¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 10 de junio de 2024

«Mis queridos Hijos, Mis Fieles,
Yo soy vuestro Señor, vuestro Dios y todo lo que hacéis por Mí Me conmueve profundamente.
(Quiero protegeros…)
Ayer votasteis y pensáis que lo hicisteis bien. Si habéis votado [1] según Mis preferencias, tal como os las escribí el 4 de junio [2], os estoy agradecido. Lo que cuenta es el Corazón de Dios por encima de todo.
Ahora quiero hablaros de lo que ocurrirá. El actual presidente [3] es inteligente pero no por el bien de [la nación con la Torre Eiffel]. Sabía que no ganaría y también sabe que los futuros Juegos Olímpicos de [la ciudad con la Torre Eiffel] [4] serán un desastre para [esa ciudad] porque no está preparado para protegerla adecuadamente.

Así que, si una nueva dirección política toma las riendas del poder, tampoco estará preparada y la culpa será de ellos.
- Así que no se dejen sorprender, nadie es capaz hoy de detener el aumento de la violencia porque se ha superado el punto de no retorno. Esto es un hecho, y no hace falta ser adivino para saberlo.
- Así que tened cuidado, Mis muy queridos hijos, no os aventuréis en lugares de sobrecarga de gente, cualquier cosa puede pasar, Yo os lo habría advertido.
También quiero hablaros de Mi Amor, sois Mis muy queridos y quiero protegeros.
Así que estad siempre unidos a Mí, en todo momento y dondequiera que estéis. También quiero que crezcáis en el conocimiento de este Amor divino y, cuando lo conozcáis en Su realidad, no lamentaréis, ni mucho menos, todos los sacrificios hechos en la tierra para crecer en Él.
Os he amado dándoos la vida, os he amado dándome a conocer, ofreciéndome como sacrificio en la Cruz por vosotros, dejándoos los sacramentos para alimentaros y elevaros a Mí mismo y, finalmente, acogiéndoos en Mi Morada divina, el Cielo, donde el tiempo ya no existe pero donde la Alegría y el Amor divino no cesan de crecer.
(El Cielo…)

El Cielo es un lugar grandioso y exquisito, el Cielo es tan bello, tan luminoso, tan alegre, tan duradero que Mis Santos no dejan de asombrarse de él. Es bello, sí, mucho más bello que los espacios más bellos de la tierra, es luminoso sin irritar los ojos, es alegre sin ningún exceso sino de una alegría pura, deliciosa, casi exagerada pero dulce y tan bienvenida. Es grande porque en ella viven muchos santos, pero no está apretada. Nadie es demasiado, y todos encuentran allí su pleno potencial.
El Cielo es la morada más hermosa que existe, incomparable porque Dios está allí en su casa y porque abre sus puertas de par en par sin que nadie se sienta nunca inadecuado. El Cielo es para todos los hijos fieles, devotos y piadosos de Dios, y nunca es aburrido amar a Dios y recibir a cambio Su Amor encantador. Él es tan bueno, tan amoroso, tan respetuoso y tan cercano, siempre nuevo y siempre acogedor. Siempre está lleno de ideas nuevas, lleno de atenciones delicadas y, sobre todo, siempre imaginativo, creativo y rico, sin ninguna ambición personal. Todo es para Él, El es para todos, todo es para todos.
Os espero, estoy impaciente por acogeros en Mi Morada divina. Sed buenos en la tierra, de bondad real y caritativa, y atraeréis las gracias del Dios Altísimo.
Os bendigo, os amo y no cesaré de ayudaros en todo, por la gracia y en toda fraternidad.
En el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vuestro Dios y vuestro Hermano Mayor.»
- Elecciones del Viejo Continente, 6-9 de junio de 2024.
- Ver el mensaje del Señor el 4 de junio de 2024: Leer…
- El 25º Presidente de la nación con la Torre Eiffel.
- Juegos Olímpicos de Verano – de 26 de julio al 11 de agosto de 2024 en el País del champán, en la ciudad con la Torre Eiffel y otras 16 ciudades.
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."