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Los hombres celebran Mi Misericordia, deben celebrar también Mi Justicia...

No, no nos burlamos de Dios... cuando juzga, no se equivoca... y sería un grave error vivir cada día que Dios os da en la tierra sin rendirle todos los honores que le son debidos... sí, cuántas almas van al infierno porque han pisoteado Mis Mandamientos

(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa...) - 1 de octubre de 2023

Misericordia e Giustizia di Dio

(DeepL Translator)

“Mis queridos hijos, ¿qué es la Misericordia?

A menudo habéis oído hablar de ella, os decís que es indulgencia, tolerancia, perdón. Es algo así, pero es sobre todo una de las grandes virtudes divinas.

(Con Dios no se juega...)

Dios es misericordioso, perfectamente misericordioso. Ama a todos sus hijos, a todas sus criaturas, pero es infinitamente experimentado, lo sabe todo, lo ve todo, lo conoce todo, Su conocimiento es inmenso, Su inventiva es inmensa, lo sobrepasa todo. Por tanto, está perfectamente informado y, según el lenguaje común, "¡con Él no se juega!”

No, no nos burlamos de Dios, Su Ciencia nos sobrepasa, Su inteligencia nos sobrepasa, Su Sabiduría nos sobrepasa; cuando juzga, no se equivoca. Las cualidades de Dios son tan numerosas que nadie puede competir con Él. El diablo lo intentó y perdió.

Hijos Míos, la Divina Misericordia es un don que sólo Dios posee a la perfección. Él juzga con ella, Él ama con ella, Él actúa con ella, está presente en todo lo que hace, en todo lo que piensa, en todo lo que emprende, pero siempre va acompañada de todas sus otras virtudes. Por eso, queridos Míos, no os equivoquéis: la Bondad Divina es justa, la Misericordia Divina es justa, la Ternura Divina es delicada pero justa, la Justicia Divina se extiende por todas las virtudes divinas y está en tándem con Su Misericordia. La Misericordia sin la Justicia estaría mal, y la Justicia sin la Misericordia estaría desequilibrada.

(Misericordia y Justicia Divina…)

La Misericordia Divina ve las debilidades, no las disculpa, sino que las tiene en cuenta. La Justicia Divina ve las debilidades, no las excusa, sino que las tiene en cuenta. Estas dos virtudes divinas trabajan juntas porque están en el mismo terreno, ven y legislan. No se engañan en el sentido de que ambas son vigilantes y perfectas, sino que trabajan juntas en armonía. La Misericordia sin la Justicia sería excesiva, la Justicia sin la Misericordia sería excesiva. Ambas son necesarias para responder a la Bondad de Dios, a la Inteligencia de Dios, a la Omnipotencia de Dios.

(El Tribunal Divino…)

El Tribunal Divino, al final de vuestros días terrenales, será impresionante, algunos temblarán, otros tendrán miedo, otros querrán encogerse, pero no podrán, otros aún preferirían estar bajo tierra. Los buenos también estarán impresionados, sus faltas les parecerán tan grandes como la más amplia superficie, pero la Misericordia de Dios vendrá en su ayuda y serán consolados.

La Santísima Virgen María estará presente en este tribunal; no ocupará el asiento del Juez, pero Él la mirará a menudo para ver su sonrisa, su benevolencia, su dulzura maternal. La Misericordia Divina, después de consultar con la Justicia, vendrá al alma generosa y le concederá todo lo que se puede esperar del Amor Divino.

Hijos Míos, no esperéis que la Misericordia sea desconsiderada, laxa, que se extralimite en sus derechos, que desee la salvación del alma cuando no la merece. No, no, la Misericordia Divina es justa como la Justicia Divina es misericordiosa, y a pesar de este equilibrio perfecto, muchas almas se condenan.

(La hora de la verdad está en la tierra…)

Sí, tal es el destino final de tantas almas humanas que no creen en Dios o no quieren adherirse a Él, que lo ignoran o lo rechazan, que viene a ser lo mismo. La hora de la verdad NO es ante el tribunal divino, no, para entonces será demasiado tarde. La hora de la verdad está en la tierra, en vuestra vida cotidiana, en el ejercicio de vuestras virtudes o en el ejercicio contrario, el de vuestros defectos, vuestro egoísmo, vuestra pereza, vuestras ambiciones personales.

Sería un error confiar en la Misericordia de Dios ignorando Su Justicia, y sería un grave error vivir cada día que Dios os da en la tierra sin rendirle todos los honores que le son debidos.

(Los Diez Mandamientos…)

Dios, Yahvé, os ha dado Sus Diez Mandamientos, pero ¿quién sería capaz hoy de recitarlos de memoria? Repásalos, apréndelos, síguelos, estúdialos.

Hoy, en particular, se transgreden gravemente el 6º y el 9º Mandamientos: la propia sociedad fomenta el crimen, y pocos hombres y mujeres están exentos. He aquí una lista no exhaustiva de actos y prácticas que provocan la Ira Divina:

  • Las uniones de hecho;
  • La contracepción, medicada o medicalizada;
  • El aborto, que es el asesinato de una vida querida por Dios;
  • Las intervenciones médicas para suprimir la voluntad de Dios y su autoridad sobre la vida:
    • MAP (procreación médicamente asistida),
    • GPA (maternidad subrogada), la congelación del semen humano,
    • Los trasplantes de órganos en vida que requieren la muerte del donante...
    • Cuando Dios es y sigue siendo el Dueño de la vida y de la muerte.
    • El respeto al cuerpo humano en la muerte se ve gravemente menoscabado por la extracción de órganos Y TAMBIÉN por la incineración del cuerpo del difunto.

(Cuántas almas van al infierno…)

¡Cuántos pecados graves, cuántas negaciones de la Autoridad Divina, cuántas profanaciones de la criatura, cuando he puesto tanto cuidado, tanta sabiduría, tanto amor en Mi creación!

Hijos Míos, sí, cuántas almas van al infierno porque han pisoteado Mis Mandamientos, que son diez, mientras que la suma total de las leyes de los Estados sigue haciéndose cada vez más pesada, hasta llegar a una ignorancia inculpable por parte del ciudadano.

Mi Justicia y Mi Misericordia son los dos pilares del Tribunal Divino y cuando, en la tierra, los hombres celebran Mi Misericordia, deben celebrar también Mi Justicia. La una sin la otra estaría coja, y la Perfección divina no conoce imperfección.

Yo os bendigo, Mis queridísimos Hijos, arrepentíos, retomad el camino que os lleva al Cielo y que se basa en cada uno de Mis Diez Mandamientos.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Así sea.

Vuestro Dios, el Más Justo y el Más Misericordioso.”

Fuente: srbeghe.blog