¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
21 de mayo 2021 – Órdenes ilegítimas
(DeepL Translator) “En poco tiempo, la tragedia caerá sobre los hombres, y en poco tiempo sabrán que Dios es su Amo y Señor. Ese tiempo está cerca y Mi pueblo lo presiente. Se dan cuenta de que los tiempos no son buenos, que su libertad está controlada, que sus familias están bajo presión y no se sienten seguros. Les gustaría que volviera cierta despreocupación que la pandemia, o como se llame, ha sofocado, y se dan cuenta de que la vida cristiana está desapareciendo porque se ha frenado a los sacerdotes en su ministerio y se ha alejado a los fieles de la casa de Dios, lugar de respeto y devoción a Él.
Tendrán que arrepentirse ante Dios y ante sus fieles por haberlos abandonado durante estas semanas de encierro, mientras que otros sacerdotes se han movilizado para no abandonar a sus rebaños. Esta diferencia de actitud entre los sacerdotes es notable y, como en el tiempo de las revoluciones, algunos sacerdotes permanecieron junto a sus fieles, otros no.
Y vosotros, hijos míos, ¿habéis permanecido cerca de vuestro Dios durante estas semanas y meses de aislamiento? ¿Le habéis visitado en vuestros momentos de libertad? ¿Le habéis rezado para que os ayude en vuestros deberes de estado: vuestra vida familiar, profesional y otras responsabilidades? ¿O le has guardado en el armario para esperar días mejores?
El Señor Jesús conoce las almas y los corazones de todos, y si le has olvidado un poco durante estos días, semanas y meses de encierro, ya es hora de que te levantes y vuelvas a Él. El Señor Jesús es tan necesario en tu vida diaria que debes incluirlo en todas tus tareas. Él te ama y sólo pide tu amor a cambio.
Amar es intercambio, presencia, consejo, consuelo, luz y descanso. Amar es entregarse a quien amas, y cuanto más amas de verdad, más das de ti mismo. Jesús, el Amo del mundo, se entregó a este mundo para su Redención, ¿y qué recibe a cambio? Muchas iglesias cerradas, menos personas que asisten a los servicios a causa de órdenes inadecuadas para reducir el número, cuando las iglesias, la Casa de Dios, deberían haber estado a rebosar y el Señor, el Salvador del mundo, es el médico por excelencia para los corazones, los cuerpos y las almas.
Hijos míos, ¡no os dejéis sorprender por órdenes ilegítimas! Id a llenar las iglesias, pues es allí, con Dios, vuestro Maestro y vuestro Padre, donde encontraréis alivio.
Dios bendice a los que acuden a Él, y si a veces un fiel u otro es reprendido por su presencia en una iglesia, que sepa que Dios lo aprueba, se complace en él y su recompensa será grande en el Cielo.
No tengáis miedo, Dios está por encima de las leyes humanas, Sus leyes superan las leyes inicuas de los hombres, y los mártires de los primeros siglos las desafiaron con valor, perseverancia y fe. Como dijo Mi Santísima Madre a Bernadette de Lourdes: “No os prometo la felicidad en este mundo, sino en el otro”, sed pues fervientes, valientes y fieles.
Os bendigo, Mis queridísimos hijos, y os amo.”
Fuente: srbeghe.blog








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."