
(F1825) Haz la Señal de la Cruz y lee todo sin prisa
§1: Me sois muy queridos y a pesar de ello muchos de vosotros sufrís
§2: Os pido vuestra confianza, vuestra grandísima confianza
§3: Sin oración, fracasaréis en la vida que he planeado para vosotros
§4: Confiaos a Mí,
§1
“Mis queridos hijos, Me sois muy queridos y a pesar de ello muchos de vosotros sufrís, teniendo que ser muy cuidadosos en vuestra vida diaria porque no sois opulentos y, sin embargo, Yo que tanto os amo, parece que no os ayudo a superar los muchos escollos de la vida.
Cuando yo estaba en la tierra, tampoco era rico, no disponía de dinero para facilitar mi vida diaria y os di el ejemplo de la normalidad. Un día, recogí de la boca de un pez (Mt 17,24-27) el pago de la tasa del templo que se me había cobrado injustamente. De este modo, subrayé los muchos excesos que se exigen como contribución a los ciudadanos, sometiéndome a ellos para no ser objeto de escándalo.
Sí, hijos Míos, es mejor obedecer una orden injusta que desobedecerla, porque la obediencia es siempre un acto de humildad, mientras que la desobediencia es un acto de soberbia.
§2
Tantas veces vengo en vuestra ayuda de manera providencial para resolver una dificultad o concluir un proyecto salvador.
No estoy ausente de vuestras vidas, rezadme, tened confianza en Mí, tantas veces os doy el empujoncito que necesitáis para llevar un asunto a buen término, que siempre debéis incluirme en vuestros planes de vida.
Nunca saldréis perdiendo y si a veces no os concedo vuestro deseo, es porque os tengo reservada una mejor parte cuando llegue Mi hora.
Al santo Cura de Ars le gustaba repetir: «Es confianza lo que Dios pide».
Sí, Mis queridos hijos, os pido vuestra confianza, vuestra grandísima confianza en la forma en que conduzco vuestras vidas, a pesar de las dificultades, a pesar de las hostilidades, a pesar de las muchas incógnitas en medio de las cuales os conduzco.
§3
Sin oración, fracasaréis en la vida que he planeado para vosotros; sin oración, navegaréis a la vista y encallaréis en los muchos arrecifes que el diablo ha multiplicado en vuestro camino.
Yo os guío y ya os he mostrado el camino.
La vida en la tierra, este lugar de exilio desde el pecado original, es un Vía Crucis, y Yo he tomado la parte más dura. Sé que muchos de vosotros os enfrentáis a la dureza de este camino, pero poned vuestros pies en los Míos y estaréis a salvo de cualquier desviación.
Amadme, oradme, confiad en Mí, imitadme y entraréis ansiosos en el Reino de los Cielos al final de vuestros días.
Esta carta es un llamamiento especial a cada uno de vosotros que Me leeréis, un llamamiento a confiar en Mí, a no temer los días difíciles, a remitiros a Mí en todas las cosas y a no ceder a las ilusiones.
Me preocupo por vosotros, lo sabéis, os he dado tantas pruebas de ello y cada una de ellas debe ayudaros a continuar en este camino de unión con vuestro Dios.
Sí, es hacia esta unión cada vez más estrecha con vuestro Dios que os conduzco, porque en el Cielo, será total, íntima y apasionante, y todas las pruebas bien vividas en la tierra os conducirán hacia ella.
Os conduzco con destreza y si a veces -o incluso a menudo- no comprendéis el camino por el que os conduzco, sabed que es siempre el mejor, el más corto, el más meritorio, si lo recorréis siguiéndome a Mí, vuestro Guía.
§4
¿Por qué quiero hablaros así?
Porque las economías nacionales [del Viejo Continente] están mal y todo país a punto de hundirse busca una o varias salidas.
Sí, un país al borde del hundimiento -y los países [del Viejo Continente] están amenazados por una deuda que no pueden controlar- buscará un salvavidas, pero si [el País del Águila] se retira de su juego, [los gobernantes del Viejo Continente] serán los únicos responsables de lo que están fomentando.
Así que sí, [los gobernantes del Viejo Continente] están muy preocupados, se están consultando porque tendrán que ponerse de acuerdo sobre su política internacional. Su deuda los llevará a ser pusilánimes, como ya lo son, y tomarán malas decisiones. Querrán parecer fuertes e independientes, pero son débiles y les falta valor.
Las malas decisiones tomadas por malas personas pueden ser peligrosas y sus decisiones lo serán.
Y vosotros, hijos Míos, que estáis en sus barcas, volveos siempre a Mí que soy vuestro único Salvador, vuestro único Guía, vuestro único Padre amado. Veo el futuro como veo el pasado y guío el tiempo presente de los que se vuelven a Mí. Confiaos a Mí, Yo soy el único trampolín, la única subida, el único destino.
Pensad siempre en esto, no os preocupéis nunca por nada, porque Conmigo estaréis en paz, una paz que no es la del mundo y que el mundo no puede conocer.
Os bendigo y os amo.
En el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vuestro Señor y vuestro Dios.”
Fuente srbeghe.blog