¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(O424) Haces la señal de la cruz y lees todo sin prisa.
§1: Abandonaos a Mi Divina Voluntad
§2: Todo hombre en esta tierra tiene una autoridad superior a la que está sometido
§3: Dejaré que el mal se elimine
§4: Necesito de vosotros, de vuestra confianza
§5: Cuando la guerra estalle en vuestras tierras…
§6: Guardad el día del Señor
§1
“Mis muy queridos Hijos, Mis Amados, ustedes están siempre en Mis pensamientos, así como el ser amado está siempre en los pensamientos de quien lo ama. Por tanto, estáis siempre en Mis pensamientos y sin Mi apoyo personal y permanente, estaríais bastante abandonados.
Quiero, Mis muy queridos hijos, hablaros hoy del abandono a Mi Divina Voluntad. Este abandono intelectual, moral y emocional es indispensable para que Yo os guíe en este mundo y especialmente en tiempos de inestabilidad política.
El mundo se encuentra actualmente en una situación de tensión internacional, pero no debéis asustaros personalmente por ello. Si oráis y os confiáis a Mí, dependeréis enteramente de Mi Divina Providencia, estad seguros de ello y no abandonéis esta certeza. Yo lo veo todo, todo lo que sucede, lo conozco, conozco los pensamientos, las intenciones y las acciones de todos.
§2
[La nación de los descendientes de Caifás] es el líder en este momento, los políticos son sus partidarios y si algunos le reprochan demasiada crueldad, no pueden decirlo demasiado alto por miedo a estar en disonancia con…
Quiero decir aquí que todo hombre en esta tierra tiene una autoridad superior a la que está sometido. Si no es Dios, es su enemigo implacable, el jefe de los ángeles rebeldes, aquel a través del cual se perpetran todos los problemas, penurias, revueltas e inmoralidades.

Es él o vuestro Dios, no hay otro; es él, ¡el demoledor, el tirano, el usurpador o vuestro Dios!
Yo soy vuestro Dios, veo todo lo que ocurre en la tierra y sigo siendo vuestra Providencia Divina a pesar de todo el mal, a pesar de todas las incertidumbres, a pesar de todos los peligros.
§3
Dejaré que el mal se elimine y cuando ya no tenga fuerza, intervendré porque la Tierra es Mi creación y Yo salvo, Yo reparo, Yo renuevo. Intervengo suavemente con cada uno de vosotros e intervendré con fuerza el día en que decida poner fin al mal en la Tierra.
Ese día está cerca, lo repito una y otra vez, y vuestra fe, vuestra esperanza y vuestra caridad, estas tres virtudes teologales, es decir, las que tienen por objeto a Dios y a vuestro prójimo por Él y para Él, no deben haceros vacilar. A través de todas las virtudes que poseéis en vosotros como virtudes mayores porque tienen a Dios por objeto, no temeréis nada, estaréis confiados, seréis serenos y seréis santos, comportándoos como tales, como los mártires cuya fortaleza, serenidad y acción son tantos ejemplos admirables.
§4
Necesito de vosotros, de vuestro ejemplo, de vuestra confianza y de vuestra presencia equilibrada porque tenéis a Dios como Maestro y porque queréis comportaros como yo, vuestro Señor Jesús, os he dado ejemplo: siempre buenos, siempre alentadores, siempre ejemplares, siempre motivados.
Nunca cedí a ningún chantaje, presión o amenaza y cuando fui arrestado en Getsemaní, fue porque la hora de Dios -Mi hora- había llegado y porque siempre estuve dispuesto a adherirme perfectamente al Plan de Dios para Mí.

Pedí a Mi Padre Celestial que Me diera todas las gracias necesarias para no vacilar ante la dificultad, para no flaquear, para no rehuir, y Dios envió a Su Ángel para fortalecerme.

Dios siempre ayuda, y si el Padre Me ha ayudado a cumplir con Mi deber de Salvador, es porque se preocupa tanto por cada uno de vosotros, os ama tanto que no puede dejar de acudir en vuestra ayuda si se lo pedís.
El santo Cura de Ars no cesaba de repetir:
“¡Es la confianza lo que Dios pide!”
Y Yo, vuestro Señor y vuestro Dios, puedo confirmaros la verdad de estas palabras: sí, os pido vuestra confianza, la certeza de Mi consideración, la convicción de Mi Presencia a vuestro lado.
§5
Cuando la guerra estalle en vuestras tierras, porque vendrá, esta guerra querida por el demonio, sí, vendrá, os repito de nuevo, estad seguros de que no os abandonaré.

Estoy con vosotros y Me quedo con vosotros, en vuestras almas y en vuestras casas, en vuestros corazones y en vuestras mentes, estoy aquí y no os dejaré.

Queridos Hijos, todas estas cartas que quiero escribiros son para aseguraros que Dios piensa en vosotros, en cada uno de vosotros personalmente, y como la fe se está perdiendo, quiero reavivarla y deciros que no os dejéis vencer; reavivad vuestra fe en Mí, la Santa Iglesia volverá a brillar porque es Mi Esposa y merece el mismo respeto que vosotros Me debéis.
§6
Hace mucho tiempo os di Diez Mandamientos y son eternos.

Ninguno de estos Diez Mandamientos será jamás obsoleto o inapropiado, y si los hombres los desprecian o ignoran, seguirán siendo, sin embargo, relevantes hasta el fin de los tiempos y el fin del mundo.
Yo soy el único Dios al que hay que adorar y rezar, Yo soy el único Dios al que hay que honrar y respetar, Mis órdenes son inviolables y para siempre. Si desobedeces uno solo de estos Mandamientos, los estás desobedeciendo todos, pues se complementan y apoyan mutuamente.

Guardad el día del Señor, el domingo [1], para adorarme en espíritu y en verdad, y si no faltáis a este día consagrado a Mí, recibiréis Mis gracias que os ayudarán a guardar Mis otros Mandamientos.
Velad, estad atentos y orad, y Yo no os abandonaré.
Os bendigo, Hijos Míos, Queridísimos, Amigos Míos, lo sois todo para Mí, que Yo también lo sea todo para vosotros.
En el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Vuestro Señor y vuestro Dios.”
- El Tercer Mandamiento:
“Acuérdate de santificar las fiestas (el Día del Señor)”- (Marcos 16, 9-10): Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena. Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban.
- (Mateo 28, 1-2): “Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Angel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella.”
- (Juan. 20, 1, 14-15): “El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro, y vio que la piedra había sido sacada. […] Se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”
Advertencia:
- El Señor Jesús resucitó el día después del sábado (día de descanso observado por el pueblo judío), por eso el domingo para los católicos es el día del Tercer Mandamiento: “Acuérdate de santificar las fiestas”.
- Misa de Vísperas o Misa del sábado por la tarde… cuidado con abusar, el domingo es el Día del Señor: “En los últimos tiempos se tiende cada vez más a asistir a la Misa del sábado por la tarde en lugar de la Misa del domingo. Sin embargo, hay que tener cuidado de no abusar de esta posibilidad. La de participar en la Misa de Vísperas, comúnmente llamada «prefestival», en lugar de la Misa dominical, es una tendencia de la que muchos fieles tienden a abusar. Para comprender mejor este concepto, hay que remontarse a las razones por las que se introdujo y, sobre todo, redescubrir las circunstancias reales en las que se dio esta oportunidad.
- La Misa de Vísperas, fue Pío XII quien la introdujo: La Misa de Vísperas fue introducida por el Papa Pío XII mediante dos decretos: la Constitución Christus Dominus del 6 de enero de 1953 y el Motu porprio Sacram Communionem del 19 de marzo de 1957. A través de estos dos decretos, el entonces Pontífice introdujo también otra importante novedad: la reducción del ayuno eucarístico a tres horas. Pocos años después, en 1972, los obispos italianos, durante el pontificado de Pablo VI, establecieron que la misa dominical y festiva podía adelantarse al día anterior.
- Los Obispos explicaron cuándo era posible anticipar: Pero, a este respecto, hay que tener en cuenta, con mucho cuidado, las recomendaciones que los Obispos dictaron en aquel año. En efecto, el Colegio Episcopal recomendaba no hacer uso de la celebración previa a las vacaciones a no ser que existieran “graves motivos familiares o profesionales“. Por tanto, es bueno hacer uso de esta posibilidad concedida, sólo en el caso de motivos graves y compromisos inaplazables, que imposibiliten la asistencia dominical. (Fuente: lalucedimaria.it)
Fuente srbeghe.blog









“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."