¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 25 de marzo de 2023
(Oración eficaz…)
“Hijos Míos, cuando os volváis a Mí y oréis, apartad de vuestros pensamientos todo lo que no sea Yo. Abridme vuestros corazones y sed todos Míos como deseáis y como Yo deseo especialmente. Sois Mis hijos, Mis muy queridos, y os esforzáis por amarme, aunque, muy a menudo, pensáis demasiado en vosotros mismos en vuestras oraciones en lugar de pensar en Mí, en Mis enseñanzas, en Mis sufrimientos para salvaros de la ruina espiritual y de todos los males que habríais sufrido si Yo no hubiera venido a encarnarme para ayudaros y salvaros.
(La realidad del pecado original…)
Os rescaté porque el demonio os había robado, os había encadenado y estabais destinados al castigo eterno ya que os habíais perdido por el pecado original.
¿Qué es este pecado original, tan rechazado o incluso, ignorado por tantos cristianos?
Este pecado es un acto profundamente malvado cometido por vuestros primeros padres, Adán y Eva, que habían sido creados perfectos, mimados y consentidos tanto como podían serlo un hijo y una hija amados, herederos de todas las virtudes y ornamentos espirituales que Dios podía concederles. Eran bellos, cariñosos, agradecidos, atraídos por el bien y por el atractivo de Dios, pensando en serle fieles y devotos, conociéndole tan perfectamente como podía hacerlo una criatura bienaventurada, más que el mayor de los santos, porque todos los hombres, excepto la Santísima Virgen María, quedaron en adelante marcados por las consecuencias de aquel pecado de rebeldía a la gracia, de desobediencia al Creador y de soberbia de su condición.
El pecado original fue una afrenta gratuita e irreflexiva a Dios, y quebró la confianza que existía entre el Creador y la criatura, fundamento de toda relación equilibrada y cálida.
(Los efectos del mal…)
Cuando Lucifer se volvió contra Dios, vencido por un orgullo desmedido y unos celos agudizados por el deseo de ser Dios mismo en su lugar y en su divinidad, perdió de un plumazo todas sus virtudes y se quedó sólo con su estado angélico, privado de todo lo que le hacía bello, ejemplar y exquisitamente delicado. Se volvió feo, tosco y temible, y constantemente quería romper toda influencia divina en la creación porque no había sido capaz de hacerla suya.
(Los efectos del pecado original…)
Lo mismo les ocurrió a Adán y Eva. Habiendo pecado gravemente, perdieron todos los dones y virtudes que Dios les había concedido graciosamente, y sólo les quedó su condición humana finita, es decir, naturalmente destinados a la muerte. Como Lucifer, se vieron entonces tal como eran, es decir, desnudos; desnudos en su aspecto corporal, pero también desnudos en su aspecto espiritual. Habían perdido la gracia santificante que los hacía amables a Dios, que se reconocía en ellos; habían perdido los dones del Espíritu Santo y, entre estos dones, el conocimiento infuso que les habría permitido administrar la tierra según la voluntad de Dios y no según su propia intemperancia.
(Las consecuencias del pecado original…)
Fueron abandonados a sí mismos, y si Adán y Eva, arrepentidos y habiendo conocido a Dios, lo enseñaron a sus descendientes que permanecieron con ellos, los demás, habiéndose ido a otra parte, lo olvidaron y se comportaron según sus inclinaciones, que se habían vuelto malas por la ausencia de la gracia y de la piedad necesarias para seguir siendo competentes.
Y el mundo, esclavizado por Satanás, se volvió cada vez más malvado, hasta tal punto que Dios decidió aniquilarlo. Fue el Diluvio y la restauración de la humanidad por Noé y sus hijos. El único conocimiento que tenemos de este período prediluviano es el relato de la Biblia, incluida la genealogía de los patriarcas desde Adán hasta Noé (Génesis, capítulo 1 a capítulo 9, versículo 17).
- Entonces, ¿qué ocurrió?
- ¿Qué motivó la cólera divina hasta el punto de querer exterminar toda vida excepto la de los que estaban en el Arca?
Sólo conoceremos esta historia en el Cielo, cuando, al igual que Dios, podamos ver y oír todo sobre todas las edades de la Tierra y el firmamento.
(El deterioro causado por el pecado original…)
Profundamente y íntimamente marcados por este defecto original, tendréis que preocuparos por él, hijos Míos, siempre y hasta el fin del mundo, porque este defecto es genético y está también en vuestra alma. Es genético en vuestro cuerpo porque se transmite físicamente por la vida corporal, pero también está inscrito en cada alma a causa del pecado de Lucifer, que tuvo consecuencias invisibles en el Más Allá que sólo se conocerán plenamente en el Juicio Final, cuando Dios juzgará todo.
En efecto, si el pecado de Lucifer tuvo consecuencias desastrosas en el mundo visible, también fue inmensamente perjudicial para el mundo invisible, y en particular para los allegados a la Tierra.
(El purgatorio…)
El purgatorio era un lugar que no existía antes del pecado original, porque sólo las almas humanas tenían acceso a él, como en un hospital reservado únicamente a los humanos, y es coherente con la fe afirmar que el purgatorio desaparecerá al final del mundo.
(El mundo invisible…)
El mundo invisible es desconocido para los hombres, pero desaparecerá en el momento del Juicio Final: entonces sólo habrá Cielo e Infierno, pues la Eternidad, bendita o desgraciada, forma parte de vuestra fe.
(Confianza total en Dios…)
En cuanto al tiempo presente, todavía quiero decir que la tierra, atacada por la imprudencia y el mal uso de los hombres, será milagrosamente preservada (1) cuando los demonios quieran destruirla como quieren destruir a la humanidad y todo lo que es obra de Dios. Destruirán a muchos, pero Dios es superior a ellos; aquellos que pondrán su total confianza en Dios y su docilidad a Su Voluntad serán preservados.
Que Dios sea bendecido y amado, os bendigo y os amo. Así sea.
Vuestro divino Maestro y Señor.”
- Renovación de la Tierra. El Reino de los mil años. (Leer todos…)
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."