¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 1 de julio de 2021
(Las puertas del infierno no prevalecerán…)
(DeepL Translator) “Cuando estuve en la tierra, prediqué, enseñé, expliqué. Revelé a los hombres los misterios de Dios, les mostré la ley de Dios.
Cuando el diablo invadió el mundo, puso rencor en el corazón de los hombres, enemistad, competencia desleal, celos y los 7 pecados capitales (orgullo, avaricia, envidia, ira, impureza, gula, pereza) que son la fuente de muchas faltas. La gente ya no sabía cuál era la escala de valores y a menudo confundía la virtud con el vicio. Por ejemplo, defender el honor se consideraba algo bueno, mientras que a menudo era el resultado de un orgullo herido.
(La Ley de Dios…)
La Ley de Dios, descubierta a los hombres en el Decálogo, debía ser enriquecida con el conocimiento de la virtud, que trasciende las prohibiciones. Yo les di este conocimiento, el conocimiento de amar a su prójimo, aunque no les amasen. Di ejemplo haciendo el bien a todos los pecadores, Mis hermanos, que Me rodeaban; los curé, los absolví, los animé. Les di Mi Palabra y Mi bendición y ellos estaban ávidos de Mis dones. El pueblo se inflamaba con Mis Palabras, se le daba un profeta y Mi presencia lo transportaba y lo hacía mejor.
(La Pasión de la Iglesia…)

Cuando fui ejecutado, azotado y luego crucificado, fueron perturbados y, más tarde, cuando los apóstoles fueron confirmados en el Espíritu Santo, no hubo más dilaciones, volvieron con fuerza y fueron de los primeros cristianos de Mi Iglesia.
Y así será al final de los tiempos. Los cristianos estarán confundidos porque la Iglesia, a su vez, será burlada y corroída; se tambaleará sin que nadie la levante. Los cristianos fieles conservarán la fe, la esperanza y la caridad, pero los otros, los que han seguido a la Iglesia en su caída, quedarán atónitos y llenos de decepción.
No comprenderán lo que les parecerá el fin de un ciclo, el fin del cristianismo, el fin de dos mil años de estabilidad y expansión planetaria. No comprenderán que esta caída será la de los representantes infieles de la Iglesia y traidores a las enseñanzas de su Maestro, el Señor Jesucristo. Todo lo que no es de Él está destinado a desaparecer.
(La Iglesia católica no es igual a otras religiones…)
Los Diez Mandamientos de Dios han sido olvidados, los sacerdotes ya no los enseñan en la iglesia. La primacía de la Iglesia católica es intangible, no es igual a otras religiones manchadas por el error o la falsedad, debe enseñar y no dialogar, debe convertirse a sí misma en lugar de dejar que las conciencias hagan sus propias leyes.
La Iglesia es una sociedad jerárquica y Jesucristo dio a Pedro la orden de fortalecer a sus hermanos en la fe. Es él quien debe, en primer lugar, aferrarse a Jesucristo y fortalecer a sus hermanos y al pueblo en su Ley. No debe comportarse como un mercenario y promulgar permisos que llevan a las almas a la perdición. La santa Misa católica en latín debe ser preservada como la perla más preciosa del universo, y sin embargo acaba de ser prohibida en el corazón mismo de la Basílica de San Pedro en Roma, el centro del catolicismo.
(Roma perderá la Fe…)

‘Roma perderá la Fe’, dijo la Santísima Virgen María en La Salette en 1846. Prohibir el Santo Sacrificio de la Cruz, la Redención de la humanidad, en la sede misma de los sucesores de San Pedro es una afrenta excepcional a Dios y a Sus santos.
Esta prohibición ya hace sonar la sentencia de muerte de lo que fue la Santa Iglesia Católica Romana, muestra la deriva de sus representantes y el castillo de naipes que aún representan en su interior se desmoronará como un edificio sin cimientos.
Ese tiempo está cerca, hijos Míos, pero no os turbéis, porque Mi santa Iglesia permanecerá siempre. La fe católica siempre ha sido exigente, fundada sobre roca, y su moral inalterable a través de los siglos.
‘El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras no pasarán’ (Mt 24,35).
(Cualquier otra unión es inmoral…)
El Sacramento del Matrimonio fue instituido por el mismo Jesucristo que, con Su presencia en Caná, bendijo el matrimonio y realizó su primer milagro. La relación matrimonial y todo lo que sigue, el nacimiento de los hijos, su educación y desarrollo están reservados a los esposos. Cualquier otra unión que copie la única unión querida por Dios es inmoral y un gran pecado.

- Cuando los representantes de la santa Iglesia católica intentan ser conciliadores con cualquier otra forma de unión, escandalizan, pecan gravemente y traicionan su misión de representantes de Jesucristo.
(La paz de Dios y la paz del mundo…)
Firmar documentos de paz humana con religiones que no son católicas es un insulto a Jesucristo, que dijo:
‘La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da’. (Jn 14, 27).
La paz en el mundo viene de la paz que da el Señor Jesús, la paz que no es del mundo, la paz que viene de la obediencia y la fe en Su Palabra. Cualquier paz mundana que no encuentre su fuente en la paz que da Cristo Jesús, es una paz del mundo; no es la paz que Yo he prometido y que verdaderamente doy a los que me siguen.
(El Papa cometió un error…)

El documento firmado en febrero de 2019 en Emiratos Árabes Unidos por el Papa y el Gran Imán de Al-Azhac ‘por la paz en el mundo y la convivencia común’, forma parte de la paz que da el mundo y que no es la de Jesucristo según sus propias palabras. La paz que da el mundo es una paz diplomática, mientras que la paz que yo doy es duradera y conduce a la vida eterna, porque concierne al alma antes que al cuerpo.
El Papa cometió un error al dejar de cumplir su misión de Vicario de Cristo para actuar como embajador de una religión que se considera igual a otra. Esta no es su misión y es lamentable y perjudicial para la Verdad única y absoluta.
(El cónclave y la mafia de San Galo…)

- Volveré pronto porque he prometido que las puertas del infierno no prevalecerán.
- Volveré para enderezar lo torcido, para devolver la Verdad a su lugar de honor, para sentar en la Cátedra de Pedro al sucesor designado por Dios y no por la ambición de los renegados.
Sí, los que se llamaban a sí mismos el grupo o ‘mafia’ de San Galo, bajo la égida del Obispo de San Galo en Suiza, se pusieron de acuerdo para presentar su candidato al último cónclave, quien, fortalecido por su influencia, fue elegido. Esto ya no es un hecho oculto, es notorio, y por eso Yo, Jesucristo, pido a Mi lápiz (Soeur Beghe) que no calle más este hecho.
Cuando la influencia del Espíritu Santo se cortocircuita dentro de un cónclave, el elegido no es Su candidato y si luego disfraza su misión, todo lo que sigue es la consecuencia humana de una voluntad humana.
(Cuando la copa esté llena…)

- Dejo a los hombres las consecuencias de sus faltas, pero cuando la copa esté llena, permitiré que el castillo de naipes se derrumbe, llevándose consigo a parte de la humanidad.
Los inocentes serán recompensados en el Cielo y los demás, clasificados por los ángeles de Dios, entrarán en el nuevo mundo (1). Yo sigo y seguiré siendo el Maestro de la vida y de la muerte, el Creador de todas las cosas, y nada sucede al margen de Mi Voluntad, ni en la tierra ni en el Cielo.
(Rezar para no caer en la tentación…)
Rezad, hijos Míos, rezad mucho, porque ‘el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar’ (1 Pe 5,8). Los tiempos son malos, el pecado está por todas partes, las leyes son perniciosas y los hombres impíos. Vosotros sois Míos y quiero que estéis Conmigo en el Cielo.
Os bendigo y os amo, estad en paz, fervorosos y devotos.”
- Renovación de la Tierra. El Reino de los mil años. (Leer todos…)
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."