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El tiempo de la Paciencia Divina está llegando a su fin. Este tiempo tiene fecha: 2020

Los tiempos que se avecinan serán difíciles y tendremos que aprender a hacer sacrificios con dignidad, del mismo modo que un cristiano debe privarse sin quejarse. El cristiano que se queja ha perdido la noción de penitencia

(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa...) - 2 de octubre de 2020

El destino de todo hombre

(DeepL Translator) “El tiempo de la Paciencia Divina está llegando a su fin. Este tiempo tiene fecha: 2020. […] Los tiempos que se avecinan serán difíciles y tendremos que aprender a hacer sacrificios con dignidad, del mismo modo que un cristiano debe privarse sin quejarse.

El cristiano que se queja ha perdido la noción de penitencia, que es una privación personal sólo conocida por Dios. Penitencia o satisfacción, dice el catecismo, es:

  • La oración o una buena acción realizada para reparar los propios pecados.
  • La limosna.
  • La mortificación, que es la privación de un placer.

La penitencia se ha aligerado considerablemente en las últimas décadas, pero esto no ha sido una bendición. La penitencia siempre ha sido propuesta por la Santa Iglesia Católica a sus fieles para ayudarles en su camino hacia la santificación.

Los Mandamientos de la Iglesia proponían rigurosamente la penitencia por respeto a la Grandeza, Majestad y Pureza de Dios; prescribían ayunar todos los días de Cuaresma y las vigilias de las fiestas de precepto, y abstenerse todos los viernes del añoEn la actualidad, la abstinencia sólo se mantiene los viernes de Cuaresma, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Los días de ayuno ahora sólo existen en estos dos días. Por ello, muchos católicos no recuerdan esta recomendación, que en realidad es un mandamiento.

(Las reglas del mundo...)

Se anima a los fieles a seguir las reglas del mundo, y hay quien cree que la caridad se refiere sólo al prójimo.

  • Pero la caridad se refiere al prójimo sólo porque tiene por objeto a Dios.
  • Es porque amamos a Dios que amamos a Su criatura.

Los paganos también aman a sus amigos o causas humanitarias, pero no piensan en servir a Dios en su prójimo. No Le sirven y su acción humanitaria se queda en el orden temporal. Los ángeles no les ayudan en estas obras humanitarias, que pueden funcionar o no según la sola habilidad humana.

La habilidad humana es ciertamente necesaria, pero esta misma habilidad, implantada en el Amor Divino por Sus criaturas, la hace meritoria y hace descender sobre ella el Amor y el reconocimiento divinos.

  • Todo trabajo realizado por amor a Dios y a Su obra creadora es recompensado por Él en la Eternidad.
  • Cualquier trabajo hecho fuera de Su Amor no es nada para Él.

Las obras de caridad son loables en el sentido de que acuden en ayuda de los hombres, de sus semejantes, pero toda obra realizada en favor del prójimo, como Dios ha enseñado, es un acto de obediencia y de amor a Él. Esta distinción es esencial y se enseña en las clases de religión católica.

La caridad, como la fe y la esperanza, es una virtud teologal porque tiene por objeto a Dios.

(El propósito de la vida...)

El hombre fue creado para conocer, amar y servir a Dios, y luego para verlo y poseerlo eternamente en el Cielo.

  • El hombre en la tierra no tiene otra necesidad que servir a Dios para entrar en el Cielo y gozar de Él eternamente. Cualquier hombre que atribuya cualquier otro propósito a su vida terrenal está en un error.
  • El hombre que vive para amasar riquezas, olvidándose de Dios, está expuesto al infierno eterno.
  • El hombre que se afana por hacer el bien, como un ateo, está trabajando con un propósito distinto de aquel para el que fue creado: servir a Dios en todo lo que pueda. Puede ser útil a la sociedad humana, pero no está cumpliendo su función principal.

(El destino de los gobernantes...)

El jefe de Estado que reconoce la necesidad de dirigir su país según las leyes cristianas está sirviendo a Dios y cumpliendo con su deber de Estado.

La persona que declara que Dios está en otra parte que en los asuntos de la nación está también en otra parte que en su papel de criatura cuyo deber es servir a Dios y a su prójimo por amor a Él.

Esta comprensión de la naturaleza del hombre es vital porque de ella depende la vida eterna bienaventurada. Sin embargo, en la eternidad sólo habrá dos estados: la felicidad en el Cielo o la desgracia en el Infierno.

Que vosotros, Mis queridos hijos, elijáis la vida bienaventurada y eterna. Yo os espero allí y os amo como Hermano Mayor que soy.”

Fuente: srbeghe.blog