¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
27 de octubre del 2024 – Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Luz de María
§1: Les llamo a la conversión hijos Míos
§2: Aún siguen caminando con los harapos de cuando no Me conocían…
§3: Necesitan cambiar ya su conducta de toda la vida…
§4: Los elementos se encuentran alterados…
§5: Continúen en el camino de la salvación eterna

“Amados hijos de Mi Corazón: los amo con Mi Amor eterno. Son la niña de Mis Ojos (Sal. 17, 8-10), a todos les amo.
§1
- Amadísimos hijos, les ofrezco Mi Corazón del cual emanaré Mi Divina Misericordia sobre quienes deseen adentrarse y beber Mi Perdón y Mi Misericordia para llegar a gustar del Banquete Eterno.
- Amados hijos, esta generación ha sido desviada hacia otros caminos que no es Mi Camino. Mi Camino es uno, no posee atajos y ustedes lo saben.
Les llamo a la conversión hijos Míos, a un cambio de vida rotundo; de lo contrario, no son verdaderos. No pueden consentir en ustedes los vicios del ego humano mal empleado, no pueden consentir en ustedes el desapego que poseen hacia Mí y decir que son Mis hijos.
- En este momento tienen que hacer un firme propósito de cambio en cuanto el obrar y actuar personal; de lo contrario, no serán amados por sus hermanos, sino al contrario, serán despreciados y eludidos. Quien no da testimonio de que Yo moro en él, causará que Mis hijos se alejen de Mí.
- En este momento de aparente paz mundial deben ser testigos de Mi Amor y ser más Míos que de lo mundano, más Míos que del ego caprichoso que les lleva a desear y exigir primeros lugares (Lc. 14,7-11).
- En este momento tantas almas víctimas se entregan por la humanidad y por el cambio de aquellos que Me leen o Me escuchan y se toman Mis Palabras a la ligera o piensan que son para otros de Mis hijos. Cada una de Mis Palabras son para cada uno de ustedes en lo personal.
§2
Aún siguen caminando con los harapos de cuando no Me conocían y ahora Me conocen, pero a la vez Me desconocen. Esos harapos que cargan son fétidos y causan que sus hermanos no deseen escucharles ni seguirles.
Yo les he entregado un tesoro a cada uno de Mis hijos, cada uno sabe qué hace con ese tesoro. Algunos lo custodian y lo hacen crecer con sus obras y actos realizados en Mi Amor. Deben hacer crecer ese tesoro obrando y actuando en la Caridad nacida de Mi Amor, en la Esperanza nacida de Mi Amor y en Mí colocan su Fe y la hacen crecer. Otros de Mis hijos, dilapidan el tesoro, se quejan de todo y desprecian ese tesoro por una vida mundana.
Hijitos, no poseen idea del dolor que Me causan esos hijos que renuncian a cuanto Yo les he dado, a cuánto les encargué y en este momento tan próximo a los acontecimientos, son tentados por el Demonio y sus secuaces y caen al llevar consigo un ego que no les permite ni caminar ni mirar a un lado u otro, no les permite mirarse a sí mismos ante esa hinchazón que poseen.

Insisto tanto en la humildad, pero son tan pocos los que la poseen, los que guardan Mi Ley y creen verdaderamente. Son tan pocos los que llevan a la práctica la caridad hacia sus hermanos, que continuamente le dan hiel a sus hermanos, al mirar al prójimo como algo sin valor.
Hijitos Míos, necesitan reflexionar estas palabras… Y ante los corazones de piedra, oren y entréguenlos a Mí, Yo les cincelaré fuerte para que se miren a sí mismos y no se engañen más.
§3
Amados hijos de Mi Corazón: Necesitan cambiar ya su conducta de toda la vida, deben levantarse y surcar las alturas ante este momento en que el Demonio les ha encomendado a sus secuaces que hostiguen a Mis hijos para hacerles caer.
Si en algún momento de la historia de la humanidad necesitan mantenerse junto a Mí, a Mi Madre Santísima, a sus santos de su devoción, a Mis Arcángeles y legiones de Ángeles, es este momento; no otro, ni antes ni después, es este momento.
Hijitos Míos, la oscuridad se abalanza sobre la Tierra. ¡Cuantos de ustedes sentirán enloquecer al no poseer un medio de comunicación, al no poseer la tecnología de este momento!

Mi Luz llegará y al proveerles de Mi Luz, sus ojos verán lo que otros de Mis hijos no verán, siempre y cuando se encuentren luchando por vivir en obediencia a Mis Pedidos y de la Mano de Mi amadísima Madre. Los humildes de corazón (Fil. 2,3; Col. 3, 12) recibirán Gracias de Mi Parte; sus Ángeles Custodios les auxiliarán. No teman, no se encuentran solos.
§4
Amados Míos, los elementos se encuentran alterados por la radiación que reciben del espacio, en especial del sol, y se precipitan más sobre Mis hijos. Cuan vulnerables son y con cuanta arrogancia se enfrentan a Mí, promoviendo la más aguerrida lucha entre el bien y el mal (Ef. 6,10-13).
Más que una guerra entre naciones, lo que sucede es una fuerte guerra espiritual que no terminará hasta que pasen por el crisol al que les someterá el Demonio.
En este momento la carencia de fe de parte de Mis hijos, les ha llevado a creer que no estoy presente en la Sagrada Eucaristía.
Hijitos, necesitan abastecerse de Mi Palabra, adentrarse en Mí y abastecerse de alimentos, para que no salgan de sus casas ante la caótica situación de quienes no han querido escucharme.
Oren hijos Míos, oren, Yo estoy presente en la Sagrada Eucaristía, aunque no lo crean. Verán milagros en manos de Mis Sacerdotes.

Oren hijos Míos, oren, la humanidad se encuentra convulsa; Mis hijos de Medio Oriente se hunden en ataques violentos. [La nación de los descendientes de los cambia-monedas del Templo]. ataca y más países entran en acción. Medio Oriente arde.
Oren hijos Míos, [la nación con capital Pyongyang] entra en acción contra [la nación con la bandera amarillo-azul] y Mis hijos de este tierra padecen más que antes.
Oren hijitos, los presidentes [del Viejo Continente] padecen por la guerra, nada será como antes.

Oren hijos Míos, oren, la incertidumbre crece ante una fe debilitada desde dentro.
Yo estoy con ustedes hasta el fin (Mt. 28,18-20), no les desamparo.
§5
Mis hijos no deben temer; continúen en el camino de la salvación eterna, les auxiliaré continuamente. No se encuentran solos y eso lo deben comprender. En este momento de guerra recibirán más Auxilio Divino, continúen con fe para que nada les aleje de Mí.
Sean conscientes de que sin Mí nada son (Jn. 15,5), Mi Amor no cambia como el de la criatura humana. Me encuentro presente ante ustedes; no se encuentran solos, crean en este su Señor y su Dios, crean y Mi Auxilio se dará hacia los necesitados, pero deben creer en Mí.
El amor debe permanecer operante en Mis hijos, la fraternidad no debe desaparecer, al contrario, debe crecer para que las murallas no las derriben los enviados del Maligno.
- Les ordeno a Mis hijos ser luz en esta humanidad de tinieblas…
- Les ordeno tomar en serio Mi Palabra, se abre la cortina de la guerra mundial y deben mantenerse preparados, sobre todo en el espíritu.
- Sean humildes, no sean arrogantes.
- Sean caritativos, no sean avaros.
- Sean unidad, no actúen individualmente.
- Sean cumplidores de la misión que les he encomendado a cada uno.
- Sean esperanza y luz para sus hermanos.
Amados hijitos, no guarden rencor en el corazón, cuanto les he prometido llega a Mis hijos. Manténganse atentos, sean amor y esperen que todo se cumple.
Les amo, les protejo y cada uno de Mis hijos debe cooperar siendo amor, manteniendo la paz en Mi Pueblo, para que no sea vencido por el Demonio.
Sean Mi mismo Amor y respeten Mi Presencia real en la Sagrada Eucaristía.

Les bendigo con todo Mi Amor. Su Señor y Rey Jesucristo».
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Comentario de Luz De María

«Hermanos: Nuestro Señor Jesucristo nos llama a la paz en nuestros corazones. Seamos hijos obedientes y en este momento tenemos que acallar la voz que llama a la rebelión en nuestro interior. Seamos amor y mantengamos la fe viva en nosotros. Amén»
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."