¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 7 de septiembre de 2023
(Dios ama a sus creados…)
(DeepL Translator) “Mis queridos hijos, Yo amo a los Míos con un tierno amor. Amadme a cambio, deseando solamente Mi Voluntad, Mi Amor y todo lo que Yo Soy. Yo soy el Todo, el Dueño de todas las cosas, lo que significa que Mi amada Autoridad se extiende, sobre todo.
Durante Mi vida en la tierra, fui un hombre entre los hombres, mostré Mi Autoridad sobre las enfermedades, las posesiones, los elementos como la tormenta, siempre combatí el mal. Fui gentil pero siempre justo, nunca altivo, pero siempre firme, siempre amable pero nunca tomado por sorpresa. Amé intensamente a Mi creación y a los seres humanos, Mis hermanos y hermanas, y nunca los alejé de Mí, a pesar de que su apego, a veces excesivo, Me agotaba y agotaba. Nunca exterioricé este agotamiento, pero a veces dormía durante el día, como fue el caso durante la tormenta en el lago de Genesaret.
(La fe se opone al miedo…)
Estando lejos de la multitud en la barca de Mis apóstoles, Me dormí y como nada en la naturaleza podía asustarme, descansé Mi espíritu y Mi cuerpo. Se levantó la tempestad y, como el demonio se aprovecha a menudo de los males de la tierra y de la debilidad de los hombres para manifestarse, se aprovechó de ello y se aseguró de que la barca quedara realmente en una posición delicada. Los apóstoles, sin embargo, pecadores avezados, tuvieron mucho miedo y Me despertaron. Me apiadé de ellos y calmé la tempestad, pero todo cristiano debe saber que la Providencia divina controla siempre cualquier situación, por peligrosa que sea.
(El valor de creer…)
No seáis como Mis apóstoles, temerosos de situaciones que escapan a vuestro control. Tened confianza, sed prudentes -ciertamente eso es necesario – pero para todo lo que está fuera de vuestro control, encomendaos a Mí y no tengáis miedo.
Rezáis y relajáis en Mi Amor, pues sabéis que Yo soy el Dueño de todo. El demonio es siempre Mi enemigo implacable y se cree, como todos los soberbios, capaz de hacerme daño y de superarme. Lo intenta y lo intentará siempre hasta el día en que será encerrado por largo tiempo (1) en el abismo del horror: el infierno.
(Amor y respeto al Señor…)
Cuando llegue ese momento de su encierro, seré amado y respetado como Dios debe serlo por todas las criaturas. Soy infinitamente bueno, pero el respeto de la criatura debe permanecer en el amor que Me profesa. La grandeza es fuente de gloria y la gloria engendra respeto. San Pablo lo expresó magníficamente:
“Dios lo ha exaltado y le ha dado el nombre que está sobre todo nombre, para que todos se arrodillen al nombre de Jesús en las alturas del cielo, en la tierra y en los infiernos, y toda lengua proclame que Jesucristo es el SEÑOR, para gloria de Dios Padre”. (Flp 2,9-11).
(Que todos, en el Nombre de Jesús, se arrodillen…)
Sí, los que estáis en la tierra debéis arrodillaros en la casa de Dios. Si incluso en el Cielo todos se arrodillan ante Mi Nombre, cuánto más vosotros, mortales y a menudo pecadores, no debéis arrodillaros en las iglesias, en Mi Casa, en Mi Reino.
(La fe hace ver a Dios…)
Mis queridísimos hijos, Dios está con vosotros, pero demasiado a menudo actuáis como si estuviera ausente o no tuviera importancia. Habláis en las iglesias antes o después de los servicios cuando ante el Amo de todas las cosas deberíais estar arrodillados maravillados. Los apóstoles estaban acostumbrados a Mi presencia, pero eran verdaderos discípulos, enseñándose a sí mismos, acompañándome, yendo delante de Mí para anunciarme, protegiéndome también entre la multitud. Su mirada estaba dirigida hacia a Mí y toda su atención era para Mí. Sed como ellos, ponedme en primer lugar en vuestro corazón, en vuestra alma y no os dejaré, no, nunca os abandonaré.
Os bendigo, queridísimos Míos, os aprecio y os acompaño. Sed Míos y orad al Señor que se ha dado a conocer a vosotros a través de los Evangelios, pero también en el templo de vuestra alma que Me alegro de ver hermosa y toda vuelta hacia Mí.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vuestro amado Maestro y Señor.”
- Apocalipsis, capítulo 20 de Juan. La Nueva Era. El reino de los 1000 años. Secuencia de los acontecimientos: (Leer…)
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."