¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 17 de marzo de 2023
§1: Hoy quiero hablaros del futuro
§2: Vuestra tierra está en gran peligro
§3: El Apocalipsis es el libro para vuestro tiempo
§4: El tiempo de Mi paciencia está llegando a su fin
§1

“Mis muy queridos hijos, Vuestro Dios […] os pide que le leáis con devoción y sumisión, como buenos hijos que escuchan a su amado y siempre competente Padre.
Hijos Míos, hoy quiero hablaros del futuro. Quiero hablaros de lo que espero de vosotros que estáis entre Mis privilegiados porque Me leéis. […] Sois muchos en la tierra, muchos no Me conocen, muchos incluso Me rechazan o persiguen a Mis fieles, otros están lejos de Mí o Me desprecian mientras que unos pocos son católicos convencidos.
Algunos de ellos son “racionales” y no creen que Yo sea tan sensible a vuestra vida cotidiana como para querer hablarles Yo mismo y de otra manera que no sea a través de la voz habitual de Mi Santa Iglesia.
La Santa Iglesia es muy querida a Mí y la instituí para crear un pueblo fiel y devoto. Sí, la Santa Iglesia Católica es Mi Iglesia, ha predicado y convertido a muchas generaciones de fieles y santos, a los que Mi Cielo ha abierto Mi Corazón y tendido Mis Brazos.
- Pero, ¿qué pasa con todos los demás, aparentemente dejados de lado?
- ¿Están todos perdidos?
No, hijos Míos, Yo no pierdo a nadie y los que no quieren seguirme no están perdidos en el sentido de que hayan querido tomar otro camino con plena conciencia y libertad. Yo no se lo impido, pero, como Me han abandonado voluntariamente, Me olvido de ellos y ya no son objeto de Mi preocupación. Es culpa de ellos y, una vez tomada y confirmada su decisión en su eternidad, ni Me compadezco de ellos ni los busco.
Quiero hablar a todos los demás, a los que Me leen y que darán a conocer Mis palabras y Mis cartas a su alrededor y a todos los que querrán leerme a su vez.
§2
Hijos Míos, vuestra tierra está en gran peligro, está al borde de una explosión cataclísmica a causa de la humanidad y a causa de sus pecados.
Cuando un hombre abandona el camino de la fe, de la docilidad a la Voluntad de Dios, de su destino que es la santidad y el Cielo con Dios por la Bendita Eternidad, se extravía y los Ángeles de Dios lo abandonan, dejándolo en lucha con los espíritus infernales que, como escribió Mi Apóstol Pedro en su epístola:
“Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quien devorar” (1 Pe 5,8).

Y realmente devora. Sus colmillos y garras desgarran, sus palabras arden de acidez y malicia y sus ojos brillan de odio y crueldad.
No, no, Mis queridos hijos, no os dejéis arrastrar por este magma de odio y violencia, porque es poderoso y se agita en el mundo en este momento, llevando consigo a muchas almas a excesos de inmoralidad y pecados antinaturales.
En este momento (el demonio) está luchando y está atrayendo hacia sí a un número muy grande de almas, mientras que otras, escandalizadas pero intimidadas porque su presión es muy fuerte, no se atreven a levantarse ni a denunciar públicamente lo que reproban en lo más íntimo de su ser.
§3
Hijos Míos, lo que sucede hoy en el mundo forma parte de las profecías de Mi apóstol San Juan en el Apocalipsis, que es el libro para vuestro tiempo.
Vosotros estáis ahí y no lo creéis ni lo imagináis. La fe se está perdiendo, las personas no tienen fundamentos, se dejan llevar por el materialismo, lo virtual, los juegos electrónicos y la superficialidad, ya no piensan y, mientras tanto, la guerra que ya ha comenzado está a vuestras puertas.
Lo sabéis, pero esperáis que no os afecte, que la vida siga contra viento y marea y que tal vez estéis a salvo.
Hijos Míos, sed realistas.
- ¿Realmente creéis que el mundo, bajo la creciente influencia de los demonios, con Mammón y Asmodeo a la cabeza, es habitable y puede seguir adelante sin que os afecte profundamente?

¡Sed santos, porque la prueba santifica!
- Sí, hijos Míos, permito las pruebas para que os convirtáis y desaparezcan los malvados. Sí, eso es lo que debe venir, la desaparición de los malvados mientras muchos convertidos y buenos fieles se reunirán Conmigo en Mi Cielo, Mi Morada Divina.
Ahora estáis en un mundo convulsionado, un mundo en el que los hombres pierden sus almas y Yo he decidido ponerle fin.
§4
Quiero que sepáis que el tiempo de mi paciencia está llegando a su fin y quiero renovar la tierra para que sea como la creé al principio, bella y acogedora, rica y verde.

Dejaré que se destruya mientras la escoria esté activa, pero cuando la escoria se haya debilitado totalmente, porque el mal se destruirá a sí mismo hasta que Mi Brazo poderoso y formidable lo juzgue, entonces, hijos Míos, vosotros que permaneceréis, probados y santificados, os bendeciré por vuestra fidelidad, por vuestra perseverancia, por vuestra constancia.
Os estrecharé entre Mis Brazos y, en un gran abrazo, os abrazaré y abriréis los ojos a una tierra liberada de todo mal, bajo un sol suave y cálido. Seréis liberados de toda angustia y movidos por un sublime deseo de gratitud y de energía propicia para reconstruir un mundo piadoso, ferviente y caritativo.
Sí, hijos Míos, es la fe la que vencerá, es Dios el que vencerá, es el vicio el que perderá.
Os amo, tened fe, sed firmes y piadosos, y os ayudaré a atravesar este momento de la historia del mundo como ningún otro.
Bendito sea Dios, y guardadme toda vuestra fidelidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; así sea.
Vuestro Señor y vuestro Dios.”
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."