¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 28 de noviembre de 2022
(Yo estoy con vosotros…)
(DeepL Translator) “Mis queridos hijos, Mis amados, Yo estoy con vosotros, con vosotros y en vosotros mientras Me seáis fieles. Dije a Mis Apóstoles: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28,20); y también a vosotros, Mis fieles, os repito: ¡todos los días, hasta el fin del mundo!
En este tiempo de decadencia moral que sacude al mundo occidental, Yo estoy con vosotros, vosotros que no queréis ceder a ella, vosotros que lucháis por mantener en vuestras vidas el respeto a los Diez Mandamientos, a la ley divina apoyada en la ley natural.
(La tierra misma se rebelará…)
Los Ángeles pronto tocarán sus trompetas (1) y el fuego del cielo vendrá a consumir los árboles, la hierba y la tercera parte de toda vida (Ap. 8:6); y entonces la tierra misma se rebelará, no según las declaraciones alarmistas de los falsos ecologistas que ignoran a Dios y Sus leyes, sino según las revelaciones que Yo mismo hice a Mi apóstol Juan, el amado, que fue el único entre Mis elegidos y Mis sacerdotes que presenció Mi Pasión y Mi Crucifixión.
Él representó al pie de la Cruz a la humanidad fiel y a los amados hijos adoptivos de Mi Padre Celestial y de Mi Santísima Madre María, Madre de la humanidad en lugar de Eva, que debió dar a luz una humanidad dócil, rica en gracias y dones.
(Permanecéis fieles a la Santa Iglesia Católica…)
La gracia de la catolicidad os es dada a vosotros, hijos Míos, que permanecéis fieles a Mi enseñanza, a la Santa Iglesia Católica edificada sobre la Roca, la piedra angular; pero si se quita, su ausencia hace caer todo el edificio. Y eso es lo que está sucediendo ahora: la Roca, la piedra angular, está resquebrajada, no porque el material en sí sea débil, sino por el deseo de hacerla ceder. Cualquier cimiento, incluso uno sólido y totalmente resistente, puede ser apartado, y en el caso que nos ocupa se trata de un malvado deseo de dar la espalda a la Verdad, de dar la espalda al único Camino, de apartarse de la única Vida eterna.
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, Yo sigo siendo el fundamento de la piedra que he puesto como base de Mi institución divina, la Santa Iglesia Católica, pero nadie permanece en ella si no quiere.
La Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana permanecerá siempre, lo he prometido, pero no he prometido que cada miembro de su jerarquía se comporte santamente. La santidad debe ser deseada, debe ser ejercitada día tras día, cada paso debe ser dado en unión con Mi doctrina y Mi enseñanza.
(Habéis llegado a este tiempo final…)
Yo iluminé a Mi amado apóstol Juan cuando escribió su gran visión de los tiempos y del fin de los tiempos (2). Ahora habéis llegado a este tiempo final, que terminará radicalmente por la Mano de Dios, Mi Mano, pues Yo tomaré las riendas de este tiempo para conducirlo en la paz y la tranquilidad de un mundo renovado, un mundo como Yo lo había previsto desde el principio, un mundo de nuevo santo y sumiso a su Dios, Padre Hijo y Espíritu Santo, en la serenidad de una paz interior y armoniosa, la paz que Yo doy pero que el mundo, tal como es desde el pecado original, no puede dar.
(Armaos con la verdadera fe…)
Hijos Míos, armaos de la verdadera fe, la que la Santa Iglesia ha predicado siempre, y dedicaos a vuestro prójimo. Si os necesitan, acudid a ellos, pues habrá muchos que no comprenden el castigo divino. Vosotros, hijos Míos, lo comprenderéis porque habéis sido advertidos, y si tenéis que morir, ofreceréis vuestros sufrimientos y vuestra pasión en unión con la Cruz de vuestro divino Redentor. Si tenéis que sobrevivir a ella, seréis un bálsamo para todos aquellos que necesiten vuestras palabras tranquilizadoras y vuestra caritativa comprensión de sus emociones.
(Renovaré todas las cosas…)
Y entonces, Yo, Dios, vuestro Maestro y Señor, renovaré todas las cosas, y vuestra tierra os será familiar, aunque muy diferente. Ya no será rebelde, sus aguas serán fértiles y sus campos exuberantes. Reconstruiréis las ruinas de los tiempos antiguos, tiempo de pecados pasados como Noé que comenzó de nuevo, pero seréis fieles porque Yo estaré presente en la Sagrada Eucaristía a la que todos recurriréis.
(No tengáis miedo…)
No tengáis miedo de los tiempos venideros, que asustarán a la mayoría. Estaréis en paz porque os daré la gracia de la moderación, la gracia de la paz interior, la gracia de la caridad ejemplar.
Velad y orad, sed Míos, no os apartéis.
Os amo y os bendigo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: que así sea.
Vuestro divino Maestro.”
- “Y los siete Angeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas. Cuando el primer Angel tocó la trompeta, cayó sobre la tierra granizo y fuego mezclado con sangre: la tercera parte de la tierra fue consumida, junto con la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde. Cuando el segundo Angel tocó la trompeta, se precipitó sobre el mar una masa incandescente, grande como una montaña: la tercera parte del mar se convirtió en sangre; murió la tercera parte de los seres vivientes que habitan en sus aguas, y fue destruida la tercera parte de las naves. Cuando el tercer Angel tocó la trompeta, un astro enorme que ardía como una antorcha cayó del cielo sobre la tercera parte de los ríos y de los manantiales. El astro se llamaba «Ajenjo». La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y murieron muchos hombres que bebieron de esas aguas, porque se habían vuelto amargas. Cuando el cuarto Angel tocó la trompeta, se oscureció la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas. El día perdió la tercera parte de su luz, y lo mismo sucedió con la noche. Y después vi y oí a un águila que volaba en el cielo y decía con voz potente: «¡Ay de los habitantes de la tierra, cuando resuenen las trompetas que ya se disponen a tocar los otros tres Angeles!” (Ap. 8:6-13)
- Renovación de la Tierra. El Reino de los mil años. (Leer todos…)
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."