¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
15 de diciembre de 2025 – Extractos del Mensaje del Cielo a Christine, Francia
§1. Hijos, habrá y vendrá una gran confusión
§2. Preparen sus corazones en la oración y en el silencio

(Lectura: 2 min.)
§1
El Señor: «Hijos, vendré en silencio a llevar Mi mensaje de amor a los hombres de buena voluntad que escuchan Mi Palabra y entran en Mis atrios (lugares sagrados, iglesias). También vendré como un ladrón a tomar posesión de sus corazones e iluminar sus almas con el dulce perfume de Mi Presencia. Antes de que llegue la hora del Juicio, vendré a buscar a los Míos y los transportaré más allá de las luchas del mundo.
Hijos, habrá y vendrá una gran confusión y muchos estarán perdidos y asustados. Sepan permanecer y estar vigilantes para socorrer a los descarriados y dar fuerza a los desesperados.
El sufrimiento que viene llega porque los hombres no han escuchado ni siguen escuchando Mi voz, que viene a socorrerlos y a guiarlos por el camino de la Salvación.
Solo hay un camino, el Mío, que les salvará de los peligros del mundo y les protegerá en Mi Presencia. Hijos míos, se los he dicho muchas veces, es hora de recogimiento y de abandono a Mi Divina Presencia. El que Soy viene a cubrir a los Míos con Mi manto y a llevarles socorro y consejo en estos tiempos amargos y dolorosos que se avecinan.
Hijos, caminen por el camino que les muestro, el camino del abandono y la confianza en Mi divina Providencia, y se les dará la salvación.
En silencio, escuchen Mi Voz en ustedes, que viene a mostrarles el camino. Déjense guiar, no teman y no cierren sus oídos a las llamadas de Mi Corazón, que viene a mostrarles el camino a seguir.
Formen una sola familia, reúnanse tanto como puedan; el hombre solo es frágil, salvo el ermitaño, y no todos están llamados a ser ermitaños.
§2
Preparen sus corazones en la oración y en el silencio, lejos del mundo, tomen cada día momentos de profundo recogimiento; dominen sus pensamientos y vengan a refugiarse en Mi Corazón, entonces el camino se abrirá ante ustedes y, en la contemplación, su alma será iluminada y su espíritu guiado.

No lleven ni bolsa ni equipaje, ustedes son los nuevos peregrinos que llevarán sus pasos por el camino. El hombre del mundo desaparecerá, el hombre de Dios, el hombre en Dios, pondrá sus pasos donde Yo le diga que los ponga y, siguiendo Mis huellas, no podrá perderse.
¡Hijos, velad, oren en silencio! Que sus almas despierten y se eleven al Sol de Mi Corazón y se les dará el camino. Serán los nuevos peregrinos que construirán sobre lo antiguo; lo Nuevo que viene tiene el sabor del Cielo. Lo antiguo siempre muere, hijos, y ante la llamada de lo Nuevo desaparece.
Preparen sus alforjas y vengan a beber de la Fuente el Agua viva de Mi Corazón. Sean fieles y obedientes a Mi Ley de amor, solo la fidelidad y la obediencia serán su salvación. ¡Estén atentos, presten atención! ¡Tomen el camino del Camino de Vida que Yo soy!»
Fuente: Messages du Ciel à Christine





Dios Padre: «



“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”




"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."