¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
3 de junio del 2024 – Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Luz de María

«Amados hijos Míos, reciban Mi Bendición; como Padre Amoroso les mantengo bajo Mi Protección (Sal 91).
Hijos, Mi Corazón late por cada uno de ustedes. Únanse en una sola voz de oración ante la conmoción en que vive la humanidad en este momento. [1]
Tengan presente que la oración sin acción es como una planta de rosas sin un gran aroma. La acción que proviene de la oración es el condimento con el cual la oración alcanza la sazón.
Amados Míos: este momento es fuerte para la humanidad, la hecatombe se encuentra más cerca de las criaturas humanas de lo que se imaginan.
La humanidad debe convocarse a sí misma para que se enfoquen en salvarse espiritualmente. Viven luchando unos contra otros; el poder se afana en contra de las sociedades llevándoles como ovejas al matadero.
Les invito a mantener la paz en las familias [2] y a ser humildes; si existen desavenencias, buscar el perdón de unos hacia otros. Si no les perdonan, ustedes sí perdonen para que pese menos el mal y el rencor.
Ofrezcan un cambio de obras y actos, un cambio de carácter y sean criaturas nuevas. El trato con sus semejantes debe ser el de un verdadero cristiano, dando siempre el primer paso a la reconciliación.
Cambien el corazón de piedra por uno de carne; es importante para ustedes hijos Míos en este momento, así como cuidar el vocabulario que utilizan. No juzguen (Mt. 7, 1-5), déjenmelo a Mí, sean sanos en el espíritu.
Satanás se encuentra enlodando a la humanidad con lo que aparenta ser bueno y no lo es, para confundirlos y así llevarlos a vivir en el pecado.
Oren hijitos Míos, oren unos por otros.
Oren hijitos Míos, oren, nuevamente sabrán de países que se levantan en contra de otros.
Oren hijitos Míos, oren para que el poder humano, que desea oprimir a Mi Pueblo, no les lleve a padecer y a tratar de que pierdan la fe en Mí y en Mi Madre.
Oren hijitos Míos, oren, la tierra se estremece, las señales en lo alto no se detienen y la humanidad pasa sin tomarlo con seriedad.
No es el fin del mundo [3] hijitos Míos, pero necesitan un cambio personal para que logren ser criaturas nuevas, más sensibles al dolor del hermano. (Lc. 6, 36)
El astro sol [4] continuará abatiendo la tierra y Mis hijos padecen.
Sean amor a Mi semejanza (I Cor. 13,3), no pasen sin dar frutos (Jn. 15,1-2. 5.8).
Este momento es peligroso y deben reconocer dentro del discernimiento del Espíritu Santo, lo que es mío para que no se extravíen.
Mi Bendición para toda la humanidad lleva implícita Mi Misericordia. Son Mis amados. Su Jesús.»
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
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Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."