(Leer todo sin prisa... Importante...) 24 de octubre de 2023 - Nuestra Señora de la Luz:
"Hoy vengo a vosotros como Vuestra Señora de la Luz. Os traigo la Luz del Padre del Cielo, Vuestro Creador; la Luz de Su Hijo, Jesucristo; y la Luz de Vuestra Madre Celestial, porque ahora estáis en un tiempo de oscuridad en vuestro mundo, y la Luz de Vuestros Protectores Celestiales es muy necesaria en estos tiempos finales.
(El sínodo…)
Recientemente, los sacerdotes, obispos, cardenales y Pontífice de la Iglesia de Mi Hijo se reunieron en un sínodo, resultando en confusión para muchos de ustedes. El verdadero resultado -les aseguro- será que ustedes regresen a los cimientos y raíces de la Iglesia de Mi Hijo, porque Mi Hijo regresará pronto a todos ustedes. Es a través de Su guía directa y a través de los esfuerzos de oración de Sus Poderosos Guerreros de Oración, los verdaderos Mayordomos de Su Iglesia, que el mundo experimentará el Gran Aviso y durante un período de transición, una Gran Renovación, que conducirá a la Gran Transformación, ¡que evolucionará hacia un Nuevo Cielo y una Nueva Tierra! ¡Que así sea! ¡Gracias a Dios!
(La tribulación…)
Pero el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra no se alcanzarán sin grandes sufrimientos y pérdidas para los habitantes de vuestro mundo (1). Tales son las condiciones ahora - como resultado de todos los pecados del mundo - y como resultado de los éxitos del maligno en convertir a tantos de los hijos de Dios en acólitos del mal de satanás - que la transición que conduce a un Nuevo Cielo y Nueva Tierra será un período de gran peligro, caos y confusión, y acontecimientos espantosos. Como resultado de todo el pecado de la humanidad, la transición será dolorosa y difícil de soportar para muchos de ustedes.
(El bien prevalecerá...)
Sin embargo, si estáis escuchando Mis Mensajes del Cielo, no tenéis ninguna duda en este momento de que, a pesar de los éxitos del maligno y sus secuaces, al final, el Padre en el Cielo, Vuestro Creador, a través de Su Hijo, Jesucristo, y con la intercesión de Vuestra Bendita Madre y Todos los Ángeles y los Santos, prevalecerá sobre todo el mal que satanás ha perpetrado sobre los hijos de Dios.
La paja será separada del trigo, y la Nueva Tierra será vuestra recompensa aquí en la Tierra. Finalmente, cuando vuestro tiempo aquí haya terminado de acuerdo con la misión del Padre para vosotros aquí en la Tierra, regresaréis a los Reinos Celestiales -que es vuestro hogar- por toda la eternidad con vuestro Padre y Creador. ¡Que así sea! Gracias sean dadas a Dios.
(Una tercera guerra mundial...)
Por ahora, deben rezar para que el viaje aquí en la Tierra sea positivo y productivo durante estos tiempos difíciles. Como he advertido muchas veces a través de los Mensajes del Cielo en el pasado, el maligno y sus secuaces tanto aquí en la Tierra como en el infierno os están preparando para la progresión de una tercera guerra mundial que ya ha estado en progreso de acuerdo con el plan del maligno. Los eventos recientes en el Medio Oriente son señales de la progresión de esta tercera guerra mundial y la depravación de los seguidores del maligno al atacar violentamente, secuestrar, violar y asesinar a los inocentes, incluyendo niños y ancianos, dándoles señales y advertencias de que la conducta futura de satanás y sus secuaces estará más allá de los límites de la gente gentil y amante de Dios.
Porque los secuaces de satanás que llevan a cabo estos actos bárbaros no son hijos del Único, Verdadero y Santo Dios en el Cielo, Vuestro Creador. Estos terroristas son seguidores de un culto bárbaro y satánico que fue creado por satanás hace miles de años para frustrar la misión de Mi Hijo, Jesucristo, y Vuestro Señor y Salvador, que es el Camino, la Verdad y la Luz de los hijos de Dios. Es sólo a través de vuestro Salvador Jesucristo que la Vida Eterna será prometida. ¡Que así sea! Gracias sean dadas a Dios.
(Nuestra misión…)
A medida que la vida aquí en la tierra se vuelve cada vez más complicada -y lo será- vuestra vida se simplificará. Centrad vuestras vidas en vuestra misión aquí en la Tierra a través de Vuestro Redentor, Jesucristo. Reconoced que vuestra misión personal en apoyo del Padre Celestial a través de Su Hijo es vuestra garantía de Vida Eterna con Nosotros en los Reinos Celestiales.
Si seguís vuestra misión y entregáis vuestras vidas completamente al Padre a través de Su Hijo, después de que los horribles y terribles acontecimientos se hayan completado y eliminado de la Tierra, os deleitaréis en vuestra nueva existencia con una Nueva Tierra, y finalmente compartiréis el paraíso del Cielo como vuestra Recompensa Eterna.
¡Que así sea! Gracias sean dadas a Dios.”
- Para aquellos destinados a sobrevivir el Aviso y la Gran Tribulación: (Detalles...)
Fuente: End Times Daily
Orad por la Iglesia, sus Jerarquías, los consagrados válidamente ordenados, durante este tiempo de confusión y apostasía. No caigáis en la trampa de la división, ni siquiera con aparentes buenas razones. Volved la mirada a la vida de los santos, como San Martín de Porres y San Padre Pío de Pietrelcina, el primero discriminado y el segundo combatido por la misma institución. Que sus comportamientos en la adversidad sea un ejemplo...
“La Iglesia es la Casa de Dios. Está prohibido que los hombres entren aquí con los brazos desnudos y usando pantalones cortos. Está prohibido que las mujeres entren con los pantalones cortos, con los vestidos cortos, de cuello bajo o sin mangas."
"¡Padres de familia, enderezad el rumbo de vuestros hogares!, dialogad mucho con vuestros hijos; sacad tiempo para escucharlos, porque muchos hogares se están perdiendo por la falta de amor, diálogo, comprensión y ante todo por la ausencia de Dios. Volved a llevar a Dios a vuestros hogares, rezad mi Santo Rosario, porque familia que reza unida, permanece unida."
31 de Enero del 2022 "Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera a vuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)" 
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)." 
"Oh Espada Gloriosa dada a Miguel Arcángel, por el Padre Eterno, del empíreo celeste! Espada Gloriosa: combate todo espíritu ruin en nuestras familias, en nuestra mente y en nuestro corazón. Gloriosa Espada de San Miguel Arcángel, coloca este signo victorioso sobre mi mano derecha para dar la victoria final y poder vencer todo espíritu destructor que quiera alejarme de la Gracia Santificante. Ven Gloriosa Espada de San Miguel, relampaguea con un rayo del Santo Espíritu, para poder ver el rostro de nuestro Padre Amado Celestial y ser digno de las promesas de mi Señor Jesucristo. Amén"
Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, míranos humildemente postrados ante tu altar. Somos tuyos, y tuyos queremos ser; pero, para estar más seguramente unidos a Ti, he aquí que cada uno de nosotros se consagra hoy libremente a tu Sacratísimo Corazón. Muchos, en efecto, nunca te han conocido; muchos también, despreciando tus preceptos, te han rechazado. Apiádate de todos ellos, Jesús misericordioso, y atráelos a tu sagrado Corazón. Sé Rey, Señor, no sólo de los fieles que nunca te han abandonado, sino también de los hijos pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa de tu Padre para que no mueran de miseria y de hambre. Sé Tú Rey de los que se engañan con opiniones erróneas, o a los que la discordia mantiene alejados, y llámalos de nuevo al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que haya un solo rebaño y un solo Pastor. Sé el Rey de todos los que todavía están envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo, y no te niegues a atraerlos a la luz y al reino de Dios. Vuelve tus ojos de misericordia hacia los hijos de la raza, que en otro tiempo fueron tu pueblo elegido: desde antaño hicieron descender sobre ellos la Sangre del Salvador; que ahora descienda sobre ellos una fuente de redención y de vida. Concede, Señor, a tu Iglesia la seguridad de la libertad y la inmunidad de los daños; da la paz y el orden a todas las naciones, y haz que la tierra resuene de polo a polo con un solo grito: "Alabado sea el Corazón divino que obró nuestra salvación; a él sea la gloria y el honor por siempre". Amén.