¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Léelo todo sin prisa, el Señor concede una luz suplementaria de comprensión) – 31 de mayo de 2023

«Mis queridos hijos, como podéis ver, la guerra está empezando a extenderse más allá de [la nación de la bandera amarillo-azul], por los propios [dirigentes], que sólo pueden sostener este esfuerzo de masacre y fuego con ayuda del exterior, ayuda odiosa porque “el que quiere la guerra toma los medios”.
Occidente ha querido esta guerra, es el verdadero responsable de ella, y todo lo que está ocurriendo es deliberado, calculado y pensado. [La nación de la bandera de barras y estrellas] está librando una guerra por delegación, entregando armas sin tener en cuenta a los muertos ni a los heridos.
Esta guerra es la voluntad inmediata de los guiados por Mi enemigo implacable, y le dejo actuar porque será -y ya es- el enemigo de aquellos a los que emplea.

Aquellos a los que emplea siguen creyéndose los amos del mundo y su maquiavelismo les hará perder.

Siguen siendo un gran poder destructor y los que sufren, los pequeños y humildes, no son nada a sus ojos.
La guerra está aún en sus inicios, pues el demonio siempre está sediento de más maldad, más daño, más irregularidades, pues es la obra de Dios la que él busca socavar, romper y destruir.
Mientras fomenta guerras, malentendidos y disputas, también rompe la familia y el orden de la sociedad, y se levanta contra la fe católica, que es la única que conoce a Dios y Su mano tendida a la humanidad.
- ¿Quién como Dios?
Tronó San Miguel Arcángel en defensa de Dios, Dueño y único Señor del universo y de todas las cosas. Reunió a su lado una hueste de ángeles, que lucharon y seguirán luchando contra los demonios mientras envenenen la tierra y toda la creación.
Hijos Míos, sabed que no estáis solos, que tenéis una miríada de ángeles dispuestos a luchar por vosotros mientras permanezcáis firmes en la religión católica, único y maravilloso testimonio de fe de los hombres hacia Dios, de los ángeles hacia Dios, de toda la creación hacia Dios.
- ¿Qué es la religión?
Es un todo que nos une a Dios, el Ser sublime y majestuoso que es absolutamente superior a ti y que quiere tu bien, tu amor y tu lealtad.
- ¿Qué es ese todo?
Es un todo, un conjunto de hechos exteriores a vosotros, hechos objetivos, un todo que se os enseña y al que os adherís para trabajar hacia vuestro objetivo, el objetivo para el que habéis sido creados y que está en otra parte que en la tierra.
- ¿Qué es este otro lugar?

Es una vida en otra dimensión que la de vuestra tierra, una dimensión eterna, fuera del tiempo, pero siempre en la acción personal y voluntaria, en el Amor de Dios que se os revela ante todo por la enseñanza, necesariamente por la piedad y por la gracia santificante recibida por mediación de la Santa Iglesia Católica, dispensadora del tesoro dejado a la humanidad por Dios Hijo, el Verbo de Dios, Jesucristo vuestro Señor, que os salvó del demonio y de la muerte eterna.
Si estás convencido de ello, si vives para ganar esta Vida eterna en el Amor perfecto y siempre renovado de tu Dios, recibirás todas las gracias, toda la ayuda que necesites en esta vida terrena para crecer en santidad y alcanzar el Cielo con Dios, por Él y en Su extraordinario Amor.
El demonio será vencido al final del tiempo que Dios le ha dado para probar lo bueno y quitar lo malo. Sí, ese es el papel que Dios le ha dado: probar lo bueno y llevarse lo malo. Probar lo bueno es la gracia que Dios les da para que demuestren su amor por Él, su tenacidad, su fidelidad, y estas pruebas les harán santos.

Persecución de la Iglesia Católica en México. “Entre 1925 y 1929, ante la indiferencia del llamado mundo civilizado, México vivió una tragedia sin precedentes. El gobierno de la República -en manos de un pequeño grupo de poder, los ‘hombres de Sonora’- endureció a tal grado la legislación antirreligiosa que ya había afectado a la comunidad católica, que se hizo imposible cualquier manifestación de la fe. Se expulsó al clero, se cancelaron todas las ceremonias y rituales. Todos los lugares o instituciones relacionados de algún modo con el culto (iglesias, conventos, seminarios, escuelas, instituciones benéficas) fueron cerrados o confiscados. De hecho, después del 31 de julio de 1925, la Iglesia desapareció de la vida del pueblo mexicano. En ese momento, sin embargo, ocurrió algo que nadie había previsto: cientos de miles de mexicanos, pertenecientes a todos los estratos de la población, se sublevaron y pasaron a la clandestinidad. Los generales del Ejército Federal pensaron que podrían derrotarlos en poco tiempo, pero la insurrección de Cristo Rey, la “Cristiada”, pronto involucró a millones de ciudadanos y estados enteros de la Federación cayeron bajo el control de un ejército “cristero” cada vez más poderoso y popular. La reacción del gobierno no se hizo esperar y fue extraordinariamente dura: masacres indiscriminadas, campos de concentración, ahorcamientos masivos. Pero los cristeros multiplicaron sus fuerzas con cada derrota, mostrándose dispuestos al martirio. Y de hecho no fueron las armas las que los derrotaron, sino la diplomacia internacional con los “Acuerdos de 1929”. – “Cristiada” de Mario Arturo Iannaccone
Sí, hay que ser santo para entrar en la eternidad del Cielo, y nadie en la tierra es santo sin haber puesto su confianza en Dios, sin haberle demostrado su amor, sin haber sido tenaz e inquebrantable en su fe.
Hijos Míos, Yo permaneceré cerca de vosotros en la dificultad, en la prueba, en el sufrimiento y hasta en la muerte; así que vosotros, Mis muy queridos, haced lo mismo: no Me abandonéis en el sufrimiento de Mi Pasión.
Santa Verónica alivió Mi rostro, pero también alivió Mi alma sufriente. Ella Me dio valor, Me vigorizó, Me consoló. Haced lo mismo con Mi Pasión, Mi ofrenda en la Cruz no es un acto del pasado, un acto pasado, no, es perpetua y se renueva en el altar del Sacrificio en cada Santa Misa, en cada Consagración.
La guerra se extiende y el demonio recoge su cosecha.

Todavía le queda mucho trabajo por hacer y se da prisa porque sabe que el tiempo se acaba. Y vosotros, hijos Míos que ya estáis atrapados en sus tenazas y otros entre vosotros que lo estarán, estad seguros de Mí, no os abandono.
Estoy a vuestro lado, no os perderé porque he venido a salvaros y os daré todas Mis gracias para que os reunáis Conmigo, cada uno a su tiempo, en Mi Morada divina.
Yo os bendigo y os amo como un Padre muy tierno que ama divinamente a Sus amados hijos.
Que así sea y que el Espíritu Santo esté en vuestras almas y en vuestros corazones.
Vuestro tierno Padre.”
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."