¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
SEPTIEMBRE 27 DE 2015
LLAMADO DEL PADRE PÍO DE PIETRELCINA A LOS HIJOS DE DIOS
Padre Pio: No os canséis de rezar y propagar el Santo Rosario
“Paz y bien, hermanos.
No temáis hermanos, soy Francesco Forgione, más conocido por vosotros como Fray Pío de Pietrelcina.
Mi Padre me ha concedido la gracia de poder comunicarme con vosotros a través de este instrumento; quiero exhortaros fraternalmente y poneros al tanto de los acontecimientos que están por desatarse sobre la humanidad.
Por la gracia de Dios estaré también con vosotros en vuestro paso por el desierto.
Yo humilde siervo del Señor que en vida padecí tantos ataques del enemigo del alma y lleve en mi cuerpo la pasión de Cristo, quiero acompañaros Pueblo de Dios para que por la fuerza de la humildad y el amor, podáis también vosotros vencer la soberbia y el odio del ser de iniquidad.
Ya que este enemigo se ha abalanzado sobre la humanidad para apoderarse del regalo más preciado que Dios os ha dado, vuestra alma.
Hermanos en la fe de Cristo, contad con mi humilde asistencia y consejería espiritual; quiero llevar muchas almas a Dios; entregadme las almas de vuestros familiares que están sumidas en el pecado, la apostasía y alejamiento de Dios, y yo intercederé por ellas para que no se pierdan.
Cuando estuve en este mundo era mi mayor preocupación salvar las almas y para ello dedicaba todo el tiempo posible; ayunaba, oraba y me sacrificaba por ellas, para que por la gracia de Dios volvieran a Él. Hoy en la Gloria eterna continúo orando e intercediendo por ellas, junto a Nuestra Señora y Madre y con todas las demás almas bienaventuradas, por su salvación.
Hermanos, no os canséis de rezar y propagar el Santo Rosario, porque es el arma más poderosa que el cielo os ha dado para vencer las fuerzas del mal.
Muchas gracias os son concedidas por nuestro buen Dios, por la intercesión de Nuestra Señora y Reina María, a través del rezo del Rosario.
El Santo Rosario es escudo para vuestra alma y boleto de entrada para la gloria eterna. Millones de almas se han salvado de morir eternamente, cuando con fe ofrecéis el Santo Rosario por la salvación de los pecadores.
¡Oh, qué alegría para el mortal que deja este mundo llevando grabada en su alma el rezo de las Avesmarías, porque Nuestra Amada Madre lo tomará de la mano y no dejará que se pierda aunque haya cometido muchos pecados!.
Sed discípulos del Santo Rosario, formad pequeñas células de oración en vuestros hogares y comunidades, porque estas serán fortines espirituales donde será vencido el adversario.
Pedid mi humilde intercesión para que os ayude en la batalla espiritual, estoy a vuestro servicio; contad conmigo, quiero asistiros en los grupos de oración. Invocadme diciendo:
Jesús y María, por la intercesión de vuestro amado Siervo Fray Pío de Pietrelcina, concédenos la gracia de salvar muchas almas para el cielo. Nos unimos en oración con el rezo del Santo Rosario a vosotros y a vuestro siervo, para que por su intercesión y la misericordia de Dios, sean salvadas aquellas almas que en más peligro estén de condenarse en este día. Sea el Honor y la Gloria para Nuestro Dios. Amén.
Vuestro humilde servidor, Fray Pío de Pietrelcina.
Dad a conocer nuestros mensajes a toda la humanidad.








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."