¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(473) Mensaje del Cielo a la hermana Beghe, Francia. Haz la Señal de la Cruz y lee todo sin prisa
§1: ¿Saben lo que es el Bautismo?
§2: Quiero guiarles con pleno conocimiento de causa
§3: Estén con Dios y no flaqueen porque Dios estará con ustedes

(Lectura: 3 min.)
§1
«Mis queridos hijos, ustedes son Míos y Yo soy Suyo.
Nuestra unión comenzó con su bautismo, desde ese momento ustedes eran Mis hijos en la unión de su Destino Celestial.
- ¿Saben lo que es el Bautismo?
- Sí, claro que lo saben, pero ¿qué más?

Me incliné sobre su cuna, cuando eran pequeños en esa gran circunstancia, y Me puse a su lado como un Padre junto a Su hijo al que admira.
Sí, en ese día feliz, su alma era pura y Me regocijé por su entrada en Mi gran Familia celestial. Aún les quedaba un largo camino por recorrer, escollos, dificultades, luchas, pero al acogerlos en Mi Familia Celestial, les prometí Mi ayuda, Mi apoyo, Mis gracias y Mi Presencia.
Ahora han crecido, pero aún no han llegado a su destino. Qué alegría darles la bienvenida a Mi Reino, qué alegría para ustedes, para Mis Ángeles, para la asamblea de los Santos y para Mí poder recibirles y hacerles entrar en este lugar tan deslumbrante y divino que es Mi Cielo, Mi Morada eterna.
Alégrense, hijos Míos, en la expectativa de este gran momento de alegría total, de santa satisfacción y de contentamiento más allá de toda imaginación. Los espero, hijos Míos, Mis queridos hijos, los espero y les doy Mis gracias para que no se detengan en el camino.
§2
Y ahora, Mis Amados, quiero guiarles con pleno conocimiento de causa, con total claridad y lucidez.
El mundo es infeliz, los países no están bien, están mal gobernados; algunos ceden bajo el peso de la deuda, bajo la afluencia de extranjeros, bajo la tiranía de la guerra, mientras que otros hacen lo que pueden porque no tienen a Dios como Maestro y Señor.
Mientras los países no reconozcan a su verdadero Señor y Maestro, o no quieran reconocerlo, no conocerán los beneficios de una buena organización basada en la fe católica y en la caridad.
Cuando los países estaban menos entrelazados entre sí y eran cristianos, su vida cotidiana era coherente y se realizaban sucesivas mejoras por el bien común.
Hoy en día, el espíritu de caridad, el espíritu que quiere el bien de los demás, ha desaparecido y el demonio ha ocupado el lugar de Dios.
Los hombres ya no rezan, el demonio no lo permitiría, los hombres solo piensan en su satisfacción personal, incluso en detrimento de su prójimo. Esto no puede durar porque el mal se autodestruye, el mal trae consigo más mal, trae consigo molestias, dificultades, penas, carencias, y cuando ya no quede nada porque el mal lo habrá hecho desaparecer todo, el hombre despojado y herido se volverá hacia Dios y le rezará o le insultará.
Sí, Mis muy queridos, no todos se convertirán, algunos, y serán demasiados, se volverán hacia Mí para insultarme y blasfemar, como otros lo hicieron al pie de la Cruz, tal y como relatan los evangelistas.
No tengan miedo, Yo he vivido todo esto y les he dado el ejemplo de la confianza en Dios pase lo que pase.
§3
La Tierra es el pedestal hacia las alturas del Cielo y Yo estaré con ustedes, concediéndoles Mis gracias y Mi Amor, y su inquietud no los perturbará.
Yo estaba con Dios durante Mi Pasión y resistí, era Dios con Dios, pero también era hombre y el hombre no flaqueó.

Que sea lo mismo para ustedes, estén con Dios y no flaqueen porque Dios estará con ustedes.
“Les doy mi paz, no les doy como la da el mundo” (Jn 14, 27), les dije antes de dejarles para la Redención del mundo. A ustedes, Mis queridos hijos, les digo de nuevo: no se la doy como la da el mundo, porque mi paz es interior, hace que el alma sea pacífica y fuerte, dispuesta a atravesar todos los peligros para permanecer fiel e intrépida.
Oren, mis queridos hijos, para pedirme esta tranquilidad interior, esta determinación de serme fieles como lo serían a su esposa o esposo, a sus hijos, a sus seres queridos. Ellos les necesitarán, necesitarán su ejemplo, porque, así como Mis Apóstoles Me admiraron y siguieron el camino que Yo les había trazado, así hagan ustedes lo mismo: ustedes Me conocen, estoy tan cerca de ustedes a través del Santísimo Sacramento de la Eucaristía.

Les sostendré como he sostenido a todos Mis fieles desde Pentecostés, cuando Mi Espíritu Santo llenó el universo y fundó la cristiandad.
Las horas oscuras, como las que rodearon a la Tierra en la hora de Mi Muerte, se manifestarán de nuevo porque el demonio es el Ángel de las Tinieblas; quiso manifestar su victoria en esa hora trágica de la Muerte de su Salvador, pero pronto se desilusionó, su victoria fue efímera y su derrota mucho más contundente.
Mantengan la confianza, cuando la tristeza y el miedo invadan su entorno, no teman y levanten la cabeza con fe y fuerza porque lo que vendrá después será hermoso, alentador, reconfortante y duradero.
Que Dios esté con ustedes y estén con Mí. Los bendigo, mis muy queridos, los amo, no los abandono.
En el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Así sea.
Su Señor y su Dios».
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."