¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 13 de marzo de 2023
(El plan de Dios…)
(DeepL Translator) “La fe, la esperanza y la caridad son virtudes extraordinarias, y el hombre no puede adquirirlas sin la ayuda de Dios. La fe es un don de Dios, y a través de ella el hombre puede adquirir la vida eterna. Dios quiso compartir su Felicidad perfecta, la Felicidad que ya tenía, porque la Santísima Trinidad está movida por el Amor que es prerrogativa del Espíritu Santo, y este Amor es el fundamento de la Obra divina.
La creación del universo es fruto de este Amor divino, y los seres humanos son sus sujetos privilegiados. Sí, la humanidad fue querida por Dios a causa del Amor, y la voluntad del Amor es darse. El Espíritu Santo ha sido derramado en los corazones de la humanidad; es Él quien da vida, quien derrama, quien fortalece. Dios es como un Imán que nos atrae hacia Sí, y la palabra “amor” viene de esta atracción, porque el que ama nos atrae hacia Sí.
El amor se dirige esencialmente hacia los demás, y motiva todas las acciones del que ama; da porque ama, y si el que es amado ama a su vez, dará a su vez, y el intercambio constante sostiene el amor, lo hace crecer y lo hace indispensable.
Así es con las Tres Personas Divinas: su Amor se da, se acepta, se responde, se intercambia y se construye en todo lo que el Pensamiento divino imagina. Así es como fue creado el mundo, nacido del Amor divino, pensado por Dios, movido por Dios, imaginado por Él y luego realizado en un maravilloso estallido de novedad, creatividad, equilibrio y simbiosis. La disposición del mundo creado, el universo, y luego dentro del universo el sol, la luna, la luz, la vegetación, el agua, el calor, los animales, el ser humano. Y finalmente, la Luz de la Luz, la Bondad de la Bondad Divina, la Excelencia del Pensamiento Divino, la Encarnación del Verbo de Dios en medio de Su Obra. Este hecho tan excepcional, tan poco común: Su Venida a ella siendo su Hacedor fue la cumbre de Su Obra.
Sí, Dios creó la tierra para Sí mismo, para asumir Su aspecto eterno y poblarla de hermanos y hermanas semejantes a Él, dotados de las mismas virtudes, de la misma apariencia, de la misma belleza, de la misma bondad, del mismo Amor. Y después de este paso por la tierra para adquirir la vida, la entrada en la Vida eterna debía coronar el nacimiento terrestre, el crecimiento humano hacia la Vida eterna donde no hay ni antes ni después, ni principio ni fin.
El Pensamiento divino lo elaboró todo, lo realizó todo, lo quiso todo con una perfección que sólo él podía emprender y realizar. El Verbo divino y el Amor divino fueron actores del mismo modo que el Pensamiento divino, pues toda palabra expresa el pensamiento para exteriorizarlo, mientras que el amor le da su perfección.
Así es como la Santísima Trinidad, Un Dios en Tres Personas, creó la tierra, los mundos y el universo, e hizo de la Tierra su morada personal en medio de los Suyos, sus hermanos y hermanas, a quienes dio la perfección como don particular y personal: la gracia santificante, la inmortalidad, el conocimiento infuso, el amor al bien y la amistad de Dios. Este era el Plan de Dios, este era el maravilloso Pensamiento divino realizado por Su Palabra y por Su Amor.
Quiero que vosotros, hijos Míos, meditéis sobre esto, sobre la perfección de la naturaleza humana tal como la quiso Dios en Su origen, y cómo lo realizó todo, lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño, todo según un patrón primigenio que se encuentra en cada una de Sus creaciones: el átomo, la célula, los ciclos – primavera, verano, otoño, invierno – infancia, juventud, madurez, vejez -, los sistemas solares, las galaxias y todo lo que puebla el universo sin que vosotros lo sepáis todavía. Este conocimiento divino que supera todo conocimiento humano, lo infinito que supera lo finito, el Amor que supera todos los afectos, simpatías y atracciones; la Palabra divina que es creadora, veraz, profética también, porque el tiempo no existe en la eternidad y porque todo tiempo es ampliamente superado por el Infinito.
(Apartarse del plan de Dios…)
Hijos Míos, os he creado en la Perfección, para ser hermanos y hermanas de Jesucristo, Rey y Maestro de toda la creación. Si os alejáis de vuestra esencia, de vuestro propósito, de vuestro destino, os perderéis.
¿Cómo podéis alejaros del Amor, siendo Él el motor de vuestro ser, el motor de vuestro mundo, el motor de vuestra Eternidad?
Apartarse de Él es un disparate, un error tan absurdo que habría que estar loco para caer en él. Sí, hijos Míos, los seguidores de Satanás son locos, destructores de sí mismos y de sus semejantes, no son nada, no producen nada, no siembran nada y su futuro eterno será la desolación, la ausencia de todo amor, la ausencia de toda esperanza. Se habrán hecho viles, descompuestos, horribles y purulentos, y sus execrables pasiones los perseguirán sin poder satisfacerlos jamás.
No seas como ellos, vive del Amor divino, sembrando este Amor a tu alrededor y siguiendo las huellas de tu Maestro y Señor que redimió Su creación entregándose a ella, por ella y en ella.
Que Dios os bendiga; Él ha sublimado Su creación llevándose a Sí mismo a ella, y os ruega que sigáis Sus huellas con confianza y amor.
Os amo, os doy Mi Vida y os salvo. Que así sea.
Tu divino Maestro, Señor y Hermano.”
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."