¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 10 de octubre de 2022
(Estad preparados parte 2 – continuación…)
(DeepL Translator) “Mis muy queridos hijos, sí, os exhorto a estar preparados para dejar la tierra y descubrir finalmente Mi Reino. Que este gran viaje os impresione sólo por ver a Dios, no por dejar la tierra.
La Tierra es una maravilla de la creación divina, pero está hecha para preceder vuestra entrada en el Cielo.
Entonces, ¿qué prefieres?
- ¿La antesala, la despensa o las salas de recepción preparadas para la gran ocasión?
- ¿Y preferimos los preparativos al gran acontecimiento en sí?
No, hijos Míos, todos los preparativos sirven a su propósito y la Tierra sirve al Cielo.
¿Queréis estar preparados para el Cielo?
Sí, ciertamente que sí y debéis prepararos para esta gran ocasión, que será la coronación de vuestra presencia en la tierra.
Sabéis que os amo, pero ¿lo sentís espiritual o incluso físicamente?
¿Qué es el amor?
Es una cálida sensación de bienestar que invade tu alma e incluso tu cuerpo, al sentirte atraído hacia la presencia de la persona amada. El amor intenso es un amor de exquisita ternura que lleva a sacrificarse con voluntad y olvido de uno mismo. Este es el amor que os he tenido y este es el amor que tanto deseo recibir de vosotros.
Muchos de vosotros Me lo daréis, pero me gustaría tanto que no fueran “muchos de vosotros”, sino TODOS.
Practicad dándome vuestro amor perfecto, vuestro amor exclusivo que abarca todos los demás que lleváis dentro, y seréis para vuestro Rey el más apreciado de Sus súbditos.
Se acercan los tiempos, Mis muy queridos, de una conflagración general, las tensiones se endurecen y también las malas prácticas. Cuando el odio se convierte en el motor de un desacuerdo, todo es bueno para el demonio: romperlo todo, destruirlo todo, envenenarlo todo, rechazarlo todo.
Mis queridos hijos, seguid siendo buenos cristianos, preocupados por vuestro prójimo y vuestros seres queridos, y no cedáis a sentimientos vengativos, Dios no pide eso.
- ¿Qué es la Justicia?
- ¿Quién hace la única justicia verdadera?
Es Dios, porque los hombres se dejan cegar demasiado a menudo por prejuicios, posiciones excesivas y represalias ciegas. ¡No seáis uno de ellos! Sois Mis hijos, Mis fieles, y qué más puedo pediros que seguir Mi ejemplo, sin condenas, sin excesos y siempre caritativos.
Os sigo como la nube iba delante de los hijos de Israel cuando salieron de Egipto. Moisés fue elegido para guiarlos, pero desde la Redención de la humanidad por el Santo Sacrificio de la Cruz, soy Yo personalmente, a la Cabeza de la Santa Iglesia, quien os guía y conduce.
Si la Cabeza os guía como el Padre guía a su familia, estaréis en camino hacia el Cielo. Pero como dice el Apocalipsis de San Juan:
“Babilonia la Grande (1), la madre de las rameras inmundas de la tierra (…) se embriagó con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús” (Ap 17, 5-6).
En efecto, es esta ramera la que, con su infidelidad, lleva al mundo entero al desastre. Entonces Dios mismo guiará a su familia y la restaurará al orden, al respeto, a la rectitud y a la reverencia.
Confiad, pues, en que el Padre de familia es el mayor de todos los guías; Él es el Restaurador, el Inmutable y el divino Maestro. Conservad la fe de vuestros padres, volved a la práctica de la religión católica como hicieron vuestros padres y todas las grandes generaciones que os precedieron.
Hoy hay un inmenso desorden, los hombres van a la deriva siguiendo la estela de sus malvados pastores, las naciones se pelean y pronto chocarán.
Yo estoy delante de ti, Yo voy delante de ti, no tengas miedo y sígueme. Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Vuestro divino Maestro.”
- Apostasía en la Iglesia Católica y Mondialismo Masónico (creación progresiva del breve reinado de una Religión Mundial Única y Orden Mundial del Anticristo).
- Estad preparados parte 1: Leer…
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."