¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haz la señal de la cruz antes de leer y lee hasta el final…) – 2 de enero de 2024

(Prepárate, confiésate, mantente en gracia…)
(DeepL Translator) “Queridos, vuelvo a vosotros el mismo día de Mi mensaje anterior (1) y quiero hablaros de vuestro año 2024.
Sí, este año ya es cruel para todo Mi pueblo que sigue sufriendo las inundaciones; esta agua que entra por todas partes y destruye vuestra vida, vuestros recuerdos, vuestras casas.
También quiero hablar de los terremotos devastadores en vuestro mundo. Estas calamidades son el resultado del abandono por parte de Mis hijos de la fe de sus antepasados o, para aquellos que nunca han practicado la Fe Católica, de su sumisión al príncipe de este mundo que quisiera erradicarme de la tierra.
Hijitos, recordad que cuando os anuncié el comienzo de los dolores, os dije:
‘También oiréis hablar de guerras y de rumores de guerra […] Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos aquí y allá, y todo esto no será más que el comienzo de los dolores del parto’ (Mt 24, 5-8).
Tales son los tiempos en que vivís, en que abundan los rumores de guerra y nadie se lleva bien con nadie.
Los gobiernos no aman a su pueblo, ni los pueblos se aman entre sí. Se pelean con facilidad, roban y saquean porque la sociedad es impía y ya no se ama a Dios.

- La religión católica está sumida en una profunda crisis, y el propio Jefe de la Cristiandad está muy equivocado al avalar comportamientos impíos e inmorales (2).
- Las naciones cristianas son escasas y las que quedan no profesan la fe según Mi perfecta enseñanza. El mundo entero está bajo un manto de insatisfacción, desacuerdo y división.
- Mis queridos Hijos, estáis en vísperas de una explosión y esta destrucción monumental que está a punto de producirse se enfrentará a vuestro único baluarte: el de vuestra fe.
En efecto, todo desorden siembra la reflexión, y vuestra reflexión debe dirigirse hacia Dios:
¿Dónde está? ¿Qué hace? Pidámosle ayuda.
San Agustín, de santa memoria, lo escribió bien:
‘Si Dios no nos envía males, nos alejamos de Él, nos extraviamos, pero si nos castiga, volvemos enseguida a Él para implorarle y obtener su perdón.’
- Así pues, los castigos exigidos por la apostasía de las naciones y los extravíos del actual Sumo Pontífice, que con su séquito ya no predica la fe sino sus propias convicciones, estos castigos ya no están lejanos, ya han comenzado.
- No disminuirán, no, aumentarán hasta que la Cristiandad se acuerde de Dios y le implore.
Mis queridos hijos, algunos de vosotros ya estáis afectados, otros todavía no, pero todos seréis penitentes.
Sí, sólo la penitencia repara los pecados por los méritos del Santo Sacrificio de la Cruz del Redentor, y volveréis a arrodillaros como lo hacían naturalmente vuestros antepasados, porque la fe era su regla de vida y no una moda pasajera.
- Hijitos, preparaos para un tiempo de sacrificio, un tiempo de escasez, un tiempo de tristeza y de penitencia, pero estad seguros de que Dios os ayudará si le rezáis.
- Que Dios os bendiga, queridos hijos, y cuando os sobrevenga la desgracia, ya no será tiempo de leer y meditar Mis muchas llamadas a la oración, tendréis que confiaros totalmente a Mí porque, sólo Yo, podré acudir en vuestra ayuda.
- Acostumbraos a confiarme vuestras preocupaciones cotidianas, para que, cuando llegue el día, la oración esté naturalmente en vuestros labios y vuestra confianza en Dios no os abandone nunca.
Os bendigo, hijos Míos, el año 2024 será un año de cambios y discordias, pero vosotros, permaneced mansos, permaneced caritativos, permaneced piadosos. Os bendigo y os amo.
Que Dios sea bendecido, alabado, amado y adorado. Que así sea.
Vuestro Señor y vuestro Dios.”
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- 2024 (parte 3) Este año debe ser un año de oración especial: (Leer…)
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."