¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 17 de febrero de 2022

(Vuestro camino…)
(DeepL Translator) “Cuando el mundo esté sumido en el tormento de la guerra, Yo habitaré con Mi pueblo. Rezad, hijos Míos, y rezad de nuevo. La oración es tan necesaria, salva, alivia, consuela. Mientras recéis, estaréis Conmigo y no os abandonaré. Rezad y Yo haré, rezad y Yo cuidaré de vosotros.
Yo soy el Maestro y, por tanto, Yo decido. También puedo dejar que sucedan cosas, pero sólo lo que Yo decido que suceda. Así que no tienes nada que temer porque Yo lo domino todo, Yo lo controlo todo.
Muchas personas, hombres, mujeres y niños, morirán, sí, es la locura humana, esa será la causa. Pero acogeré en Mi Reino a aquellos que pongan su confianza en Mí. Al permitirles abandonar la tierra, seré tan bueno con ellos como con los que deje atrás. No conocerán el sufrimiento que sobrevendrá al mundo después de su partida, sólo tienen que estar preparados para el gran viaje. Sus almas deben ser santas para entrar en el Cielo, y sólo entrarán éstos:
‘Los pobres de espíritu, los mansos, los afligidos, los hambrientos y sedientos de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los pacificadores, los perseguidos. Sí, alegraos y regocijaos, porque entonces vuestra recompensa será grande en el cielo’ (Las bienaventuranzas: Mt 5,1-12 y Lc 6,20-23).
Hijos Míos, como San Juan Bautista, muchos de vosotros seréis precursores. Iréis los primeros y vuestra alegría será grande, siempre que estéis en gracia. Cuidad, pues, de ser puros, de ser inmaculados, de amar a Dios y a la Santísima Virgen María más que a vosotros mismos, como el Señor Jesús y su Santísima Madre os han dado un ejemplo sin igual.
Vuestros sufrimientos durarán poco tiempo, y luego vendrá la paz, en el más allá o en la tierra (1). Las pruebas son siempre difíciles, pero Yo las permito. Incluso las deseo para vosotros, porque todos debéis santificaros, todos debéis madurar en la gracia, todos debéis elevaros en el olvido de vosotros mismos, en la caridad hacia el prójimo.
Necesito vuestro sacrificio, vuestros sacrificios, y cualesquiera que sean, sed felices de ofrecérmelos, sed firmes en vuestros propósitos, en vuestra fe, en vuestro modo de seguir a vuestro Maestro.
La paz sea con vosotros. Yo os bendigo y os doy Mis gracias especiales en cada etapa de vuestro progreso hacia el Cielo.”
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."