¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haz la señal de la cruz antes de leer y lee hasta el final…) – 16 de junio de 2020

“Yo soy el Todopoderoso y protejo a Mis ovejas. Mis ovejas necesitan a su Pastor y si se lo piden, Él no las abandonará. Incluso si no piden, pero son buenas y disciplinadas, el Pastor sabrá todo lo que tiene que hacer por ellas. El Pastor vigila, es manso pero firme, y no deja que los depredadores se acerquen demasiado. Ellos vigilan, pero el Buen Pastor también vigila y no deja que se acerquen.
(El enemigo… no duermen…)
Velad también vosotros, hijos Míos, porque el enemigo está al acecho y nunca está lejos de vosotros. Aunque creáis que estáis a salvo, él vigila y siempre quiere cogeros por sorpresa.

El diablo está tan presente que os ataca incluso cuando creéis que está lejos. Es como un león rugiente y como nunca duerme, sus ataques son repentinos; o si estás somnoliento, sus golpes son traicioneros y pasan desapercibidos para vosotros, para vuestra negligencia.
A menudo sois inconscientes o no estáis entrenados, y caéis en sus trampas en muchas ocasiones que os parecen insignificantes. Si estáis aparentemente dormidos, os dejáis tentar y el demonio lo hace con facilidad, deleitándose en veros caer sin haceros caso.
El diablo, ese ángel cobarde pero inteligente, huye en cuanto la tarea es difícil, pero vuelve en cuanto se da cuenta de que tiene la oportunidad de haceros daño. Si rezáis y sois conscientes de los fallos de vuestra armadura cristiana, le presentaréis vuestro lado indemne, no os derribará y os tomaréis el tiempo necesario para reparar la parte frágil de vuestra armadura. Entonces se pondrá en guardia, pero no os hará daño.
(La ayuda de los ángeles…)

Cuanto más los invoquéis, les recéis y les deis las gracias, más ángeles serán enviados para protegeros. Los ángeles buenos se ayudan mutuamente, acuden en ayuda de vuestro ángel de la guarda si necesita ayuda, y siempre saldrán victoriosos con vuestra buena cooperación.
Aprended, hijos Míos, a vivir cada vez más en compañía de estos ángeles que Dios ha creado para servirle, alabarle y adorarle. Los ángeles sirven a Dios y sus servicios son muchos: se ocupan de la gestión de la creación divina, de la tierra, de las estrellas, del universo, de todas las acciones divinas y de todos Sus pensamientos. Porque cuando Dios piensa, actúa, y sus ángeles le obedecen.
(La ayuda de los santos…)
Los siervos de Dios, los hombres que, por su santidad, han llegado a la Morada de Dios, Le alaban, Le rezan, interceden por sus semejantes aún en la tierra y acuden en su ayuda en innumerables ocasiones.
La intercesión de los santos es de gran importancia para los vivos de la tierra, que deben ser meticulosos en honrar y rezar a los santos del día, a los de la Iglesia universal, a los de las regiones y pueblos, a los de los conventos y ermitas.
Ha habido santos que han frecuentado el mundo manteniendo su intimidad con Dios o con la Santísima Virgen María; ha habido santos en soledad, es decir, solos cara a cara con la Santísima Trinidad; ha habido santos que han atendido a los pobres e indigentes, Ha habido santos en conventos, en casas particulares, en los bosques, en los campos, porque los obreros rezaban, los monjes y las monjas rezaban, las familias rezaban, la sociedad era católica y la vida social también era católica.
(Una sociedad sin Dios…)
Hoy, la sociedad es atea, las familias son paganas, los conventos están vacíos y la nación es laica, opuesta a la religión católica. Las familias ya no rezan, ya no dan vocaciones religiosas a la Iglesia, que está empobrecida y ella misma ya no defiende el catolicismo. La sociedad humana está a punto de romperse porque está empobrecida espiritualmente y sus unidades familiares están rotas. El empobrecimiento espiritual es mucho más perjudicial que el empobrecimiento económico, pero la sociedad humana está perdiendo contacto con lo que la hace rica y vibrante. Una sociedad sin Dios, el Creador de todas las cosas, no puede sobrevivir; se cansa de aquello que la sostiene y cae en el vacío porque el sostén se cae.
- Y así es como en el año 2020, la enfermedad ha cogido por sorpresa a nuestra sociedad despreocupada y materialista y se ha mostrado bajo una luz devastadora [1]. La enfermedad puede matar el cuerpo, pero si el alma ya está enferma, ¿qué será de ella en la eternidad?
¿Cuál será su destino?
Si el alma ha disfrutado de los bienes del mundo terrenal y de repente es arrancada de él, ¿dónde estarán sus provisiones, su equipaje espiritual que ha descuidado preparar?
Quedará desamparada y el demonio se apoderará de ella porque no tendrá nada que oponerle: ni buenas obras, ni ayuda de Dios, ni suministro de oraciones beneficiosas para su buena salud espiritual. Y Dios la dejará ir, porque no la reconocerá como su hija, su fiel.
- Hijos Míos, esta enfermedad que ha invadido el mundo es la imagen de la enfermedad espiritual que también ha invadido el mundo. Se lleva a los vivos, uno aquí, otro allá, y los cementerios están muy solicitados. Pero en el otro mundo, allí también, las almas son arrancadas por el demonio y los suyos para llevarlas a su abismo y dejarlas allí, perdidas para siempre.
Yo soy Jesucristo, vuestro Salvador y vuestro Dios; quiero que estéis Conmigo en una felicidad inimaginable y absolutamente gloriosa. Sed Míos, elegid a Dios para vuestro futuro eterno y volved a Misa, a la Iglesia con honestidad, rectitud, humildad y devoción.
- Soy Yo, vuestro Dios, quien os lo pide y quien os ayudará a volver a Él. Yo os amo, el diablo os odia; Yo os quiero para vuestra felicidad, el diablo os quiere para vuestra desgracia. [2].
¿Qué elegiréis?”

- La infección global del bacilo virulento [diez+nueve] y la inoculación forzosa del [elixir genético de amor] sin fronteras. La de 2020 fue la prueba de ensayo a la que seguiría una bien organizada y muy destructiva [global inyección de amor]
- Jesús explica el infierno. ¡Oh, no podéis imaginar lo que es el Infierno!: (leer…)
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."