Lee sin prisa si puedes...

Esfuérzate en leer todo sin prisa... la curiosidad no te salvará de los acontecimientos que devastarán a nuestro planeta... no habrá internet... prepàrate: oración y Santo Rosario cada día, Confesión, Comunión, obediencia a los 10 Mandamientos... ¡Fe, no miedo! ¡Salva tu alma!

Los descendientes de Judas Iscariote: Martín Lutero, precursor del anticristo

Desafortunadamente, hoy, por un ecumenismo distorsionado, de matriz masónica, a Lutero, ya puesto fuera de la Iglesia por cinco siglos de historia y por el Concilio - “¡de fide”! - de Trento, ¡se lo está haciendo entrar de nuevo por la puerta, alabado incluso con público elogio!

¡Oportunidad de Protección y Salvación antes de los eventos venideros!

(Primer) Viernes: 6 diciembre y (Primer) Sábado: 7 diciembre 2024
Últimas llamadas.No te duermas espiritualmente. Salva tu alma. Prepárate para los acontecimientos venideros. Se requiere: Confesión Sacramental y Comunión (asistir a la Misa, no llegar tarde)
Los 9 Primeros Viernes de mes al Sagrado Corazón de Jesús (leer las 12 Promesas). Los 5 Primeros Sábados del mes al Corazón Inmaculado de María (leer las Promesas). (Double) Novena a Los Sagrados Corazones de Jesús y de María, de sor Natalia Magdolna (leer las 33 Promesas, descargar y difundir…)

leer TODO

Lees todo sin prisas hasta el final, donde se pone de relieve la amarga realidad del origen de todas las herejías, de todas las divisiones, de todas las persecuciones y trampas a la Santa Iglesia Católica Romana a lo largo de los siglos hasta nuestros días, y que desembocará en breve en la venida del anticristo. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo y experimentará la misma Pasión sangrienta de Su Fundador. Mantente firme en tu fe y no abandones la Iglesia Católica Romana.

Martin Lutero, homicida y suicida

Jesús dice (escritos de Maria Valtorta): 

No se debe olvidar que si bien la Iglesia, tomada como ente, es obra perfecta como su Fundador, tomada como conjunto de hombres presenta los fallos propios de lo que viene de los hombres. Cuando la Iglesia -y por tal aludo ahora a la reunión de sus altos dignatarios- actuó según los dictámenes de mi Ley y de mi Evangelio, la Iglesia conoció tiempos brillantes de esplendor. Pero ¡ay cuando, anteponiendo los intereses de la Tierra a los del Cielo, se contaminó a Sí misma con pasiones humanas! Tres veces ¡ay! cuando adoró a la Bestia de la que habla Juan, o sea la Potencia política, y se dejó dominar. Entonces, necesariamente, la luz se oscureció en crepúsculos más o menos profundos, o por defecto propio de los Jefes elevados a ese trono por artimañas humanas, o por debilidad de los mismos contra las presiones humanas. Estos son los tiempos en los que están los “pastores inútiles” de los que ya he hablado’, consecuencia, en el fondo, de los errores de todos. Porque si los cristianos fueran como deben ser, tanto poderosos como humildes, no habría abusos ni intromisiones, y no sería provocado el castigo de Dios que retira su luz a quienes la han rechazado. (1)

 

Extractos del ensayo: Martin Lutero, homicida y suicida – Por el Rev. Luigi Villa Th. D. (2)

«Yo no admito que mi doctrina pueda ser juzgada por alguno, ni siquiera por los Ángeles. Quien no recibe mi doctrina no puede alcanzar la salvación». (Martín Lutero, Weim., X, P. II, 107, 8-11)

¡Entonces se podría decir que Lutero está en el infierno! He aquí los motivos principales: él fue un “homicida”, y es por esto que Lutero debió refugiarse en un convento, como veremos más adelante; y murió “suicida”, ¡después de otra noche de orgía!

“Yo he sido un gran bribón y un homicida”. (Martín Lutero, WA WW 29,50,18)

“Estos idiotas de asnos (católicos) no conocen más que las tentaciones de la carne. (…). En realidad, para estas tentaciones el remedio es fácil: hay todavía mujeres y jovencitas…”. (Martín Lutero)

Ya hemos dicho que Lutero, a pesar de haberse hecho “fraile”, no tuvo jamás paz interior, sino que atravesó continuos períodos de crisis, de luchas morales y de angustias de espíritu espantosas.

“Si la esposa descuida su deber (sexual), la autoridad temporal la debe obligar, o aún condenarla a muerte”. (Martín Lutero)

“La razón por la que bebo cada vez más, por la que hablo cada vez más licenciosamente, por la que banqueteo cada vez más frecuentemente, es la de burlar al diablo que quiere molestarme”. (Martín Lutero)

“Quien no se opone con todo su corazón al papado ¡no puede alcanzar la eterna felicidad!” (Martín Lutero)

“Antes de mí, no se ha sabido nada. Estoy cierto de que ni San Agustín, ni San Ambrosio, que también en estas materias son grandísimos, me han estado a la par. Soy excelente en Dios sobre toda medida, no cedo un dedo a los Ángeles del Cielo, ni a Pedro ni a Pablo, ni a cientos de emperadores, ni a miles de Papas, ni al mundo entero.
Este es mi lema: ¡No cedo a nadie!”. (Martín Lutero)

“La Misa no es un Sacrificio, o la acción del sacrificador. Debemos considerarla un sacramento o un testamento. Llamémosle bendición, eucaristía, mesa del Señor, memorial del Señor. Que se le de cualquier otro nombre, siempre y cuando no se la manche con el nombre de “Sacrificio”. (Martín Lutero)

Lutero, un día, respondiendo a su madre que le había preguntado si debía también ella cambiar de religión, dijo:

“¡No, permanece católica, porque yo no quiero ni engañar ni traicionar a mi madre!”. (Martín Lutero)

Este significativo “documento” se conserva en la Biblioteca del Convento dominico de Santa María della Minerva en Roma.

“¡Es necesario apartar absoluta- mente de nuestros ojos y de nuestro espíritu todo el decálogo!..”. (Martin Lutero)

Y desde entonces, en él, hubo una locura obsesiva que no lo abandonaba, y una desesperación que le roía el corazón:

“¡Yo no puedo ya rezar sin maldecir! En lugar de decir: santificado sea Tu nombre, yo digo: ¡Maldito, sea condenado el nombre del papista! En lugar de decir: ¡venga Tu Reino! yo digo: ¡Maldito! que sea condenado y aniquilado el papismo! En lugar de decir: hágase Tu Voluntad, yo digo: ¡Maldito! que sean condenados los planes de los papistas!… ¡He aquí mi plegaria!” (Martin Lutero)

La vida del apóstata Lutero, entonces, ¡se había vuelto ya un verdadero infierno para él! Y él temía la muerte, aun invocándola de continuo:

“¡El mundo está ya satisfecho de mí y yo estoy satisfecho de él! – decía – pero pronto me divorciaré… ¡Ah, si hubiera aquí un turco para matarme!” (Martin Lutero)

En su “Propos de Table” había escrito:

“El demonio empuja a los hombres primero a la desobediencia y a la traición, como Judas; luego los empuja a la desesperación, ¡de manera que acaban perdiéndose o estrangulándose!” (Martin Lutero)

Y continuaba diciendo:

“el demonio tiene una voz tan terrible como para empujar a algunos hombres, después de un coloquio nocturno con él, y hacerlos encontrar, al día siguiente, muertos! ¡Y esto me sucederá también a mí!” (Martin Lutero)

Es una alucinante reflexión que prueba cómo Lutero tenía claro su fin delante de sí. Y esto demuestra también que no siempre el suicida realiza un gesto de locura, sino que
¡puede realizar un gesto lúcido de posesión diabólica!

EL “SUICIDIO” DE LUTERO

“Papa, vivo, era yo PESTE, muerto, seré tu MUERTE”. (Martín Lutero)

Existen varios “testimonios”, protestantes y católicos, sobre este último gesto desesperado de Lutero. Bástenos, aquí, recordar el principal; el de su servidor personal, Ambrogio Kuntzell (o Kudtfeld) el cual, desolado en su alma por aquel terrible castigo de Dios sobre su señor, ¡acabó por confesar todas las particularidades! He aquí su testimonio:

“Martín Lutero, la noche antes de su muerte, se dejó vencer por su habitual intemperancia y en tal exceso que fuimos obligados a llevarlo, completamente alcoholizado, y colocarlo en su lecho. Luego, nos retiramos a nuestra cámara, ¡sin presentir nada desagradable! A la mañana siguiente, volvimos junto a nuestro señor para ayudarlo a vestirse, come de costumbre. Entonces – ¡oh, qué dolor! – ¡vimos a nuestro señor Martín colgando del lecho y estrangulado miserablemente! Tenía la boca torcida, la parte derecha del rostro negra, el cuello rojo y deforme.

Frente a este horrendo espectáculo, ¡fuimos presos de un gran temor! ¡Corrimos, sin retardo, a los príncipes, sus convidados de la víspera, a anunciarles el execrable fin d Lutero! Ellos, llenos de terror como nosotros, nos comprometieron en seguida, con mil promesas y los más solemnes juramentos, a observar, respecto de aquel suceso, un silencio eterno, y que nada trascendiera. Luego, nos ordenaron quitar del cabezal el horrible cadáver de Lutero, ponerlo sobre su lecho y divulgar, después, entre el pueblo, que el “maestro Lutero” ¡había abandonado de improviso esta vida!”

Un historiador contemporáneo narra que una tropa de demonios, bajo apariencia de cuervos, volaron en torno a su cuerpo graznando terriblemente, y que lo acompaña- ron, luego, ¡hasta la tumba!

Y existe también este otro episodio histórico:

“En Graz (Austria), un Padre franciscano, en una prédica, afirmaba que Lutero estaba condenado… Una noche, con el pretexto de asistir a una enferma, un hombre fue a buscarlo… En lugar de encontrarse ante una enferma, el Padre franciscano se encontró en presencia de 5 hombres que, mostrándole un arma de fuego, le dijeron que si no daba la prueba de que Lutero estaba en el infierno, no saldría vivo de la habitación. El Religioso, verdadero hombre de Dios, expuso el SS. Sacramento que llevaba consigo y se puso en adoración; luego, recitó la plegaria de exorcismo…

Imprevistamente, fue golpeada la puerta. «¡Entrad!» – dijeron los hombres – pero nadie entró! Pocos instantes después, sin embargo, la puerta se abrió y Lutero, incandescente como un carbón ardiente, entró en la cámara. ¡Estaba en medio de otros dos demonios! Los cinco hombres se dieron a la fuga…” (Cfr. B.C. 63, p. 4, 1982).

CONCLUSION

La familia de Lutero

En esta imagen: Los padres de Martín Lutero: Hans Luder y su esposa Margarethe Lindemann. Martín Lutero y Katharina von Bora, esposa de Lutero.

 

¿Pero entonces, Lutero está en el infierno? ¡Y se podría decir que sí! El arco de su vida, en efecto, entre ese homicidio juvenil y ese suicidio al final de su vida, está completamente marcado por una existencia de “herético insensato” (Pío VI – 9 marzo 1783), de blasfemo endurecido, de bebedor impenitente, de glotón formidable (fue definido, por esto, el “¡doctor plenus”!), de perjuro y sacrílego (pasó también a las sacrílegas bodas con una “monja”, Caterina Bora, que él mismo sacó del monasterio para liberarla de los hábitos monacales!), de apóstata (su llamada “reforma”
¡fue una subversión, “ab imis”, de la Fe, de la Moral, de la constitución divina de la Iglesia!), de continuos pecados de impureza (sí, hasta ser llamado por sus coterráneos: “Saxonicus porcus”!), de fácil gro- sería y trivialidad (cfr. “Discursos conviviales”… ¡todo una peste!), de violento en sus pasiones, de hombre anormal con síndrome patológico, de desenfrenado egocentrismo, de megalomanía, de agresividad verbal incontrolada, de una sexualidad hasta el paroxismo, de atizador en la guerra de los campesinos (a los que abandonaba para ponerse del lado de los señores; escribió incluso que «era tiempo ya de masacrar a los campesinos como perros sarnosos» – cfr. Erl. III, 306), de monoideismo, de enemigo mortal del Papa, de sepulturero de la Misa:

“Yo declaro que los prostíbulos, los homicidios, los robos, los asesinatos y los adulterios son menos malvados que esa abominación que es la misa papista!”

De pertenencia a la masonería (estaba afiliado a la secta de los Rosacruces…)

Papa Benedicto XVI, en una reflexión sobre la figura y la teoría de su connacional Lutero, dijo:

«No erraba cuando sostenía que uno se salva sólo por la fe… ¡Lutero tenía muchas ideas católicas»!

¿Pero no es ésta la realidad de todos los heréticos: ¿tener “muchas ideas católicas”, pero no “todas”?

Lutero en el infierno, por lo tanto, ¡no puede ser sino una lógica consecuencia de toda esa vida suya errada y fuertemente pecaminosa! Aún si, desafortunadamente, hoy, por un ecumenismo distorsionado, de matriz masónica, a Lutero, ya puesto fuera de la Iglesia por cinco siglos de historia y por el Concilio – “¡de fide”! – de Trento, ¡se lo está haciendo entrar de nuevo por la puerta, alabado incluso con público elogio!

Pero para nosotros, para la Historia, Lutero permanece siendo siempre un homicida y un suicida; permanece siempre el herético insensato, el “porcus Saxoniae”, el fraile “pagano”, el degenerado clandestino en la nave de Pedro, el fraile que, como Judas, acabó, también él, “in locum suum…” (¡en el infierno!).

EL ESCUDO DE LUTERO

Lo Stemma di Lutero

El símbolo con el cual se adornaban los Rosa-Cruces era el escudo Rosacruciano de Martín Lutero (una rosa roja en cuyo centro había superpuesta una cruz), con el cual compartían el odio fanático hacia la Misa Católica. Ninguna maravilla, por tanto, el conocer que Lutero pertenecía también a la secta masónica de los Rosa-Cruces, cuyos círculos pululaban en la Alemania de su tiempo.

He aquí el extracto de un discurso, dado en el Consejo Supremo de la Alta Ma- sonería Hebraica de los B’nai B’rith, en una reunión de 1936, en París:

«Nosotros somos los padres de todas las revoluciones (…) ¡Podemos jactarnos de ser los creadores de la Reforma! Calvino era uno de nuestros hijos; era de origen hebreo y animado por las finanzas hebraicas a redactar su proyecto de Reforma. Martín Lutero cedió a la influencia de sus amigos hebreos y, gracias aún a la autoridad hebraica y a las finanzas hebraicas, su complot contra la Iglesia fue un éxito…».

 

  1. (Escritos de Maria Valtorta) Períodos en la vida de la Iglesia: Leer…
  2. Luigi Villa: Martin Lutero, homicida y suicida (Spanish): Read more…