¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(470) Mensaje del Cielo a la hermana Beghe, Francia. Haz la Señal de la Cruz y lee todo sin prisa
§1: Queridos hijos, no se cansen de leerme y releerme
§2: Mi doctrina, una doctrina de dulzura, acogida y respeto
§3: Mi Cruz salva, Mi Cruz santifica, Mi Cruz regenera

(Lectura: 3 min.)
§1
«Mis queridos hijos, no se cansen de leerme y releerme, así como Mis Evangelios deben leerse y releerse. Mis cartas les están escritas como apoyo diario, pero no duden en releer las de los meses y años anteriores. Todas siguen siendo actuales porque la Palabra de Dios es inmutable.
El hombre cambia, pero Dios no cambia, Él es el Eterno y, por lo tanto, no sigue ninguna evolución. Él habla al hombre cuando quiere y Su Palabra es como Él, eterna. El hombre, en cambio, cambia, evoluciona para bien, para menos bien o, lamentablemente, para mal, y en ese caso debe recuperarse, enmendarse.
¿No les he pedido que se pongan a Mi escuela, “porque soy manso y humilde de corazón, y encontrarán alivio para sus almas”? (Mt 11, 29).
Todo está dicho en estas pocas palabras: imítenme, aprendan de Mí, ámenme y yo los aliviaré, los consolaré, los abrazaré contra Mi Sagrado Corazón. Reflexionen sobre la palabra «amar» y vean qué lugar ocupa esta palabra en su vida.
Les ayudo: amar es pensar con placer en alguien, en algo, es apreciar la presencia de un ser querido, es desear el bien del ser amado, es esforzarse por complacerlo, por aportarle algo positivo, es donarse a sí mismo, sus placeres, sus comodidades, sus bienes para dárselos o compartirlos con aquellos a quienes ama.
Y, por último, es el abandono de uno mismo, el olvido de uno mismo por la salvación de los demás, como Yo vine a ofrecerme para darles la vida eterna.
Si realmente aman a su familia, a sus seres queridos, estarán dispuestos a dar su vida para protegerlos, para ponerlos a salvo del mal, para elevarlos (en los dos sentidos de la palabra).

Tal ha sido Mi Misión al encarnarme en la humanidad, y esa Misión era la del Amor.
§2
Yo soy el Amor perfecto, el Amor sublime, el Amor desinteresado. Vine a ustedes así, vine a Mi hogar, junto a los Míos, en Mi Creación, y fui rechazado, despreciado, malquerido y cruelmente, muy cruelmente, condenado a muerte.

Mi doctrina, una doctrina de dulzura, acogida y respeto, fue despreciada, Me trataron de malvado, de impío, de usurpador, Me golpearon, humillaron y crucificaron. Ofrecí a Dios todas estas traiciones en el abandono total de Mí mismo, pagando el precio del rescate del pecado, de todos los pecados de todos los hombres de todos los tiempos.
Cuando, siguiendo Mi ejemplo, les llegue el turno de entregarse por los suyos, les daré la gracia de la fuerza, el valor y la perseverancia, como se la he dado a los mártires de todos los tiempos, y formarán parte de «una gran multitud que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas y con palmas en sus manos» (Ap 7, 9).

La túnica blanca significa la pureza del alma en estado de gracia y las palmas significan la victoria del martirio siguiendo al Cordero. Esta visión del apóstol Juan les permite vislumbrar el número incalculable de fieles que han seguido Mis pasos, y ustedes que Me leen seguramente forman parte de ellos; sí, oren y oren aún más para formar parte de ellos.

“Es muy probable que el Apocalipsis sea el Gran Reset que estás esperando.…”
Ya sea el martirio de su cuerpo o el de su alma, es el abandono de ustedes mismos en unión con Mi Cruz lo que les reunirá con esta inmensa multitud en medio de la cual cada uno es único, cada uno es Mi Hijo bien conocido y bien amado, cada uno se ha entregado y Me ha seguido para ser a Mi Imagen y Semejanza.
Dios está y estará contento con ustedes y habrán llegado al final de su vida, al Cielo y a la bienaventurada Eternidad, donde ya no habrá dolor, ni lágrimas, solo habrá alegría, felicidad y verdadero Amor.
§3
¿No he dicho?
“Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Pero tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!” (Lc 12, 49-50).
Sí, toda Mi vida terrenal estuvo orientada hacia el momento de Mi Sacrificio por la salvación del mundo y este pensamiento no Me abandonaba. Ustedes también, Mis queridos hijos, piensen en ofrecerlo todo en unión con Mi Cruz tan dichosa que les ha abierto el Cielo.
Que todo sacrificio, todo dolor, todo sufrimiento estén siempre unidos a Mi Cruz.

Mi Cruz salva, Mi Cruz santifica, Mi Cruz regenera y toda Mi vida tendí hacia ella por Amor a ustedes. Este Amor inmenso, divino, les espera, es suyo.
Dios les espera, vengan, vengan los virtuosos y los santos que serán al abandonar esta tierra.
Que tal sea su Esperanza, esta gran virtud reconfortante y salvadora.
Los bendigo, Mis muy queridos, en el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Así sea.
Su Señor y su Dios».
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."