¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haz la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 12 de octubre de 2020

(Sólo una Iglesia saldrá de la tormenta…)
(DeepL Translator) “[…] Yo soy el divino Maestro y Mis apóstoles escucharon Mi voz. Salieron a evangelizar cuando llegó Mi Hora y no dudaron.
[…] Yo anhelaba atraer hacia Mí todos los corazones, todas las almas y todas las naciones, y ahora ha llegado el momento de prepararse para esta gran conversión mundial de todos los corazones y almas [1].
Las religiones extravagantes serán borradas de la faz de la tierra, sólo la Iglesia de Jesucristo, Mi Iglesia erigida en la sangre y muerte en la Cruz del Ungido de Dios, sólo esta Iglesia emergerá de la tormenta [2] porque sólo ella es la religión verdadera, la religión pura y verdadera querida por Dios desde el principio de la humanidad.”
(Cuando la tierra se renueve…)

“Sí, cuando la tierra haya sido renovada [3], los hombres serán dóciles a la Palabra divina, la comprenderán y la pondrán en práctica. Serán mansos y humildes, fervorosos y cristianos.
Sí, la religión de Jesucristo será la única religión del mundo, será venerada y respetada, será conocida y comprendida, será solidaria y única. La religión de Jesucristo, como se llamará entonces, será la continuación de la única religión verdadera, la de Dios, la de Moisés, la de todos los profetas y más recientemente la de Jesucristo, el Hijo de Dios.
El catolicismo, que significa universalismo, la ortodoxia, que significa doctrina verdadera o recta, y el protestantismo, que protesta, pero luego ya no protesta, se unirán en la única religión verdadera, la de Jesucristo, que es Maestro y Señor, y cuyos seguidores serán sus discípulos en la verdad y la rectitud.
Así, la unidad en la verdad será la gran fuerza de este tiempo, las personas se entenderán, tendrán los mismos valores cristianos y las mismas referencias cristianas. Será un tiempo de gran fecundidad, porque se respetará la ley de Dios, las personas se respetarán mutuamente y ya no se maltratará a los animales.Se respetará la vida como un don de Dios del que sólo Él es el Dueño, no habrá más abortos ni niños relegados o maltratados. No habrá más eutanasia, que es un abuso insostenible y un robo del control divino sobre toda vida. El Cielo será la meta de todo ser humano cuya vida en la tierra tienda a esa recompensa prometida por el Altísimo para todos los que vivan según Su Ley.Así creé la tierra al principio de los siglos y la humanidad buena y devota que debía poblarla. Habré alcanzado la meta de Mi Obra creadora y los hombres, Mis hijos adoptivos, serán Mis hijos y Mis hijas y les acompañaré con Mi suave Providencia durante el tiempo de su vida en la tierra. Entonces, habiendo practicado la fe, la esperanza y la caridad, entrarán en la Morada divina donde serán santos y elegidos entre todos los que les han precedido allí. La Gloria de Dios se extenderá sobre ellos y su felicidad, dignidad y grandeza serán sin medida.
(La eternidad en el Cielo de los hijos de Dios…)

Entonces estaré con los Míos por la eternidad sin fin y nuestra felicidad mutua será incomparable. No habrá aburrimiento, ni expectativas, ni repeticiones, todo será siempre nuevo, admirable y definitivamente rico.
Yo soy la Riqueza y daré a Mis hijos del Cielo una parte de todo lo que Yo soy. Yo soy la totalidad de las virtudes que Mis ángeles y Mis santos pueden ejercer, y entre ellas está también la Tenacidad. Esta alta virtud anima, descubre, renueva y dispone de todo lo creado, porque Yo soy el Creador y este atributo es eterno. Yo continuaré creando y Mis ángeles y Mis santos serán los ardientes participantes.
Vuestra vida será emocionante, hijos Míos, nuevas cosas serán descubiertas y difundidas, y la tenacidad os mantendrá en la obra de la creación como participantes responsables y colaboradores de vuestro Padre celestial en Su gran obra creadora.
Yo soy Jesucristo, vuestro Hermano Mayor en humanidad y vuestro Dios, y vosotros sois Mis hermanos y Mis amigos. Como la Santísima Virgen María, que estuvo íntimamente unida a la Santísima Trinidad como Hija predilecta del Padre, Madre inmaculada del Hijo y Esposa virginal del Espíritu Santo, así vosotros seréis hijos predilectos del Padre, hermanos de Jesucristo, Hijo de Dios y Dios mismo; y adoradores del Espíritu Santo, por quien habéis sido bendecidos, vivificados y santificados.
Esta unión de toda la humanidad con la Santísima Trinidad será su grandeza y su superioridad sobre toda otra vida creada, esté donde esté y venga del mundo que venga.
La vida no se detiene en la humanidad; la vida es variada y extendida, y en la tierra es ya muy diversa. En el cielo terrestre hay tantas estrellas y planetas, y tantos mundos a los que el conocimiento humano no tiene acceso, pero puesto que Dios es el Creador de todas las cosas visibles e invisibles, la simple lógica dicta que, puesto que Dios es infinito, también lo es Su obra.
(Colaboradores eternos en la obra creadora de Dios…)

Así es como la humanidad, habiendo alcanzado su finalidad celestial, se convertirá en colaboradora de la magnífica obra de la creación infinita. Este es un gran misterio que os revelo, pero ha llegado el momento de desvelarlo.
Sed, hijos Míos, ante todo buenos cristianos, buenos hijos de Dios, y seréis buenos colaboradores de la Grandeza, de la Inteligencia y de la Creatividad de Dios.
Venga a nosotros Mi Reino,
Hágase Mi Voluntad en la tierra como en el Cielo,
Ave María, que la Reina del Cielo esté contigo.”
- Nueva Era y Nueva Tierra
- Después de la Gran Tribulación
- Apocalipsis, capítulo 20 de Juan. El reino de los 1000 años. Secuencia de los acontecimientos: (leer…)
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."