
(453) Haz la Señal de la Cruz y lee todo sin prisa
§1: Puesto que Dios es infinito, puede dar lo mejor y el primer lugar a cada uno
§2: Hijos Míos, todos vosotros encontraréis la Cruz en vuestro camino terreno
§3: Todo ser humano necesita el amor para vivir
§4: Estos días están a vuestras puertas
§1
“Mis Queridos Hijos, Mis Pequeños, Mis Amados, Yo soy vuestro Dios, vuestro Padre, vuestro Hermano y vuestro mayor Amigo.
La amistad está hecha de respeto, porque todo hombre que ama a su amigo no lo trata a la ligera, no, lo respeta, le desea lo mejor, le da el primer lugar. Así es como vuestro Padre celestial os acoge en Su Cielo: os abre los brazos y os coloca a Su derecha.
Puesto que Dios es infinito, puede dar lo mejor y el primer lugar a cada uno de sus amados hijos, como hace con su Hijo Primogénito. Él comparte su Divinidad con vosotros, ya que sois sus hijos adoptivos, a quienes da todo lo que Él es, como a Su Primogénito.
La Santísima Virgen María, Madre de Dios, es una criatura, y los hijos adoptivos de Dios son también todos criaturas, pero Dios les hace partícipes, por adopción, de lo que Él es.
Así como un hijo recibe de su padre en herencia todo lo que tiene, todo lo que es y todo lo que le corresponde transmitir a su vez, así el Hijo, Dios mismo, y los hijos adoptivos así queridos por Dios, reciben de Él todo lo que son para la Eternidad.
Así pues, hijos Míos, conscientes de lo que os espera en la Eternidad, aprovechad el tiempo que se os da en la tierra para crecer, para prepararos para ese tiempo de santidad perfecta que viviréis en el Cielo con vuestro Padre y todos vuestros hermanos en Él para la Eternidad: tendréis la Sede de Dios, la Inteligencia divina, la Sensibilidad divina, el Amor divino, el Conocimiento divino y todos los dones del Espíritu Santo, de forma total y perfecta. Y, sin embargo, seréis todos diferentes entre vosotros, aunque perfectos, divinos.
§2
Dios, Mi Padre Celestial, en Su Primera Persona de la Santísima Trinidad, tiene la cualidad paternal desarrollada de una manera totalmente divina y vosotros, Mis amadísimos hijos, podéis acudir a Él para todas vuestras preocupaciones, todas vuestras dificultades, toda vuestra ignorancia.

Si tenéis fe y os confiáis verdaderamente a Su Amor paternal, experimentaréis Su verdadera preocupación, Su verdadera cooperación en vuestras obras y Su verdadero estímulo para no ceder ante las dificultades.
Pero tenéis que rezar, tenéis que ser buenos hijos, tenéis que confiar y someteros a Su gran conocimiento, a Su inmensa experiencia y a Su incomparable competencia.
Tenéis que rezarle humildemente, tenéis que tomaros el tiempo de poneros bajo Su Voluntad, Él que es el Dueño del tiempo y del espacio, y no debéis tener miedo de dejarle tomar las riendas de vuestra vida.
Esto implica tiempos de oración, meditación y transportes de amor. Sí, la oración es un tiempo de intercambio entre Dios Padre y vosotros, entre vuestro Padre y vosotros – Su hijo o hija -, entre vosotros y vuestro Hermano ofrecido por vosotros en la Cruz y la gran gratitud que debéis tener por este Sacrificio supremo.
Hijos Míos, todos vosotros encontraréis la Cruz en vuestro camino terreno; no la temáis, sino aceptadla como Yo he aceptado la Mía. No os rebeléis, no la eludáis, no la aceptéis a regañadientes, porque ésa es la diferencia: una cruz rechazada no se quita necesariamente, pero una cruz aceptada os abre el Cielo.
¿Por qué?
Porque el diablo es el amo de la Tierra, es el diablo quien crea todas las dificultades del camino, es el diablo quien ha puesto defectos y vicios en el corazón de los hombres, son los diablos quienes crean el desorden, la tiranía y el drama.
Lo he permitido porque he creado al hombre libre y no le privaré de la libertad que he inscrito en su ser. Él no podría amar si no fuera libre de amar y Yo deseo tanto hacerle conocer y compartir Mi Amor.
§3
El Amor es la personalidad de Dios, de Dios Espíritu Santo. Sin Amor, no habría don, sin Amor, no habría creación, ni mundo, ni universo, ni hombre y su atracción inalienable por el amor.
Todo ser humano necesita el amor para vivir; un ser humano sin amor está triste, solo y sin futuro.
Hijos Míos, esta es una llamada a la unión con Dios a través de la oración, la verdadera oración, la oración del hombre pequeño a su Dios, arrodillado y lleno de humildad en su total incompetencia comparada con la grandeza de su Padre del Cielo.
No es nada y, sin embargo, a los ojos de su Padre Celestial, lo es todo; ha sido creado para amarle y recibir a cambio su Amor. Dios le da todo, todo lo que es y hasta Su Amor para que le ame.
En este Amor recíproco, Dios es feliz y el hombre aprende a ser feliz también en esta relación única, tan elevada y tan extraordinaria.
Ámame porque te amo; ámame porque te he creado; ámame porque te he salvado del abrazo viscoso y pestilente del demonio; ámame porque te he planeado para Mi Cielo.
§4
Llegará un tiempo, hijos Míos, y está más cerca de lo que pensáis, en que el Amor de Dios será vuestro refugio, vuestra oración a Él será vuestro consuelo, vuestra confianza en Él será vuestro apaciguamiento.

Estos días están a vuestras puertas, la Tierra y todo lo que hay en su superficie será severamente puesto a prueba, pero Dios, Su Amor, Su Previsión y vuestra confianza en Él serán vuestro refugio.
Rezadle, rezadme ya para que seáis fuertes en la prueba, para que no fracaséis en la derrota, para que no perdáis la confianza cuando todo parezca tambalearse. Sois Mis hijos amados y nuestro Amor mutuo superará todo obstáculo.
Amadme y Yo os amaré como el mejor padre ama al mejor de sus hijos. Os bendigo y os amo apasionadamente.
En el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dios, Altísimo, Todopoderoso.”
Fuente: srbeghe.blog