¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(305) – Mensaje del Cielo a la hermana Beghe, Francia. Haz la Señal de la Cruz y lee todo sin prisa
§1: La guerra hace estragos y se extenderá más allá
§2: Una guerra total es un acontecimiento cruel y aterrador
§3: ¿Por qué esta guerra, estas privaciones, estas pruebas?

(Lectura: 3 min.)
§1
«Mis queridos hijos, Mis fieles hijos, Mis amados, la guerra hace estragos en [el país del rio Dniéper] y se extenderá más allá de este país debido a la negligencia de los beligerantes.
- ¿Quiénes son los beligerantes?
- ¿Acaso la doctrina católica no dice que tanto el culpable como el instigador son culpables de pecado?
Sí, el Occidente apóstata ha arrastrado a [el país del rio Dniéper] a su estela, haciéndola colaborar en sus costumbres depravadas y en sus investigaciones bacteriológicas, al tiempo que le hacía creer en su protección. [El país del rio Dniéper] ha sido tentada por la [Tierra del Águila] y se ha dejado corromper. [El país del rio Dniéper] es traidor a su historia y a su civilización, al igual que su líder supremo: corrupto y gobernado por las mismas tendencias inmorales que Occidente, hacia el que se vuelve.
Por eso, la acción emprendida por [el país del Oso] está justificada y Occidente, como el faraón de Egipto, está cegado y cometerá lo irreparable.
[El Occidente] la guerra comprometiéndose físicamente sobre el terreno y eso es algo que [el país del Oso] no aceptará.
[El Occidente] ya se ha comprometido firmemente con el suministro de material bélico, armamento y equipamiento, y aunque [el país del Oso] es muy consciente de ello, acepta el hecho de un supuesto no compromiso occidental.
Pero un error (¿el paso a la otra vida de un líder mundial?) será la ocasión para que [el país del Oso] se desborde del [país del rio Dniéper] y entonces la confrontación frontal será una realidad.

§2
Oren, oren, hijos Míos, porque una guerra total es un acontecimiento cruel y aterrador. El Occidente apóstata será castigado porque su apostasía, sus crímenes contra la vida: abortos, formación de la vida fuera de la ley natural, son crímenes que claman venganza al Cielo.
Muchos otros pecados claman venganza al Cielo, como el empobrecimiento voluntario de los pueblos y las leyes contra natura.
Dios utilizará la guerra para castigar a estas naciones criminales y apóstatas.
Los [Estados de la tierra del Águila], principales instigadores de la beligerancia mundial, también serán afectados en su corazón, mientras se creen a salvo entre dos océanos. No, las propias olas serán afectadas y hay que remitirse al Apocalipsis para encontrar la narración:
“Oí una voz que, desde el Templo, gritaba a los siete Ángeles: Id, derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios.
El primero [Ángel] fue a verter su copa sobre la tierra (es la enfermedad) …
El segundo Ángel vertió su copa en el mar (donde perece toda vida) …
El tercero [Ángel] vertió su copa en los ríos y en las fuentes; entonces se convirtió en sangre» (Ap 16, 1-9).
Sí, la guerra traerá escasez, miedo y muerte, tanto los animales como los hombres estarán consternados y la muerte se llevará a muchos.
Oren, hijos Míos, porque los días que les esperan serán duros, muy duros, y muchos de ustedes serán afectados por la muerte y el juicio particular.
Prepárense para comparecer ante Dios y conviértanse mientras aún hay tiempo.
Su contrición y su piedad durante el tiempo que les separa de este tumulto son necesarias y díganlo a su alrededor: conviértanse, confiesen, recen como reza un hijo de Dios y no como lo hace el mundano, de boquilla.
Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo les tiende los brazos y les repito:
“Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse” (Lc 15,7).
§3
Mis queridos hijos, ¿por qué estos tumultos, esta guerra, estas privaciones, estas pruebas?
- Sí, ¿por qué?
- ¿Por qué dejar que el demonio se ensañe con la humanidad, la vuelva perversa y luego la haga sufrir?
No es Dios quien hace eso, no, no es Dios, pero Él puede permitir el mal para un bien mayor.
Dios quiere su conversión, quiere una humanidad piadosa y fiel, y la Santísima Virgen María ha venido a la Tierra en muchos lugares para llamar a la humanidad a la conversión.

- ¿La han escuchado?
- ¿Le han obedecido?
No, el mundo se ha hundido cada vez más en el mal, en sus propios placeres, en el rechazo de Dios y, al hacerlo, se ha puesto en manos del demonio, que se regocija en destruir la obra creadora de Dios.
Es el demonio quien provoca las guerras, los odios, la sed de poder y la infidelidad. Es el demonio quien los tiene atrapados y Yo le dejo que los destruya porque esa destrucción es su castigo.
Pero ¿no he dicho:
“Si esos días no fueran acortados, nadie se salvaría; pero por causa de los elegidos, esos días serán acortados” (Mt 24, 22).
Sí, acortaré su angustia, acortaré el tiempo de la prueba en la medida en que Me lo pidan, en la medida en que Me lo supliquen.
Oren, hijos Míos, ustedes saben lo que viene, tendrán la gracia de soportarlo, de vivirlo, y serán santificados por ello. Me reservo un pueblo puro, un pueblo santo, un pueblo de Dios tal como Yo lo amaré apasionadamente.
No tengan miedo, no se asusten, porque “Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20).
Esta frase sacada del Evangelio, se la digo personalmente a ustedes, y a ustedes, y también a ustedes que Me leen.

Les bendigo, en el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Así sea.
Su Divino Maestro».
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."