(Haces la señal de la cruz y lees todo sin prisa...) - 17 de noviembre de 2020
(DeepL Translator) “Amo tanto a Mi pueblo que nunca he escatimado en ayudarle, curarle y perdonarle. Siempre estuve dispuesto a acudir en ayuda de Mis criaturas y, durante Mi vida pública, siempre estuvieron dispuestos a rezarme, a identificarme, a seguirme la pista. Dondequiera que iba, atraía a las multitudes como un imán, nunca Me dejaban marchar y a veces tenía que esconderme para respirar.
Y así Me seguían, Me espiaban, y dondequiera que iba, las multitudes Me alcanzaban o Me sobrepasaban. Era una época de gran cosecha y atraje a Dios a un número muy grande de almas.
Se convertían en cristianos sin darse cuenta, pero la virtud les atraía, y la Verdad en particular. Para muchos, Yo era más grande que Juan el Bautista o cualquier otro profeta de la historia, y tenían razón. Yo era el Mesías, el Esperado, y su admiración era real.
(La envidia de las autoridades de la época...)
Las tantas conversiones que acompañaron a las curaciones y expulsiones de demonios irritaron profundamente a la jerarquía del mundo judío; recibí muchas críticas, pero eran encubiertas, porque en realidad no podían acusarme de nada.
Buscaban motivos de queja y cuando expulsaba demonios, Me acusaban de haberlo hecho a través del poder demoníaco de un alto jerarca: Belcebú. Ahora bien, era precisamente él quien los hechizaba, él quien despertaba sus celos contra Mí y su irritación crecía día a día.
(Dónde fueron a parar los demonios una vez expulsados...)
Cuando expulsaba demonios, algunos de ellos se ‘realojaban’ en las almas de fariseos y autoridades religiosas. Les dejé ir donde les esperaba la ‘tapadera’ porque no dependía de Mí impedirles ir donde eran bien recibidos.
Yo no dirigí el infierno, impedí que los demonios hicieran el mal cuando Mi Autoridad se lo prohibió, pero no dirigí sus acciones demoníacas.
(Los demonios no duermen...)
- A través de la oración, ayudo a las almas con Mi gracia, pero deben rezarme a Mí. Los demonios son tan activos en la esfera humana que ustedes, hijos Míos, deben estar particularmente vigilantes.
- Los demonios merodean, nunca duermen y se apoderan de vuestra voluntad en cuanto se adormece vuestra vigilancia. Os influyen, os dan pensamientos malsanos, os hacen perezosos, agresivos, ladrones, mentirosos y todo lo que es malo, os lo desean.
(Cuidado con los demonios…)
- Os engañan, haciéndoos creer versiones inexactas, abusando de vuestra cualidades para haceros imprudentes y todas las artimañas para haceros caer, las usan con pertinencia y os hacen creer errores con convicción.
- Mantente siempre en guardia porque el diablo nunca está lejos de ti. Lucha contra tus defectos, pues es a través de ellos que te engañan.
- Cuando estés cansado, guárdate de la pereza; cuando estés postrado en cama, guárdate de la exageración o, por el contrario, de la indolencia.
- Cuando estés bien, mantente cauto, pero no te vuelvas desconfiado.
Cada cualidad tiene su lado malo, y el diablo conoce todos los trucos y subterfugios. A veces os conoce mejor que vosotros mismo, y se alegra cada vez que sus trucos os hacen caer.
Dejad que vuestra atención esté siempre alerta y la caridad os guiará en vuestra vida diaria.”
Fuente: srbeghe.blog