¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(D2824) Haz la Señal de la Cruz y lee todo…
§1: Os amo, os aprecio y sois Míos
§2: Cuando la tierra estará agitada
§3: Os escucharé y os oiré si sois fieles a Mí…
§4: Por Mí seréis fuertes

§1
«Mis queridos hijos, sed buenos, sed fuertes en la virtud de la fortaleza, sed gentiles como Yo fui gentil y como Yo soy eternamente. Os amo, os aprecio y sois Míos. Que la gracia de Dios esté con vosotros, hoy, mañana y siempre.
La gracia de Dios es Su Bendición, Su Fuerza, Su Amor, y todas las gracias que Dios concede a los Suyos deben ser recibidas con deferencia, con aplicación y con docilidad.
¿Sabéis lo que es la docilidad?
Creéis que sí, pero ¿cuántos de vosotros sois realmente dóciles cuando se trata de la Voluntad de Dios?
Dios quiere que seáis puros, Dios quiere que seáis castos, Dios quiere que seáis obedientes a Sus leyes, a Sus Diez Mandamientos, pero ¿cuántos de vosotros lo sois?
Si lo fueran, serían santos, pero ¿cuántos de vosotros se declaran santos?
Nadie, realmente nadie, porque en la tierra estáis en el camino de la santidad y aún no habéis llegado a vuestro destino. El camino es duro para las almas en camino, Yo lo sé, por eso derramo Mis gracias sobre vosotros y las derramaré aún más sobre vosotros si Me las pedís.
Pedidme Mis gracias, estoy dispuesto a daros muchas si Me las pedís. Sí, no lo dudéis, pedid, rezad para recibirlas y Yo os escucharé, os oiré.
§2
Cuando la tierra estará agitada, es decir, cuando estallará la guerra en el globo, dondequiera que estéis, vuestra seguridad será incierta y debéis orar en vista de este tiempo desestabilizado.

Preparaos mediante la oración, para que cuando llegue el momento estéis preparados, vuestra alma segura y vuestra paz interior cierta. No temeréis, estaréis atentos a vuestros hermanos de la tierra y les daréis ejemplo de caridad y de fraternidad.
Estaré con vosotros porque Me habréis orado y estaréis dispuestos a cumplir la tarea que os confiaré, la de seguir Mi ejemplo, la de ser Mis discípulos que, como Mis apóstoles y discípulos después de Mi Ascensión y de la bajada del Espíritu Santo sobre ellos, no temieron dispersarse por el mundo para evangelizar a las naciones, cada uno a su manera y según lo que Mi Espíritu Santo les dio que hicieran.
Así os quiero a vosotros, Mis muy queridos hijos y discípulos, dispuestos a darme a conocer en un mundo que se ha vuelto incrédulo, que se ha perjurado, que se ha vuelto despreciativo de Mi Ley.
Vosotros seréis Mis representantes tanto como Mis sacerdotes que han permanecido fieles, y os reuniréis en torno a ellos para ayudarles en cualquier necesidad.
§3
Hijos Míos, hoy vengo a vosotros para pediros esta fidelidad, este ardor, esta confianza que Dios da a todos los que le rezan. Dentro de unos días, pocos días, entraréis en un nuevo año; muchos de vosotros cerraréis el año que termina con el canto público del Te Deum [1] en vuestra parroquia y abriréis el nuevo año al día siguiente con el canto del Veni Creator [2].
El Te Deum es un canto de acción de gracias por todos los bienes que hemos recibido de Dios, mientras que el Veni Creator pide al Espíritu Santo Su presencia y Sus Siete Dones para que podamos vivir como buenos y fervientes cristianos.
Os escucharé y os oiré si sois fieles a Mí y me ponéis siempre en primer lugar en vuestra vida.
Que la paz, Mi paz, esté con vosotros hoy y todos los días de vuestra vida.
§4
Yo os bendigo y permanezco con vosotros en todo momento y en toda circunstancia. Estad convencidos de esto, estad seguros de esto, confortaos con esto. Yo estoy con vosotros como lo prometí a Mi Iglesia naciente y vosotros formáis parte de Ella.
Mis promesas, por tanto, os conciernen, estad seguros de esto: «Las puertas del infierno no prevalecerán contra Ella» (Mt 16,18). Por Mí seréis fuertes, por Mí no seréis abatidos, ¡he hecho un juramento y Yo, Dios, no soy perjuro!

Hijos Míos, estáis avisados, creed en Mí y Yo creeré en vosotros; os acompañaré en vuestras obras de Misericordia, os asistiré y no estaréis solos.
Que Dios os bendiga y os ame. Él cuenta con vosotros, Él os necesitará, Él os necesita, no le defraudéis.
Os bendigo en el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Que así sea.
Vuestro Señor y vuestro Dios».
- Te Deum laudamus
A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos. A ti, eterno Padre, te venera toda la creación.
Los ángeles todos, los cielos y todas las potestades te honran. Los querubines y serafines te cantan sin cesar: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza el glorioso coro de los Apóstoles, la multitud admirable de los Profetas, el blanco ejército de los mártires.
A ti la Iglesias santa, extendida por toda la tierra, te proclama: Padre de inmensa majestad, Hijo único y verdadero, digno de adoración, Espíritu Santo, Defensor.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo. Tú eres el Hijo único del Padre. Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte, abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios en la gloria del Padre. Creemos que un día has de venir como juez.
Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos, a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos.
V. Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.
R. Sé su pastor y ensálzalo eternamente.
V. Día tras día te bendecimos.
R. Y alabamos tu nombre para siempre, por eternidad de eternidades.
V. Dígnate, Señor, en este día guardarnos del pecado.
R. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
V. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
R. En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre. Amén.
- Ven, Espíritu Creador
Ven, Espíritu Creador, visita las mentes de los tuyos; llena de la gracia divina los corazones que tú has creado.
Tú, llamado el Consolador, Don del Dios Altísimo; Fuente viva, Fuego, Caridad y espiritual Unción.
Tú, con tus siete dones, eres Fuerza de la diestra de Dios.
Tú, el prometido por el Padre.
Tú pones en nuestros labios tu Palabra.
Enciende tu luz en nuestras mentes, infunde tu amor en nuestros corazones, y, a la debilidad de nuestra carne, vigorízala con redoblada fuerza.
Al enemigo ahuyéntalo lejos, danos la paz cuanto antes; yendo tú delante como guía, sortearemos los peligros.
Que por ti conozcamos al Padre, conozcamos igualmente al Hijo y en ti, Espíritu de ambos, creamos en todo tiempo.
Gloria al Padre por siempre, gloria al Hijo, resucitado de entre los muertos, y al Paráclito por los siglos y siglos. Amén.”
Fuente srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."