¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(481) – Mensaje del Cielo a la hermana Beghe, Francia. Haz la Señal de la Cruz y lee todo sin prisa
§1: Mi Madre era la Sabiduría encarnada
§2: Eva también había recibido grandes joyas espirituales, pero…
§3: Hijos Míos, imiten a Mi Madre tan santa

(Lectura: 3 min.)
En la fiesta de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 2025
«En honor a Mi Madre, María»
§1
«Mis queridos hijos,
Hoy es una fecha hermosa, muy querida por el Corazón Santísimo e Inmaculado de Mi Madre María. Ella era en la tierra el reflejo de Dios, era hermosa como una rosa en el momento más bello de su floración.

Mi Madre era la Sabiduría encarnada y, de hecho, la Santa Iglesia la venera como tal.
María era hermosa como una mujer puede serlo por Su apariencia física y moral, y superaba a todas las mujeres por Su aura permanente.
Toda mujer desearía ser como Ella, no por Su belleza real, sino por la atracción respetuosa que desprendía.
Dios la había colmado para Él más que para Ella, y Ella era Suya también por voluntad propia y por un profundo olvido de sí misma. Nada para Ella, todo para Dios, hasta en los más mínimos detalles de Su vida oculta.
Era conocida, por supuesto, como la muy respetada Madre del Señor durante Su vida pública y velaba discretamente, junto con las demás mujeres de su entorno, por las necesidades cotidianas de Su vida de peregrino y de la de Sus Apóstoles y discípulos.
Muchos libros han hablado de las virtudes de Mi Madre, vistas desde un ángulo u otro, porque Ella era a la vez: ferviente, orante, eficaz, presente, laboriosa, discreta, siempre previsora y responsable.
Su personalidad era fuerte, pero nunca molesta, siempre acogedora, y nadie se sentía nunca de más a Su lado.
Era la colaboradora de Dios en todas sus tareas, lo era por Sus oraciones, por Su mediación, constante y permanente, en favor de todos los que se acercaban a Ella, ante Su Divino Hijo, para quien no tenía ningún secreto.
Mi Padre Celestial y Yo confiábamos plenamente en Ella y nunca perdía una ocasión de alegrarnos con Sus elevadas virtudes y Su prudencia siempre eficaz. Al crearla, Dios le había dado toda Su confianza y Ella nunca la desmereció.
§2
Eva también había recibido grandes joyas espirituales, pero su caída fue tanto más dolorosa cuanto que cayó desde muy alto.

María no cayó, conservó las piedras preciosas que le habían sido confiadas y las multiplicó constantemente. No llamaba la atención, pero Su presencia marcaba intensamente a Su entorno. Era infinitamente respetable y respetada, y nadie se atrevía a cometer ningún error de lenguaje en su presencia.
Su presencia elevaba cualquier conversación, no se bromeaba y los intercambios eran armoniosos y benévolos; todos estaban siempre felices con ella y, cuando se marchaba a otro lugar, siempre dejaba tras de sí un bálsamo de energía y conciliación.
Inmaculada en cuerpo y alma, no se consideraba diferente de las demás personas de Su entorno porque Su caridad la impulsaba, Su indulgencia y misericordia elevaban Su espíritu y siempre estaba dispuesta a servir, ayudar, disculpar, comprender y ser indulgente.
Dios la amaba y Ella lo amaba a Él, de forma sencilla, natural, sin ambigüedades:
“Soy la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra.”
No hay resistencia alguna en estas palabras, sino una confianza total, sean cuales sean las consecuencias o las dificultades.
María solo hace una pregunta, la relativa a Su virginidad, que había consagrado al Altísimo, y luego, tranquila, se deja llevar por la Divina Providencia. No tiene voluntad propia, salvo la de obedecer totalmente a Dios, Su Creador, que tiene todos los derechos sobre Ella.
§3
Hijos Míos, imiten a Mi Madre tan santa, Su ejemplo tan perfecto de sumisión a Dios, Su confianza incluso en lo que podría haber parecido una falta a los ojos de Su futuro esposo, pero como la Divina Providencia es todopoderosa, Ella confía en Dios para la resolución de lo que podría ser malinterpretado.
Dios se encargó de todo y Sus designios no encontraron ninguna resistencia.
La Sagrada Familia estaba formada por: ¡Jesús, María y José!

Hijos Míos, vean este modelo de familia perfecta, donde la virtud ocupaba el primer lugar y donde todo se desarrolló según el Plan Divino, sin conflictos, sin orgullo y sin voluntad propia.
María Inmaculada era el eje de esta familia perfecta, entre el Niño Jesús y San José, velando por el entendimiento, por todas las necesidades domésticas y por el amor familiar.
Que todas las mujeres de la tierra sigan Su ejemplo y la recen porque, habiéndola dado al mundo Jesús crucificado, Dios les ha dado a Su Madre para que les ayude a alcanzar el Cielo después de Su vida terrenal, imitándola y tomando ejemplo de Ella en todos los momentos de su vida.
V: “Hoy es la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María,”
R: “Que con su pie virginal ha aplastado la cabeza de la serpiente.”
Sí, bendita eres Tú, María, porque el Poderoso ha hecho en Ti y por Ti grandes cosas.

Yo soy Dios y os bendigo en el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vuestro Señor y vuestro Dios».
Fuente: srbeghe.blog





Dios Padre: «



“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”




"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."