¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 16 de octubre de 2020
(La Bondad de Dios…)
(DeepL Translator) “Que la Bondad de Dios inunde el universo, que sea acogida en cada hogar, en cada casa, en cada país. La Bondad de Dios es poco conocida; los hombres la desprecian porque creen que no existe. En realidad, la Bondad de Dios se puede ver en cada momento de tu vida; está en todo y todo lo que vive depende de ella.
La Bondad de Dios ha sido impresa en cada ser humano, y cualquiera que tenga un poco de amor en su corazón lo recibe de Dios. La Bondad de Dios creó el mundo y puso Su marca en él, grabándola en el alma de todo ser vivo. Las personas aman gracias a ella, y también los animales, cuando tienen buenos sentimientos, los toman de Dios.
(La virtud de la generosidad…)
El Creador del mundo había decidido crear al hombre en la bondad, y a pesar del pecado original cuando busca la bondad, esta bondad ha permanecido con él. Las personas que buscan la bondad, la verdadera bondad, la bondad de Dios, reflejan la bondad de Dios como un espejo. Sí, esta bondad generosa es una forma de filiación divina y se fomenta en la práctica de nuestra hermosa y luminosa religión católica. La generosidad es una cualidad volcada hacia los demás, y en la religión católica se fomenta hasta el olvido de uno mismo, de la propia persona.
La virtud de la generosidad es lo contrario del egoísmo, donde en lugar de dar, guardamos, escondemos y acaparamos.
(La avaricia…)
La avaricia es un pecado cardinal, lo que significa que está en la raíz de muchos otros defectos e imperfecciones. La avaricia hace que la gente sienta envidia de los que parecen mimados por la vida y de todos los que podrían convertirse en competidores. La avaricia es el amor al dinero, que todos los hombres deben ganar para vivir. Por eso la avaricia puede afectar a todos los hombres si no tienen cuidado. En el curso de Mi vida pública, he advertido a la gente contra la atracción del dinero.
(El ángel caído que gobierna el dinero…)
El dinero está gobernado por un espíritu angélico y este ángel se llama Mamón. Este ángel siguió a Lucifer en su lucha contra Dios y, como resultado, él también se volvió avaro, muy avaro. Lo quiere todo para él, el dinero y la persona que lo posee. Quiere atraer todo para sí, los tesoros que la tierra da en su subsuelo, los minerales, y los hombres que los codician. Los tesoros de la tierra son el fruto del tiempo, de la maduración de las capas terrestres y de la fusión de ciertos elementos. El oro, la plata, el platino, el hierro, el cobre y el zinc, por citar sólo algunos, se buscan por su belleza o para darles forma.
(Quién es Mamón…)
Toda esta riqueza fue confiada a Mamón cuando aún era un ángel devoto y obediente, pero fue monopolizada por él desde el momento de su traición. Si esta riqueza ya se había realizado o si aún sólo existía en la mente de Dios, no es el tema que nos ocupa. Mamón, en rebelión, se apropió de ella y se declaró el único depositario de todas las riquezas terrenales. Así se desvió del Plan divino, según el cual todos los bienes terrenales debían pertenecer a todos. Mientras no existiera el hombre, la tierra llevaba consigo sus riquezas, que sólo pertenecían al bien común. Cuando el hombre fue creado, Dios le dio la soberanía sobre la tierra y sus posesiones. Se convirtió en dueño de lo que Mamón había decidido que era suyo, y este demonio se propuso corromperlo.
(Mamón tienta al hombre…)
Lo hizo orgulloso de sus posesiones, avaro y resentido. El hombre ya no quería administrar sus posesiones como un patriarca, sino como un usurpador. Se apropió del bien común y Mamón le animó a hacerlo porque era contrario al Plan divino. Así se extendió la completa desigualdad entre los hombres.
(Dios educa a los hombres…)
Entonces Dios dio grandes cualidades humanas a un pueblo que eligió para sí, y este pueblo elegido a su vez le traicionó. Dios eligió entonces otro pueblo, menos elegido, formado por todos los católicos y cristianos del mundo. Pero Mamón conocía las cualidades de cada pueblo y puso sus ojos en el pueblo que había traicionado a Jesucristo como había traicionado a Dios. Les hizo su demoníaca promesa de entregarles los bienes de la tierra a cambio de su negación. El pueblo elegido accedió y así extendió su influencia sobre toda la tierra, gobernándola y codiciándola para su propia satisfacción. Cuando Jesucristo vivía en la tierra, dijo:
“Nadie puede servir a dos amos (…) no se puede servir a Dios y al dinero” (Mt 6,24).
(Los siervos de Mamón…)
Así fue como creció el poder de ciertos hombres de este pueblo que habían sido elegidos pero que, en realidad, habían perdido esta elección y se hicieron muy ricos, más que ningún otro ser humano y utilizaron esta riqueza para sobornar a pueblos, gobiernos y entidades económicas. Acabaron siendo los amos del mundo gracias al favor de Mamón y, en la actualidad -soy Yo, Jesucristo, quien lo afirma-, tienen todas las cartas para jugar con la tierra.
(La creación vuelve a Dios…)
Por eso Yo, Jesucristo, Señor y Dueño de la tierra por creación y redención, les quitaré Mi tierra (1) de las manos y haré florecer de nuevo en ella la caridad, la esperanza y la fe.
(Purificación de la humanidad…)
Este tiempo de recuperar Mi propiedad no será sin dolor para los seres que habitan la Tierra, pero muchos de ellos también Me han negado. Deben arrepentirse y volver a Mí, los quiero, son Míos. Nadie puede servir a dos amos. Ellos también tendrán que elegir bando. O permanecen ignorantes y dependientes de Mamón, o se convierten y vuelven a Mí.
El momento de esta elección se acerca, ya está aquí, pero pocos se dan cuenta. Hijos Míos, la historia de la humanidad se repite, es la historia de la lucha del Mal contra el verdadero Bien, Jesucristo, Dios. Yo os espero, no dudéis, venid a Mí, Yo soy el único Salvador, el único Bien verdadero, el Amor eterno.”
- Renovación de la Tierra. El Reino de los mil años. (Leer todos…)
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."