¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(ND24G25) Extractos de los Mensajes de la Reina del Rosario a Gisella
§1: Orad el Santo Rosario
§2: La guerra espiritual será cada vez más fuerte
§3: Muchos serán fieles al anticristo
§4: Qué hacer para protegerse

§1
Orad el Santo Rosario
“Os pido que os acerquéis a Dios con amor y por amor.
Orad mucho y haced cenáculos de oración.
Orad el Santo Rosario para que el mal no prevalezca.

[…] Orad especialmente por la Iglesia, por los sacerdotes, por los cismáticos y herejes, para que vuelvan al camino que conduce al Cielo.
Orad por los sacerdotes, amados hijos, para que sean sal de la tierra como los primeros sacerdotes y luz para iluminar a la humanidad. Sed fieles al Evangelio y a la verdadera doctrina de la Iglesia y sed valientes y fervorosos como los primeros Apóstoles.”
§2
La guerra espiritual será cada vez más fuerte
Hijos Míos […] consoláis Mi Corazón […] muchas han sido las gracias que han bajado del Cielo como maná para los que han buscado el alimento amado (la Eucaristía), muchos de Mis hijitos, han vuelto a Dios, pero Mis Lágrimas mojan Mi Rostro cuando veo que algunos se alejan de la oración.
Hijos Míos, la lucha es difícil, la guerra espiritual siempre será más fuerte, pero vosotros luchad por vuestra Fe, sed cautos porque el maligno trata de destruiros, metiendo en vuestras cabezas cosas falsas, falsas doctrinas.
Pero ustedes que conocen la Verdad sigan caminando por la senda correcta. Me aflige quien no oye o no quiere oír Mis palabras. […] No dudéis de lo que es la Palabra y el Evangelio.
[…] Pido a Mis consagrados que miren el camino indicado por Dios y lo que no venga de Dios lo sentiréis en vuestros corazones.
Hijos Míos, tened caridad y usadla con vuestros hermanos en el amor y la unión.
Que la paz esté en vuestros corazones».
§3
Muchos serán fieles al anticristo
Queridos hijos de Mi Corazón […] Hijos Míos, pido al mundo que se una en oración, os lo ruego hijos, el mundo necesita fe, esa fe ahora perdida para muchos.
¡Volved a Cristo!
Hijos Míos, hoy os pido que no tengáis miedo, no temáis los cambios que veréis en los cielos y en la tierra, hay muchas señales, pero muchas veces no las veis porque estáis distraídos por el mundo, sabed que Yo estoy siempre con vosotros para protegeros porque soy vuestra Madre.
Hijos Míos, muchos serán fieles al anticristo que ahora está presente, pero Yo a ellos les digo: van a preparar su holocausto.

Hijos Míos, Me habéis sido entregados bajo la Cruz y por eso sois de linaje real, no temáis nunca porque a través del dolor y a través de la Cruz, seréis dignos hijos de Dios. No hay otro camino, que el sufrimiento, para alcanzar el pináculo de la santidad.
Sed apóstoles y testigos en el mundo, Dios ama a sus hijos que le son fieles y obedientes. Todo se desmoronará pero ni un pelo será tocado.
Ahora os dejo la paz y llevadla a vuestros hogares y familias.”
§4
Qué hacer para protegerse
“Hijos Míos, […] ¡Os pido que volváis a Dios!
No perdáis tiempo, ahora es urgente, sólo así podréis cambiar y encontrar la Gracia.
Hijos Míos, muchos de vosotros habéis recibido muchas gracias y a menudo no os dais cuenta.
¿Creéis que habéis sido buenos?
¿No creéis que el Señor escucha vuestro corazón y si la petición es buena para vuestra vida, os da la Gracia?
Hijos Míos, a menudo Me preguntáis qué hacer para tener protección para lo que está por venir.
Yo os digo que recéis, que seáis humildes, que deis amor, que compartáis con vuestros hermanos, que no juzguéis, que estéis cerca de los Sacramentos, que discernáis la Presencia de Mi Hijo Vivo y que os consagréis a Mí, y así estaréis protegidos cuando el fuego llueva del Cielo y los vivos envidien a los muertos.

Hijos Míos, os pido que recéis por los sacerdotes para que tengan Fe y valor, porque pronto las iglesias se vaciarán. Orad por la [Confederación Helvética].
Hijos Míos, sed prudentes y tened cuidado con los lugares concurridos.
Ahora os dejo con Mi Bendición Maternal en el Nombre (+) del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora es el momento de dar testimonio.”
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Fuente: La Regina del Rosario








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."