¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 11 de julio de 2024
§1: La eternidad.
§2: La vida en el Cielo
§3: ¿Qué quiere el diablo?
§4: Se han formado dos bandos en el mundo
§1
«Mis queridos Hijos, Yo soy vuestro Dios, vuestro Maestro, vuestro Señor, vuestro más querido Amigo y todo lo que sois en el Bien es querido por Mí para vosotros. Os doy Mi Vida, Mi Amor, vuestra Vida y vuestra Eternidad. Cuando os encontraréis en Mi Eternidad, os daré a conocer todo lo que soy, todo lo que hago, todo lo que Me incumbe y todo lo que os presentaré. Sí, os presentaré Mis realizaciones, participaréis en ellas y quedaréis sobrecogidos por todo lo que veréis, comprenderéis y en lo que participaréis.

La vida en Mi Cielo es unión total con Dios, con Su Obra, con Su Conocimiento, pero Él sigue siendo Dios, mientras que Mis Santos en Mi Cielo son todos Mis muy queridos, Mis colaboradores, Mis muy activos y Mis muy amados. Cada ser será Mi predilecto y lo será verdaderamente sin suscitar ninguna envidia entre Mis santos. Todos serán perfectos, todos ellos tan amorosos, tan caritativos y tan devotos, olvidados de sí mismos como nunca, y ninguno imaginará otra cosa que el mejor bien.
Esta unión es la característica de la sociedad del Cielo, con sus diferencias, su pluralidad, sus particularidades, y todos se añaden lo que podría faltarles, pero no les falta.
El Cielo es la voluntad personal, la identidad de cada uno. Por eso, aunque Dios lo tiene todo en Él, es tan rico, tan variado, siempre nuevo, siempre bienvenido. El Cielo es la morada de Dios, para quien ninguna morada puede bastar, sino que, en el Cielo, está en casa, y todos están con Él, en casa en Él y en casa en Dios.
§2
Como Él, la morada de Dios es infinita, variada, inmensamente buena e inmensamente bella; lo incluye todo: toda belleza, toda alegría, toda bondad, toda novedad, todo interés, todo conocimiento y también todo conocimiento nuevo; es infinitamente variada y ningún pequeño grano de arena viene jamás a perturbarla. No hay aburrimiento, nunca, no hay vergüenza, nunca, no hay disensión, nunca. Siempre algo nuevo, siempre amor, siempre apertura. El Cielo es un paraíso siempre renovado, siempre apropiado, siempre ejemplar.
Hijitos, éste es el futuro que os tengo reservado, por eso no temáis nunca los males que el demonio os trama en la tierra, que a veces parecen insuperables pero no pueden serlo porque en la tierra todo es finito, sólo en el Cielo todo es infinito.
Si sufrís en la tierra, podéis estar seguros de que en el Cielo seréis aliviados; en el Cielo todo lo que es finito parecerá mínimo, mientras que vosotros estaréis en lo infinitamente grande, en lo infinitamente maravilloso.
Todo lo finito os parecerá minúsculo e insignificante, y sin embargo serán los méritos que ganéis en este mundo inconsistente los que os darán acceso a lo que hoy es inimaginable, inconcebible e inmerecido, tan inaccesible es el Cielo para vosotros en vuestro estado de criatura pecadora e inmadura.
La Bondad Divina sobrepasa toda medida, y en la tierra, sólo unos pocos santos han podido experimentar los comienzos de ella. Santa Teresa de Ávila, Santa Teresa de Lisieux, San Francisco de Asís y el Padre Pío fueron hijos mimados de Dios en la tierra, mientras que sus sufrimientos los hicieron crecer, los purificaron y los santificaron. No tengáis miedo al sufrimiento, queridísimos hijos Míos, tenéis un cuerpo mortal y por eso no puede alcanzar alturas sin superarse a sí mismo.
Pero por vuestra unión con Cristo Redentor, que lo aceptó todo -los insultos, los desprecios, los disgustos, las contrariedades, las heridas, los dolores, las fatigas y, finalmente, la muerte-, todos estos ataques del demonio, destinados a haceros perder vuestra confianza cristiana si no está unida a la confianza del Hombre-Dios que los venció todos, os traerán, como a Él, la Resurrección y la Vida eterna.
§3

- ¿Qué quiere el diablo?
- Cualquier cosa que vaya en contra de la Voluntad de Dios para ti.
- ¿Qué futuro os propone?
- Cualquier cosa que vaya en contra de las promesas de Dios de una eternidad bienaventurada.
- ¿Cómo actúa en este mundo?
- Provocando disputas, malentendidos, violencia, robos, desunión, indignación, cualquier cosa que cause dificultad, incomprensión, desilusión, vergüenza o descontento.
- ¿Cómo debemos reaccionar ante esas dificultades?
- Como el propio Señor Jesucristo, que nunca se rindió ante la negatividad. Él respondía, pero su temperamento siempre ecuánime le permitía dominar cualquier situación agresiva; Él era la Palabra siempre correcta, siempre clara, siempre equilibrada, siempre dominante. También sabía callar cuando no se le escuchaba, cuando no se le oía. Sed a Su imagen, amadle, admiradle, adoradle.
Hijos Míos, queridísimos hijos Míos, os estoy explicando el comportamiento de los Santos en el Cielo, en esta Vida eterna a la que os invito a venir y a uniros a Mí después de vuestra vida en la tierra. También os he explicado a menudo la influencia del demonio y lo que os prepara si os dejáis engañar por su juego.
§4
- El mundo está ahora, más que nunca, en sus manos y ¿qué te ofrece?
- La destrucción de tu mundo, la destrucción de la humanidad y su corrupción.

Este es su plan, y os estáis dejando llevar por la mayor incomprensión de lo que está sucediendo actualmente en el mundo. Sois como conejillos de indias arrastrados al mal con la mayor ignorancia de lo que el diablo trama contra vosotros, y llamáis miserables, enemigos y alborotadores a los pocos que son lúcidos y no se prestan al juego criminal de Mamón y sus compinches.
En el mundo se han formado dos bandos, por un lado, los apóstatas y por otro los que no tienen o han dejado de tener la única religión verdadera y santa: la religión católica en la verdadera tradición de sus dos mil años de historia.
- Así pues, el mundo está dividido en dos, ¿y quiénes son los agresores?
- Los que rechazan a Jesucristo, ¡no puede ser de otra manera!
Acaso no dije cuando aún vivía en la tierra:
“Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, vaga por lugares estériles en busca de descanso. Al no encontrarlo, dice: ‘Vuelvo a la casa de donde salí’. Cuando llegó, la encontró limpia y ordenada. Entonces fue a buscar a otros siete espíritus más malvados que él; volvieron y se instalaron allí. Y el estado final de aquel hombre llegó a ser peor que el primero” (Lc 11, 24-26).
Sí, Mis muy queridos Hijos, así es hoy en vuestros países de Occidente. Están ocupados por Lucifer, Belcebú, Mamón, Asmodeo, Baphomet y muchos otros.

Convertíos, salid de sus garras malignas y volved a Mí. Encontraréis paz en vuestras almas, paz en vuestras familias y paz en el mundo.
Bendito sea Dios, el único Altísimo, el único Dios Bueno, el Todopoderoso que os ama y quiere sacaros de las garras de estos demonios malignos que tanto daño os quieren hacer.
Os bendigo en el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vuestro Dios, el Amado. »
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."