¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(O924) Haces la señal de la cruz y lees todo sin prisa.
§1: Cuando morí, todavía en la Cruz…
§2: Mi Alma inmaculada, pero sin embargo cubierta de todos los males de la tierra…
§3: Esta prueba fue Mi victoria final
§4: Quiero dar a conocer al mundo esta última prueba de Mi Pasión
§5: Yo os apoyo, hijos Míos, en todo dolor, en toda dificultad…
§1
“Mis queridos hijos, […] cuando morí, todavía en la Cruz, vi el mundo y Me quedé inmóvil, como petrificado.

[El mundo] era negro, vil, bajo e inconmensurablemente malo. Vi todas las disputas, todas las ingratitudes, todas las rencillas, todas las desuniones, todas las guerras y vi al demonio de la Soberbia, Lucifer, regocijándose en el desorden, la bajeza y la irresponsabilidad de los hombres a lo largo de los siglos.
He visto en particular los crímenes de aquellos que se llaman a sí mismos Mi pueblo y que estaban orgullosos de sí mismos.Estaban tan llenos de sí mismos, de su superioridad, de sus riquezas, de sus capacidades inviolables que eran totalmente indiferentes a la suerte de aquellos a quienes maltrataban.

§2
Vi el infierno abrirse para tragarme porque era el receptáculo de todas las desgracias del mundo y Mi Alma se aterrorizó. Vi a todos los condenados de todos los tiempos odiarme y detestarme, y todos querían agarrarme para llevarme con ellos.
Los demonios, las almas demoníacas y condenadas Me querían con ellos para condenarme más y fui apresada por esta horda maligna al salir de Mi pobre Cuerpo torturado y conmovedor.
Mi Alma inmaculada, pero sin embargo cubierta de todos los males de la tierra, de todos los pecados de los hombres, por horribles y bajos que fueran, estaba aparentemente destinada a ellos; lo creyeron y su abyecta vileza les hizo creer que podían dominar lo que sólo pertenecía a Dios.
Me agarraron y Yo, la Bondad Divina, la Caridad Divina, la Excelencia Divina, pero también la Autoridad Divina, rechacé su presión con una mirada fulgurante que manifestaba un Poder sin igual y todos se echaron hacia atrás, efecto que ninguna otra alma habría podido obtener sobre ellos, excepto el Alma Divina.

§3
Me libré de sus garras, de su furia, de su aliento pestilente, lo que no podría haber logrado ningún otro, y emprendí Mi viaje por todas las esferas inferiores del Más Allá, comúnmente llamadas Hades o los infiernos.
Liberé a las almas de los justos, pacientes y fervorosos, situados en la esfera de los Patriarcas, pues mientras no se hubiera consumado la Redención, también ellos, herederos del pecado original, no podrían alcanzar el Paraíso, donde las almas santas, vivificadas por Mi Vida, tendrían en adelante acceso.
Este impresionante ataque de todo el Infierno, en el que se encontraban Mis enemigos más implacables y detestables, fue la prueba final de Mi Alma, enfrentada al mal superior, al mal infinito, al mal de las profundidades del horror.
Fue victorioso, Uno contra todos, donde ningún alma puede escapar jamás, donde todos están condenados para la eternidad porque han rechazado para siempre al Dios Vivo y Eterno. Esta prueba fue Mi victoria final, de la que muchas almas en la tierra no son conscientes, pues sólo la conocen aquellos que alcanzan el Conocimiento perfecto en el lugar de la Felicidad eterna.
§4
Quiero dar a conocer al mundo esta última prueba de Mi Pasión y de Mi Muerte, la invisible de la última etapa de Mi Pasión y, allí también, la viví perfectamente.
Impresioné tanto a Mis enemigos con Mi mirada imperiosa e inalcanzable, que retrocedieron a pesar suyo, Me dejaron ir involuntariamente y, pronunciando Mi Nombre «Jesús» a pesar suyo, se volvieron sobre sí mismos y doblaron la rodilla ante su gran indignación (Fil. 2, 9-10). Liberado, salí inmediatamente, dejándoles a su vergüenza y cólera.

(Fil. 2, 9-10) “Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos.”
Fui acogido con profunda y santa alegría por Mis Almas en el Limbo de los Patriarcas y recorrí todas las demás esferas del mundo invisible llevándoles la Esperanza y la confianza de la Salvación.
§5
He querido introducirles en el conocimiento de esta realidad invisible y todos Mis Santos del Cielo la conocen ya que es parte integrante de Mi Pasión y de Mi Muerte.
He sufrido física, psíquica y espiritualmente, lo he sabido todo, lo he experimentado todo personalmente y ningún dolor físico o moral me es desconocido.

Yo os apoyo, hijos Míos, en todo dolor, en toda dificultad, en todo cansancio y en toda incomprensión, porque todo lo he vivido, todo lo he conocido y todo lo he experimentado. En Mí encontraréis al confidente perfecto, al consolador experimentado y al médico competente para cada enfermedad.
Todo puede ser curado y sanado en Mí, y no dejo a nadie atrás mientras se dirija a Mí. Yo soy vuestro Salvador, vuestro Redentor, nada Me es desconocido, nada Me es indiferente, y YO OS AMO.
Que Dios os bendiga, os ame a cambio y os admire.
Os bendigo en el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Que así sea.
Vuestro Señor y vuestro Dios.”
Fuente srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."