¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 22 de julio de 2020

(DeepL Translator) “Los tiempos que os esperan, hijos Míos, serán tiempos difíciles y lo serán cada vez más.
(Cuidado y caridad con los extranjeros…)
- Los extranjeros, aquellos que han irrumpido en vuestro país y a los que no habéis invitado, os harán la vida difícil porque son infelices y os culparán de su infelicidad. Han venido en busca de una vida mejor y su decepción les vuelve agresivos y vengativos. Tendrás que vigilaros, desconfiar de ellos y alejaros de su presencia, pero si es necesario, actuáis como si fuerais sus amigos.
- Así, no les atacarán y si se enfadan, manteneos amables y alegres.
- Esta es la mejor actitud, pero mantened la guardia alta. Si les dirigís una mirada, que sea amistosa; si les ofrecéis comida, que sea de corazón. Es caridad, porque son realmente infelices, pero también es una forma de desarmarlos.
(Otras religiones…)
Amo a todos los hombres, a todos los he salvado, pero si no se adhieren a Mi Pasión y a Mi Cruz, no puedo hacer más por ellos. Les doy Mi gracia de conversión, Mi gracia de santificación, Mi gracia, en fin, para la situación de cada uno. Mis criaturas están todas destinadas a Mí, pero otras religiones las alejan de Mí y sólo les traerán amargura y resentimiento.
Cualquier religión que no conozca a Jesucristo es un peligro para sus seguidores, mientras que las religiones cristianas no católicas deben volver a la pureza de la fe y a la unidad de sus instituciones.
(Un solo Rey y un solo pueblo cristiano…)
- La realeza social de Jesucristo fue proclamada por el Papa Pío XI, y esto significa un solo Rey y un solo pueblo cristiano. Los cristianos que siguen las enseñanzas de Jesucristo no pueden estar separados unos de otros; si lo están es porque no siguen sus enseñanzas.
(Los ciegos guían a los demás…)
El actual Papa ha sido mal formado y tampoco sigue las enseñanzas de su Cabeza y Maestro, Jesucristo. Su deriva es muy grave y está sembrando el desconcierto entre los fieles de la santa Iglesia católica. No están a salvo de seguirle y, mientras yo vivía en la tierra, advertí que un ciego no puede guiar a otro ciego; ambos caerían en un hoyo (Mt 15:14).
- La jerarquía actual de la santa Iglesia católica es, para muchos, ciega. Esta jerarquía ciega está conduciendo a los fieles que han depositado su confianza en ella hacia el pozo del abismo.
- Esto es extremadamente grave y quiero apartar a estos fieles de sus pastores mercenarios.
Quiero que estos fieles se unan a la franja de la santa Iglesia católica que ha permanecido fiel a Mi enseñanza, a Mi Evangelio y a Mi firmeza doctrinal y moral.
(La ley de Dios es eterna, no cambia…)
Yo, Jesucristo, no he relajado Mi enseñanza con la esperanza de agradar a los demás o de aumentar el número de Mis discípulos. Cuando anuncié la Sagrada Eucaristía, Mi Carne y Mi Sangre, muchos se apartaron de Mí (Jn 6, 53-66) y Yo no se lo impedí.
La ley de Dios es eterna (2 Tim 4:3-4), no puede ser cambiada según los caprichos humanos, y si el Papa o cualquier otro eclesiástico suaviza sus términos y la hace nula, está arrastrando a quienes le siguen al pozo que es el abismo del diablo.

Lo repito una y otra vez, como lo dije durante Mi vida en la tierra, bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt 5,8), pero a los que han tergiversado las reglas de la moral católica y a los que no han transmitido a su grey los preceptos intangibles de la fe católica, les dirijo las mismas maldiciones que pronuncié contra los fariseos y los letrados (Lc 11,37-52).
(Malos ministros…)
- Les acuso de haber vaciado las iglesias, de haber hecho perder la fe a sus rebaños, de haberlos descuidado, de haberlos perturbado hasta tal punto que ya no practican, que ya no tienen la fe de sus padres, que creen en un Dios misericordioso, pero han olvidado Su Justicia, que creen en un Dios bondadoso y débil, un Dios que aceptaría la permisividad, la inmoralidad, la facilidad y los excesos de la debilidad humana.
(Sodoma se repite…)
Yo soy el Todopoderoso, el Dueño de los Cielos, de la Tierra y de todas sus criaturas, y no dejaré que Mis fieles sean tragados por el abismo satánico sin manifestarme para arrancaros de él.
Me manifestaré a través de la ruina de vuestra sociedad depravada, irrespetuosa y permisiva, y la restableceré después de que Me hayáis invocado y hayáis hecho penitencia. La ciudad de Nínive en el Antiguo Testamento se salvó de la ruina porque sus habitantes hicieron penitencia, pero Sodoma y Gomorra fueron destruidas y borradas del mapa porque los pecados de sus habitantes clamaron a Dios venganza.
Lo mismo ocurre con los habitantes de la tierra, y más especialmente con aquellos cuya civilización cristiana se ha extendido por el mundo. Pecan como en Sodoma y Gomorra, lo han convertido en un estado legal de vida y lo han aceptado como tal, y recibirán el mismo castigo que aquellas dos ciudades aborrecidas. Que así sea.
Yo soy el Señor y os bendigo a vosotros, Mis fieles hijos y discípulos que guardáis Mi Palabra y Mis enseñanzas.”
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."