¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 4 de julio de 2022

“Hijos Míos, […] cuando lleguen esos días difíciles, algunos de vosotros no temeréis porque tendréis confianza en Dios y porque el Señor es Todopoderoso, incluso cuando permite que el mal inunde aparentemente la tierra. Vuestra esperanza os permitirá afrontar esas dificultades en la calma de vuestras almas, con la paz interior que Yo os ofrezco y que os permitirá escapar de la ansiedad y de la preocupación de los que no tienen esperanza.
Vosotros Me amáis, Yo os amo y experimentaréis este amor por vuestra confianza en Mí, por vuestra serenidad y por vuestro dominio de vosotros mismos, a diferencia de todos aquellos que no ponen su confianza en Mí.
Pronto viviréis acontecimientos inesperados, Francia y Europa se verán más particularmente afectadas, pero vosotros, hijos Míos, no flaquearéis.

Me rezaréis constantemente y os abandonaréis a Mí, es decir, a Mi Divina Providencia. No debéis flaquear, no debéis abandonarme, no debéis dejaros llevar por las preocupaciones de vuestros seres queridos: al contrario, debéis animarlos, estar presentes con ellos y vuestra serenidad y calma serán contagiosas.
Hijos Míos, leed el Antiguo Testamento y ved cuán poderoso era Yahvé, el Dios de Israel, y cuántas veces envió jefes para ayudar a su pueblo a salir de los apuros. Y luego cuán infiel le fue este pueblo, hasta el punto de dar muerte a Jesucristo, Su único Hijo, Su Palabra, porque no querían escucharle.
Y así sigue siendo hoy: Su pueblo se ha extendido por todo el mundo, pero las naciones que una vez fueron cristianas, que construyeron catedrales para honrar a Dios Todopoderoso, estas naciones se han olvidado de Él, se han alejado de Él, han apostatado, y el Nombre de Dios ya no tiene lugar en las asambleas gubernamentales.
El odioso secularismo ha ocupado el lugar que debería haber ocupado el Todopoderoso, que sin embargo sigue siendo Todopoderoso y perfectamente Misericordioso. A pesar de ello, Dios no se deja encerrar en el silencio que quieren imponerle, no se deja desalojar a pesar de su silla vacía que han querido sustituir por asambleas populares totalmente desconectadas de la fe, de la única religión verdadera y de las leyes divinas.
Hijos Míos, cuando se aparta a Dios, los demonios están encantados y ocupan todo el espacio.
¿Qué hace entonces el demonio?
Se cree el Rey porque es el Príncipe de este mundo y quiere que lo sepamos. Por eso se impone con venganza y, para mostrar su poder, destruye, se opone y lucha.
Así es como se quemó Notre-Dame de París, cómo se incendió la catedral de S.-Pierre-et-S.-Paul de Nantes, cómo se vandalizan muchas iglesias y cómo se ataca especialmente a la religión católica.

Las escabrosas leyes que afectan a la familia son obra suya, y mientras pueda romper, obstruir y legislar, lo hará, ya que es el Príncipe de este mundo y los hombres también lo quieren así.
Incluso Roma, la ciudad santa, la ciudad luz del mundo, la sede de los sucesores del Apóstol Pedro, se ve afectada, y la Santísima Virgen María lo predijo en La Salette en 1846: “Roma perderá la fe” [1].
Mis queridos hijos, es difícil ver con claridad, es difícil ser independiente, no dejarse influenciar por lo que se dice, por la llamada justicia propia, por lo políticamente correcto, por la palabra mediática que ha invadido nuestros hogares a través de la radio, la televisión y las redes sociales.
Y, sin embargo, es posible, es incluso urgente, ser católico, creer profundamente en la única fe verdadera, en la única religión verdadera, la que enseña la Palabra de Dios, Yo mismo, vuestro Señor Jesucristo, que os habla a través de esta carta.
[…] Si volvéis al Evangelio […] leeréis la historia del Señor que expulsa a un demonio mudo y que es acusado de hacerlo en nombre de Belcebú (Lc 11, 14-23) y Él responde, entre otras palabras:
“El que no está conmigo está contra Mí; el que no recoge conmigo, desparrama” (Lc 11, 21).
Sigo siendo el Maestro, aunque Me nieguen, sigo siendo el Maestro, aunque Me den la espalda. Yo instituí la Santa Iglesia en la Sangre de la Cruz Redentora y Ella perdurará sean cuales fueren sus gobiernos, santos o perjuros, fieles o infieles.
Mi Iglesia, santa, católica y apostólica -es decir, edificada sobre Mis apóstoles- permanecerá, aunque muera, así como la muerte que soporté no Me venció porque Yo soy la Vida y la Vida triunfó sobre la muerte.
Como su Esposo, la Iglesia santa tendrá el mismo destino: morirá, pero resucitará gloriosa y luminosa, y sus fieles nunca deben desesperar de ella. Hoy sufre, es abusada, es maltratada, pero vive de la Vida de su Esposo y, como Él, reaparecerá entre los suyos, los que le han permanecido fieles y no han desesperado.
Mantened la fe, Mis queridos hijos, mantened Mi enseñanza, la enseñanza que habéis recibido de Mi Santa Iglesia y de la que no se ha desviado, la enseñanza de Mis Apóstoles y de Mis Santos, y no os dejéis engañar, Dios es grande, es Todopoderoso y saldrá victorioso.
Os bendigo y permanezco cerca de vosotros.”
- Profecías de La Salette (Leer más…)
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."