¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Febrero 06 2018 – Llamado urgente de Jesús el Buen Pastor a Su Rebaño
Un cuerpo celeste de gran tamaño se dirige a la tierra
“Rebaño Mío, Mi paz sea con vosotros
Permaneced alerta y vigilantes, porque del cielo se aproxima el castigo para esta humanidad pecadora. Un cuerpo celeste de gran tamaño se dirige a la tierra y al entrar en su órbita va a desintegrarse, haciendo que miles de bolas de fuego por mi voluntad, castiguen las naciones impías.
¡Incrédulos, el tiempo de mi Justicia Divina está llegando; vuestra incredulidad va a ser vuestra perdición!
No queréis prestarle atención a los llamados del cielo, os burláis de mis mensajes y mensajeros; os digo: se acerca la hora en que veréis el cumplimiento de todo cuanto está escrito y por vuestra incredulidad, no vais a tener tiempo de arrepentiros.
Sois una raza de dura cerviz, si no os arrepentís con sincero corazón y pedís perdón al Altísimo, de seguro os vais a perder.
Todo ya fue decretado y no hay marcha atrás, el cielo os está enviando señales en cantidades para que os preparéis, pero vosotros hijos de la incredulidad, seguís vendados; os negáis a aceptar mi Justicia, porque según vosotros Dios es sólo Misericordia y no castigará la humanidad.
¡Necios, soy Misericordia, pero también soy Justicia!
Os recuerdo algunos relatos bíblicos donde mi Palabra habla de mi Justicia, escuchad: Entonces el Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego desde el cielo. Y destruyó estas ciudades y toda la vega, todos los habitantes de las ciudades y toda la vegetación del suelo (Génesis 19. 24, 25).
Castigué a mi Pueblo por haber quebrantado mis preceptos y durante cuarenta años caminó por el desierto (Números 13. 34, 35). No permití a mi Siervo Moisés entrar en la tierra prometida por haber dudado de mi Misericordia, al tocar la roca donde brotó agua que calmó la sed de mi Pueblo (Números 20. 12).
Acordaos de las plagas con las que castigué al Faraón de Egipto y su pueblo.
Estos y más relatos de mi Palabra son una prueba de que también soy Justicia, para que no os equivoquéis pensando que sólo soy Misericordia y que no os vendrá el castigo.
Acordaos: Misericordia y Justicia, esa es mi Esencia.
¡Despertad de una vez hijos de la incredulidad, no sigáis poniendo en duda mis Palabras!
Porque mis Palabras son Palabras de Vida Eterna, que ningún mortal podrá debatir. El tiempo se os está acabando humanidad incrédula, ingrata y pecadora; no dejéis para el último momento vuestra conversión, porque en verdad os digo: las Puertas del Reino de los Cielos se os van a cerrar, si seguís en vuestra incredulidad; como las doncellas insensatas os vais a quedar por fuera del banquete.
Volved a Mí, que soy Camino, Verdad y Vida, para que podáis mañana alcanzar el gozo de la salvación eterna.
Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Maestro, Jesús el Buen Pastor.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, ovejas de mi Grey”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."