¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haz la señal de la cruz antes de leer y lee hasta el final…) – 12 de marzo de 2022

(DeepL Translator) “El Amor de Dios es inconmensurable. Envuelve la creación y la mantiene coherente, disciplinada y atractiva. Oculta tantos secretos, que las matemáticas humanas están aun inmensamente lejos de toda investigación. Lo infinitamente grande es la medida de Dios tanto como lo infinitamente pequeño. Los seres humanos son tan ignorantes de lo infinitamente pequeño como de lo infinitamente grande; uno es una copia del otro.
Los soles y sus planetas son como los átomos, que son un núcleo central alrededor del cual giran los electrones.

Hay tantos átomos en una molécula y tantos sistemas solares en una galaxia. […] Mi creación es a Mi imagen, grande, bella, extensa, científicamente constituida e infinita.
- El hombre es el pináculo de la creación, ya que fue creado para ser a imagen y semejanza de Dios, para formar parte de la familia divina, para ser la alegría de Dios entre los Suyos, y sin embargo el hombre, la niña de Sus ojos, ha sido infiel y se ha hundido.
- Cayó tan bajo que sólo el Poder, el Conocimiento y el Amor de Dios pudieron llegar hasta las profundidades del Enemigo para restaurarlo y liberarlo.
- Este hombre, gracias a la gracia derramada por el poder invisible de Dios, pudo resucitar y convertirse en un santo a imagen de Dios, su Salvador. Todos los santos están destinados al Cielo, donde no hay restricciones, ni comparaciones, sólo una felicidad inimaginable y una amistad y un afecto desconocidos en la tierra.

- Los otros, los que no habrán alcanzado la mano tendida de Dios, los que no se habrán adherido a Su perfecta Voluntad en un acto de olvido de sí mismos y de profunda humildad, ésos, desgraciadamente, sí, muy desgraciadamente, se condenarán a lo contrario del bien perfecto, es decir, al colmo del mal, a la detestación, a la degradación, a la amargura y a la pérdida de toda inteligencia.
- Se volverán avaros de su despilfarro, irascibles como susceptibles enfermos, ladrones caídos, psicológicamente enfermos y pútridos, y su estado de miseria será degradante, incurable. Olvidados por Dios, estarán con los demonios, los ángeles condenados, en un abismo sin fondo, y los Vivos no los conocerán más.
- Pueden compararse a los agujeros negros del espacio, donde las estrellas muertas son engullidas y desaparecen del universo.
La tremenda creatividad divina que hace todo en Su Infinito os ha elegido, hijos Míos, a vosotros y a cada uno de vosotros en particular, para ser una estrella viva e importante en el Cielo de la eternidad. Cada uno de vosotros tendrá su mando, su papel dentro de la Obra divina, que es tan vasta que sólo Dios, en Su Omnipotencia, puede controlarla.
Teniendo una parte de Su divinidad, de Su confianza y de Sus habilidades, teniendo Su Amor en vuestro corazón y Sus virtudes para cumplir Su Voluntad en todo momento y en todo lugar, seréis Sus delegados como una vez lo fueron los embajadores de un Rey amado y bien servido.
- Mientras estáis en la tierra, sois como niños a los que hay que educar, endurecer, enseñar, madurar y formar, y a menudo tropezáis en el camino. Estas dificultades en la formación para la santidad son necesarias para enseñaros a vencer, a burlar las trampas que el diablo desliza bajo vuestros pies como cáscaras de plátano, y a menudo caéis.

A través de Sus Sacramentos, Dios os ayuda a poneros de nuevo en pie, y si le dais vuestra confianza, vuestro abandono a Su Voluntad, alcanzaréis la santidad que ha planeado para vosotros.
Sois diminutos en medio de la grandeza de la creación, pero sois grandes a los ojos de Dios, que os ha elegido para estar con Él en la Eternidad infinita.
Medís esta grandeza que os espera, esta magnificencia del alma santa que toma un cuerpo glorioso y deslumbrante, cuya belleza os es desconocida hasta que la alcanzáis.
- Tened fe, confiad en Dios y no teméis nada, excepto cometer el pecado.
- No teméis la muerte física, no teméis perder vuestras posesiones, no teméis nada excepto perder la vida eterna.
Que Dios esté con vosotros, Él está con vosotros, Él no os dejará ir. Que así sea.”
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."