Febrero 23 de 2014
Llamado de María Rosa Mística a los hijos de Dios.
Mensaje a Enoch.
Aquellos que profanen los Lugares Santos, cometen sacrilegio
"Hijitos, que la paz de Dios esté con vosotros.
Hijitos, me duele y entristece ver cómo son profanados por los emisarios del mal y por muchos de vosotros algunos de nuestros Santuarios y Lugares Santos; lo más triste es ver cómo los hijos de Dios no hacen nada, no hay una voz que se levante en defensa de nuestros lugares santos; mis hijos parecen aletargados espiritualmente y permanecen impávidos ante este vil atropello. El humo de satanás se está filtrando en los lugares santos, la maldad y los bajos instintos de los hijos de la oscuridad y de muchos que dicen ser de Dios, son espinas que traspasan nuestros Dos Corazones.
Qué tristeza siento hijitos, al ver a muchos que sólo vienen a los santuarios en busca de milagros, pero no hay en ellos un deseo de conversión sincera. Qué tristeza me produce ver a los que vienen a las carreras, no alcanzan a llegar, cuando ya están saliendo. Otros vienen a conversar como si los Santuarios y Lugares Santos fueran espacios de visita: hablan y hablan, se ríen y distraen aquellos pocos que vienen a orar. Y qué decir de mis jóvenes tan engañados por mi adversario; cómo me duele y entristece ver a mis niños que se acercan a los lugares santos vistiendo indecorosamente, vienen luciendo ropajes que no son los más adecuados para venir a estos lugares de recogimiento y oración. Muchos mastican chicles, fuman, hablan por celular y profieren palabras obscenas.
Muchos adultos vienen es pasear a los Lugares Santos, toman los santuarios como lugares de paseo y los dejan llenos de basura y desperdicios de comida. Lágrimas corren por mis ojos y los Ángeles lloran conmigo al ver la poca fe y falta de compromiso de tantos que no han podido entender que a los Santuarios y a las Casas de mi Padre y lugares santos, se viene es a orar, a alabar, a hacer penitencia y a interceder los unos por los otros y por los pecadores del mundo entero. Los Santuarios, las Iglesias y Lugares Santos, son espacios del cielo donde se debe guardar silencio y recogimiento. Todos aquellos que de una u otra forma profanen los Lugares Santos, cometen sacrilegio y deben confesar y reparar por ello.
¡Muchas indulgencias perdéis por vuestro mal comportamiento en los Lugares Santos!
¡Pobres hijitos, cuándo tomarán conciencia; tantas bendiciones que el cielo os regala para vuestra salvación, pero muchos de vosotros no las aprovecháis por vuestro mal comportamiento y falta de fe!
Cada visita que hacéis con fe a los Santuarios, Sagrarios, o Lugares Santos, son indulgencias que recibís y que os servirán para borrar muchos de vuestros pecados; estas indulgencias son regalos espirituales que Dios os otorga para vuestra salvación. Pero mirad, cómo muchos las dejáis perder por vuestro mal comportamiento y falta de caridad para con Dios y para con vuestra Madre.
¡Recapacitad hijitos y tomad conciencia de una vez; dejad de profanar nuestros Santuarios y Lugares Santos, porque mi Padre os tomará cuenta de todo esto cuando lleguéis a la eternidad!
Volved vuestros ojos al Creador y comportaos como verdaderos hijos de Dios, para que no tengáis que lamentaros mañana cuando os presentéis ante el Tribunal Supremo.
Que la paz de Dios y el amor de esta Madre permanezca siempre con vosotros.
Vuestra Madre, María Rosa Mística.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad."
Fuente: mensajesdelbuenpastor
Mensajes del Amor Santo
Oración dictada por Dios Padre, rezar todas las mañanas al comenzar su día

“Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén.”
Oración diaria a María, Protectora de la Fe
“Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén.”