tierra de Palestina, como en ese día en que, rodeados de mis seres queridos, les hice esta pregunta: “¿Quién dicen ustedes que soy?”
Al responder Pedro: “Eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo,” le encomendé guiar a los otros, haciendo de él la piedra fundamental de la Iglesia, contra la cual ni el poder infernal tendría poder.
También quiero repetir a ustedes la misma pregunta y premiar sus respuestas con un regalo especial de fervor que les permite ser verdaderos apóstoles en el mundo.
Pedro habló bien. Aunque había seguido mis pasos brevemente y aprendido mis lecciones como los otros, me conocía mejor que los otros.
Por lo tanto, él fue capaz de iluminar a los otros.
Ustedes viene aquí todavía sucede como en aquellos tiempos. Aquí hay quienes están llenos de Dios y otros que siguen vacíos.
Hay quienes reciben tanta abundancia como para poder regalar a otros y hay quienes pierden las enseñanzas o la palabra con la primera ráfaga de viento.
No obstante, un conocimiento profundo del Hijo de Dios es necesario para ustedes.
Es cierto que la luz depende sobre todo de la pureza de las intenciones y la pureza de corazón con la cual ustedes la reciben, pero también es el deseo de profundizar las verdades de la fe que les hace merecedores de conocimiento.
No deseo grandes estudios teológicos de ustedes, lo cual frecuentemente llena a uno de orgullo y hace que hombres sencillos se sientan como superhombres.
Quiero que ustedes se acerquen a Mí con la sencillez de niños deseosos de la ayuda del Padre.
Deseo que la pureza de los hábitos y el amor ardiente de sus corazones preparen sus corazones para los encuentros conmigo, Hijo del Dios viviente y María.
La sencillez de las lecciones y la profundidad de la enseñanza: tal como se la imparto a ustedes, deben recibirla! Entre ustedes hay quienes reciben y transmiten mi Palabra.
Todavía en la Iglesia esta la Piedra fundamental: el Pontifico quien, asistido por el Espíritu Santo, continuamente dirige e instruye los hijos a quienes el Señor les encomienda como pequeñas ovejas del corral del Padre. Quien sea que se rebele contra el no es alumbrado por la luz de Dios.
Para él, oren otra vez y siempre recíbanle con devoción y afecto cualquier cosa que él les dirija en nombre mío, en el nombre de Jesús, Hijo viviente de Dios.
Quiero traerlos una vez más a ese encuentro para recordarles de cómo Pedro, impulsado por ese afecto que lo ató a Mí, mientras yo profetizaba a mis discípulos la pasión que Me esperaba, me incitaba a huir del sufrimiento y la muerte. “¡Aléjate bien lejos, Satanás!”, le contesté. Y él se aquietó.
Hijos, si quieren ser una luz para otros, si quieren ser apóstoles, tienen que toparse con muchos sufrimientos, que se parecerán un poco a lo que yo tuve que pasar.
Quien sea que les rodee y también podría tratar de inducirles a rebelarse contra el sufrimiento.
Aprendan como recibir la tentación y obra del Maligno en esto. No hay apostolado sin Calvario: una cruz en los hombros y una crucifixión, con frecuencia en un sentido espiritual y moral y sólo a veces en un sentido material y físico.
Aprendan a decir, con mi ayuda, a quien sea que quiera que ustedes se den por vencidos y los haga alejarse del sufrimiento y las dificultades: “¡Aléjate, Satanás!”, ya que para cada misión que el Señor les encomienda hay mucha ayuda y mucha gracia; y las muchas preocupaciones y dificultades son una señal de la importancia de su misión y la grandeza de la recompensa.
Sepan que cada lágrima que ustedes derramen tiene un efecto doble: es compensación y purificación, para ustedes y otros.
La sociedad y familia necesitan purificación. La misma Iglesia necesita un lavado de sufrimiento.
Aprendan a comprender y colaborar.
Que mi dulcísima Madre, quien en este día en una colina de la Eterna Ciudad hizo que, al gratificar los deseos de dos parejas benditas, por medio de la nieve indicara el límite de la basílica por construir, les enseñe a practicar y a extender ese candor que la familia, la sociedad y la Iglesia requieren.
Hijos, una vez más los bendigo y les doy, con un gran corazón, las bellas gracias.”
 
 Jesús Nuestro Maestro (Ingles)
Mensajes inspirados por Jesus a Carmela Negri Carabelli. Permiso del CENACOLO DELLA DIVINA MISERICORDIA, Centro di spiritualità, Viale Lunigiana 30, 20125 Milano, Italia, que tiene todos los derechos.




 
 

 
“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”

 

"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)" 
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)." 
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
 
 
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."