¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(CEV) “Los Quadernos 1943”, p. 283
Jesus dice: “Muchas almas se pierden por querer “buscar lo que les sobrepasa, y tratar de escrutar lo que excede sus fuerzas” como dice el Eclesiástico: cap. 3, v 22. Es el antiguo veneno. El hombre siempre ha tenido, y tiene, curiosidades malsanas y profanaciones sacrílegas.
Quiere impulsar su investigación a regiones que la sabiduría divina tiene envueltas en el misterio no por celoso poder sino por amor providente.¡Ay si el hombre lo conociera todo del futuro y de los secretos del universo! Ya no tendríais paz espiritual ni paz natural.
Dejad el futuro a Dios, creador y dispensador del tiempo, y dejad vírgenes las zonas del universo cuya posesión os daría armas para turbar cada vez más vuestra existencia de individuos y de espíritus. Ya he dicho que Yo no soy contrario a las obras de la inteligencia humana.
Si lo fuese debería decir que soy incoherente conmigo mismo que he dado al hombre la inteligencia para que la use y no para que la mantenga inerte.
Pero, por boca de la Sabiduría, os digo: No queráis ser curiosos escudriñadores de las obras de Dios, no tratéis de ir más allá de los confines que Yo he puesto para separar vuestra potencia de potencias más fuertes que la vuestra, de leyes del cosmos, de secretos de fuerzas naturales, y sobre todo de los misterios de ultratumba cuya verdad y cuya vida sólo Yo tengo el derecho de desvelaros, porque soy el Señor de todas las cosas mientras que vosotros sólo sois los huéspedes de esta pobre tierra y no sabéis lo que os está reservado más allá de la vida de la tierra. Creed en la otra vida.
Basta con creer en esto. Creed que en ella existe un premio y un castigo, fruto de una Justicia santa, que espera ser aplicado a cada individuo. Esto os lo he hecho conocer por vuestro bien. No hace falta que sepáis más. No turbéis, con vuestras chismosas curiosidades, la paz sobrenatural de la otra vida. Aunque sea hacia los atormentados, o sea hacia aquellos que no tienen paz porque están separados de Mí, vuestro penetrar trae siempre un aumento de turbación.
¿Por qué turbar con ecos de la tierra la serenidad de los cielos? ¿Por qué aumentar el tormento de los castigados con voces que les recuerdan al mundo en el que merecieron el castigo?
Tened respeto de los primeros y piedad de los segundos. Sólo Yo, Señor del Cielo y de la Tierra, árbitro supremo de todas las cosas, Potencia perfecta en todas las cosas, puedo tomar tales iniciativas y reanudar contactos del hombre con el misterio de la otra vida. Sólo Yo. Entonces es cuando os mando mis mensajeros, y siempre a fin de bien, nunca para someterme a necias y profanadoras investigaciones humanas.
Bienaventurados los que creen sin haber visto, dije a Tomás, y lo digo de nuevo a todos los curiosos y a los incrédulos de la tierra. No hay necesidad de pruebas para creer en la segunda vida, que -entretanto sabedlo- no es como vosotros conjeturáis arbitrariamente, sino como Yo he dicho: una segunda vida, una, no más y más vidas. Sois hombres y no granos de trigo que sembrados de nuevo germinan una, dos, diez, cien veces cuanto son sembrados. No hay necesidad de pruebas. Basta mi Palabra.
Porque si decís que creéis en ella y después buscáis pruebas sobrenaturales para creer, mentís y me dejáis por mentiroso.
Mentís porque con la boca decís que creéis y con la mente no creéis y buscáis pruebas. Me dejáis por mentiroso porque vuestro buscar pruebas lleva en sí la idea, silenciada pero vivísima, de que Yo puedo haber dicho algo que no es verdad.
Como castigo de tan inútiles, peligrosas, necias curiosidades y de tan irreverentes y sacrílegos pensamientos, Yo permito que en los desgraciados indagadores de lo que al hombre no le es necesario indagar, se cree, en los mejores, confusión mental, turbación de los espíritus y grave herida para la Fe, y en los peores muerte de la Fe y del espíritu.
De entre estos violadores del misterio ¿quienes son los mejores? Son aquellos que se acercan a él no para hacerme un proceso, porque soy improcesable, sino para buscarme porque no saben encontrarme por otras vías más seguras, humildes y altas como Aquel que las ha señalado: Cristo, que ha venido a la tierra precisamente para traer la doctrina segura que os guiase a la segunda vida y para fundar la Iglesia, depositaria y Maestra de mi doctrina.
Estos no saben abrazar los pies de la Iglesia con la sencillez de los niños y la humildad de los santos, y decirle: “Te amo, te obedezco; guíame tu”.
Pero me buscan con pensamiento recto. Por eso tengo aún mucha misericordia con ellos.
De entre estos violadores del misterio ¿quienes son los peores? Son aquellos que se acercan a él por pura curiosidad científica, por utilidad humana, del tipo que sea: desde la moneda vil que se da como precio a sus ciencias de magia a la utilidad directa que les puede venir (al menos creen que les pueda venir) de señales ultraterrenas. Pero no es así como se obtienen señales.
Vienen espontáneamente, por mandato mío y no por llamada humana. Con éstos seré un Juez de severidad inexorable y les castigaré porque les ha faltado Fe y respeto hacia el Dueño de ésta y de la verdadera Vida, y por haber faltado de respeto a los difuntos, hacia los cuales sólo Yo tengo el derecho de hacerme emanador de órdenes capaces de apartarles de sus moradas extraterrenas. Bienaventurados, bienaventurados, tres veces bienaventurados ‘quienes creen sin necesidad de pruebas; bienaventurados, siete veces bienaventurados quienes no han dudado nunca, ni un instante, de mi palabra y de mi doctrina confiada a la Maestra, mi Esposa: la Iglesia, y sin haber osado nunca, ni tan siquiera deseado osar, profanar los reinos ultraterrenos, están convencidos de que la vida no muere en esta tierra, sino que cambia naturaleza y se hace eterna: beata para quienes han sabido vivir de Mí y en Mí, espantosa para quienes repudiando a Dios han fornicado con Satanás.
A estos puros creyentes, a estos espíritus humildes y sencillos, para los que la Fe es luz y mi Palabra vida, Yo concedo lo que niego a los indagadores: la posesión y el conocimiento de la Verdad ultraterrena»”.
Maria Valtorta: Los cuadernos. 1943; 1944; 1945



Los Cuadernos recogen escritos sobre temas ascéticos, bíblicos, doctrinales, de crónica autobiográfica, además de descripciones de escenas evangélicas y de martirios de primeros cristianos. Contenido tomado de la obra de María Valtorta con el permiso del “Centro Editoriale Valtortiano Srl”. – Viale Piscicelli, 89/91 – 03036 Isola del Liri, (FR – Italia), que tiene todos los derechos sobre las obras de Maria Valtorta









“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."